CASTELLÓ. El Grau de Castelló ha vuelto a celebrar este viernes, prácticamente dos meses después, su tradicional Mercat del Divendres. Algo más de una veintena de puestos de venta han ofrecido fruta, verdura y otros alimentos de primera necesidad a los graueros y graueras, que han guardado con paciencia, y en muchos casos resignación, las medidas impuestas para controlar la expansión del nuevo coronavirus.
Con el perímetro vallado y tan solo dos puntos de entrada y salida (a su vez separados) en ambos extremos de las avenidas Sant Pere y Juan Sebastián Elcano, la Policía Local ha vigilado el acceso al recinto, a la par que repartía mascarillas deshechables a quien no tuviera y ofrecía gel hidroalcohólico a quien quisiese hacer uso del mismo.
Una vez en el interior, las colas y la separación reglamentaria también han sido la tónica habitual ante la mayor parte de los establecimientos, donde las medidas de protección entre los comerciantes han sido dispares, ataviados todos, eso sí, con la mascarilla pertinente.
Entre los clientes no ha faltado quien ha mostrado su hartazgo ante los protocolos sanitarios, aunque también su resignación para tratar de frenar el contagio del Sars-Cov2.
En cuanto al otro mercado ambulante de Castelló, el del Dilluns, todavía no tiene fecha de inicio debido a las discrepancias entre los comerciantes.
Durante la situación de crisis sanitaria se registraron casi 14 millones de contagios y más de 122.000 muertes, de las cuales un 8,65% se produjeron en la Comunitat Valenciana
