CASTELLÓ. El Peñíscola FS no ha podido estrenarse de la mejor manera, con victoria a domicilio por 3-4 frente a un Barcelona que tuvo delante a un equipo bien asentado en la cancha del Palau Blaugrana, un portero de muro de contención y los palos de una portería bien defendida que actuó a modo de imán de la pelota.
Los castellonenses llegaban a la ciudad condal con el propósito de repetir la gesta de la pasada campaña y lo lograron, e incluso la aumentaron por cómo se ponía el partido desde el primer minuto.
El Peñíscola, de manos del joven técnico Manolín, que debutaba en un banquillo de División de Honor, supo sacar partido a los errores locales y hacerlo con gran tino cara a la portería contraria.
El partido ya se puso feo desde el principìo para los locales de Andreu Plaza gracias a la efectividad de los visitantes y, sobre todo, de Paniagua, que conseguiría ver portería hasta en dos ocasiones. Ni siquiera el acierto del blaugrana Ferrao, que marcó los tres goles locales pudo contener a los peñiscolanos.
Pese al empuje que el Barcelona sometió al Peñíscola tras la primera parte, solo conseguirían un empate a tres que les podía invitar a hacerse con el partido y tras el gol que igualaba el partido por parte del local Chapecó, Paniagua metió una pierna milagrosas en una melé que le valió a los visitantes a sentenciar el 3-4 final.