El pleno del estado de la provincia de Castellón: los partidos ensayan la tensión electoral 

CASTELLÓ. El pleno del estado de la provincia de Castellón en la Diputación anticipó ayer la tensión que se suele producir en los años electorales, pese a las diferentes alusiones pretendidamente humanistas de los ponentes. Una tensión que dibujó la estrategia electoral de los grandes partidos con respresentación en Las Aulas y que sirvió para despejar algunas dudas con la sombra de un posible adelanto electoral autonómico, que desbarajustaría el ritmo actual.

El PSPV trató de escenificar su papel de un gobierno gestor y eficaz con un discurso del presidente de la institución, José Martí, en el que puso de relieve los logros socialistas: desde la vacunación a "la gestión llevada a cabo por esta Diputación que ha sido clave para superar la crisis del Covid-19". Martí reiteró su mensaje de poner la institución al servicio de los municipios y, de nuevo, centró la base de su gobierno en una oferta de consenso a la oposición.

Un acuerdo que, en principio, no compra la oposición. El Partido Popular, superada la etapa congresual y con una nueva dirección provincial, aprovechó el pleno de ayer para poner encima de la mesa una alternativa de gobierno. La presienta de los populares, Marta Barrachina, afeó la gestión de los socialistas y trató de identificar el proyecto del PP con una parte más sentimental: el orgullo de pertenencia mientras se vendía como "alternativa sólida e ilusionante".

Por su parte, la intervención de Compromís y de Ignasi Garcia se centró en hacer balance de las áreas de gestión de los dos diputados nacionalistas y las vinculó con el futuro "verde y ecologista" de la provincia. La parte más efectista de la intervención de Garcia fue la que se centró en criticar el papel de los dos grandes partidos en materia de financiación autonómica. 

Por último, Ciudadanos que el año pasado votó junto a PSPV y Compromís el presupuesto, rompía los puentes (en teoría) con el equipo de gobierno. Su portavoz, Cristina Fernández, aseguraba al presidente Martí que no volverá a ser presidente "y habrán pasado ustedes sin pena ni gloria". La portavoz comparó la gestión del equipo de gobierno con un "barco a la deriva que flota por la inercia".

Hablar para su público

Sin embargo, el método de elección de los diputados hace que las intervenciones de ayer estuvieran centradas en su propio público (sus compañeros de partido). El presidente Martí, con un congreso en las filas socialistas llamando a su puerta, trató de vender su gestión al frente del palacio de las Aulas como una herramienta útil para los alcaldes, mientras el PP estrenaba el liderazgo de Marta Barrachina como candidata a presidir la institución. Ciudadanos, por su parte, trató de visualizarse como partido útil ante el declive de la marca nacional y Compromís mostró su lado moderado y centrado en la juventud. 

A diferencia de lo habitual de la Diputación, donde suele reinar el 'fair play' , el pleno evidenció una escalada de tensión. En primer lugar que el PSPV reindique de forma constante la gestión del último presidente del PP, Javier Moliner (hasta en tres ocasiones) ante el silencio del grupo popular.

Los socialistas no dieron una buena bienvenida a la presidenta de los populares ya que el portavoz del PSPV, Santi Pérez, aseguró que "ha sido ungida por un vicepresidente del PP condenado (Francisco Martínez) y por un presidente del PP condenado (Carlos Fabra)". Incluso Pérez aludió a los diferentes alcaldes populares que habían asistido para respaldar a Barrachina en su estreno en la Diputación y estaban entre el público. Un hecho que molestó a los ediles presentes y que generó un rifirafe al finalizar la sesión.

En materia de contenido, el equipo de gobierno anunció un nuevo plan para los municipios dotado con 30 millones de euros y, además, se aprobó una rebaja del IAE para las empresas de Castellón en el tramo provincial.