CASTELLÓ. Cuenta el poeta Vicente Gallego que cuando era adolescente empezó a escribir para poder expresar sus sentimientos, y ahora, cumplidos ya los 60 años, sigue exhibiendo su lado más personal en cada uno de los versos que compone. El de València, considerado uno de los mejores poetas contemporáneos de la Comunitat, llegó esta semana al Auditori i Palau de Congressos de Castelló para dar a conocer una decena de poemas de su libro inédito Abril del limonero.
El que está por llegar es un poemario de un enamorado. Lo advirtió el propio Gallego minutos antes de comenzar el recital, cuando reconoció que las composiciones que iba a mostrar nacieron de observar el limonero que hay en el patio de la casa de la que ahora es su pareja y que le escuchaba desde la primera fila de la sala de Cámara Manuel Babiloni.
La chupa de cuero y el aspecto guerrero de sus inicios ha dado paso a una vestimenta de traje más formal y una pose serena. Eso sí, la misma mirada limpia y avispada que canta a la pasión amorosa: "En todo triunfa el amor". Hasta nueve poemas de Abril del limonero desgranó para el público castellonense acompañado del reconocido pianista Antonio Galera en esta velada organizada por el Institut Valencià de Cultura y que llevaba por título La música de les paraules.
Gallego pidió desde el primer momento la complicidad del público, "que como siempre que se trata de poesía, se concentra en una especie de ceremonia, en un espacio secreto… Pero entre todos sacamos adelante este espectáculo porque la poesía sale de nuestros corazones y porque los lectores son tan creadores como lo son los artistas".
Su poemario, todavía sin publicar, es un canto al enamoramiento y al árbol de la vida que para él representa ese limonero del patio de la casa de su mujer. A través de sus versos se lee el color, la luz, el frescor y el erotismo del momento actual del vate y narrador valenciano, que sigue en estado de gracia. Es un punto y seguido tras Rayos de luz serena, publicado este mismo año por la editorial barcelonesa La Garúa.
El público de Castellón también reconoció el talento de Antonio Galera, quien interpretó diez piezas al piano para dar paso a los versos entre las que destacaron L’heure exquise, de Reynaldo Hahn, unas goyescas de Enrique Granados y el Nocturno op 27, nº2, de Frèderic Chopin, música con la que se cerró el encuentro.
Vicente Gallego nació en Valencia en 1963 y está considerado uno de los autores más importantes de la denominada poesía de la experiencia, la que también cultivan Luis García Montero y Carlos Marzal. En su poesía podemos encontrar intensos versos a la amistad y a la vida y, por supuesto, un profundo sentimiento de humanidad y apatía con el resto de los mortales. El suyo es un estilo cotidiano y fresco pero no por eso carente de colores y delicadeza; parece escoger cada palabra con precisión ofreciéndonos versos claros y avasalladores.
Entre sus obras más importantes se encuentran Santuario, La luz, de otra manera, Los ojos del extraño y El sueño verdadero. Por su parte, Antonio Galera es uno de los mejores pianistas valencianos del momento. Su primer disco en solitario, Prélude, ha recibido el reconocimiento de la crítica especializada. Imparte cursos en la Universitat de València y en escuelas y universidades de Francia, Bélgica, Italia, México, Malasia, Qatar y Estados Unidos. Participa en las producciones del departamento de Educación del Palau de les Arts.