CASTELLÓ. El grupo municipal socialista de Benicàssim ha manifestado, en un comunicado a prensa, su preocupación por "cómo languidece" el Certamen Internacional de Guitarra Francesc Tárrega. Según señala su portavoz Miguel Alcalde, la cita cultural "nació hace más de 50 años con la voluntad de alagar la temporada estival, lo que ahora llamamos desestacionalizar, y su consolidación permitió incluir una gala final que proyectara la importancia del festival". Sin embargo, achaca que ahora "ven con tristeza" en qué lo han convertido Susana Marqués y la segunda alcaldesa, Cristina Fernández, y concejala de Turismo, "de la que solo sabemos que tiene una plaza de parking en la puerta del auditorio”, critica el edil.
El Certamen de Guitarra Francesc Tárrega habría pasado a convertirse con el tiempo -según los socialistas- en una reunión de algunos aficionados. “La situación del actual certamen es de de total abandono y de desaparición de su significado. No cuestionamos la calidad de los participantes ni de los jurados que son contratados para el festival; cuestionamos que no cumple el fin para el que se creó, la promoción turística y la prolongación de la temporada estival”, asevera Alcalde.
Desde el Grupo Municipal Socialista propusieron en el pleno de Benicàssim convocar un encuentro de todos los protagonistas de este proceso para "relanzar, actualizar e impulsar" un nuevo planteamiento del certamen con el objetivo de revitalizarlo. “Susana Marqués aceptó nuestra sugerencia y quedó en convocar la comisión, pero hasta día de hoy seguimos sin más noticias que el nombramiento de un nuevo coordinador con lazos familiares directos con el equipo de gobierno del PP, lo mismo que hacía Nepote hace dos mil años en Roma”, cuestiona el edil del PSPV.
En consecuencia, lo que los socialistas proponen es que durante los días del certamen se programen actuaciones en varios puntos de la ciudad en colaboración con la asociación de hosteleros de Benicàssim. También, aprovechar para hacer talleres infantiles de guitarra, atraer empresas que montasen stands de promoción y venta de guitarras e instrumentos musicales o hacer un concurso local de guitarra para vecinos de la ciudad. Todo “cosas que hiciesen que se enraizase en la cultura del pueblo, fuera rentable y no hubiera que recurrir a regalar entradas para poder llenar las distintas audiciones y selecciones hasta la gala final”, sentencian.