CASTELLÓN. Finaliza un partido y los jugadores del equipo senior del Rugby Castelló se reúnen para comer pizza y hacer convivencia. No están solos. Junto a ellos se encuentran los jugadores del Rugby Penyagolosa de Vila-real, invitados por sus anfitriones del otro lado del Mijares. Ambas formaciones se acaban de enfrentar en un duelo correspondiente a la tercera división valenciana y que se ha saldado con victoria del Rugby Castelló.
Como manda la tradición, el ganador le hace un pasillo a su rival al concluir el partido como gesto de agradecimiento por haber disputado el choque. Luego llega la parte social, donde se juntan los rugbistas de los dos equipos para comer y comentar el partido de forma amena, con ambiente de camaradería. Lo hacen poco rato después de haberse sometido a férreos marcajes en el campo. Es el denominado ‘tercer tiempo’, igual de importante o más que los 80 minutos de batalla sobre el rectángulo de juego.
Estos son algunos de los valores que transmite el rugby y de los cuales es fiel exponente el Rugby Castelló. La entidad de La Plana encabeza con autoridad la clasificación de una Liga en la que tiene como objetivo subir a la segunda categoría territorial. De momento ya tiene asegurada su clasificación para la fase de ascenso. Pero, por encima de la meta competitiva, lo que se antepone es la cultura del respeto entre compañeros y rivales. “Es un deporte que tendría que probar todo el mundo por los valores que emite. Nosotros intentamos trasladar una disciplina, una educación y un respeto, antes que un resultado”, expone Sergio Gastaldo Pons, jugador del equipo senior del Rugby Castelló y vicepresidente de la entidad.
El Rugby Castelló lleva más de 40 años fomentando estos modelos en todas sus categorías. Cuenta con equipos de nivel benjamín, alevín, infantil, cadete, juvenil y senior. En este último destaca la presencia de un equipo femenino que milita en la primera división valenciana. Todos, desde niños hasta mayores, están integrados en ese entorno de valores elevados que caracteriza a la cultura del rugby. Y entre esos principios está el respeto al árbitro, figura sagrada a la que no se puede faltar. Los padres de los chavales también lo tienen claro porque se habla mucho con ellos y se les subraya la importancia de que sus hijos lo pasen bien practicando el rugby, más allá de una victoria o derrota. Si algún padre le dice algo al árbitro durante un partido, se le invita a marcharse del campo.
Otro de los principios del Rugby Castelló es su carácter inclusivo. Los niños que se incorporan al club tienen las mismas posibilidades de jugar, independientemente de sus condiciones atléticas. “A nosotros nos han venido niños que no son bienvenidos en otros deportes por su físico. En rugby juegan gordos, flacos, altos, bajos, rubios o morenos. Y juegan todos lo mismo, sin importar si son mejores o peores”, afirma Gastaldo Pons.
Gastaldo Pons es uno de los veteranos del equipo senior, compuesto por jugadores de diversos orígenes sociales que se unen tres veces a la semana para entrenar después de sus jornadas laborales, y que el fin de semana se juntan para competir. Hay asesores financieros, mecánicos, empleados de hostelería, operarios de fábricas que trabajan por turnos, jefes de empresas o estudiantes. En el conjunto senior femenino la mayoría de la plantilla está formada por estudiantes.
Pero no se limitan a juntarse para entrenar y jugar. Los viernes tienen su jornada de convivencia en su local, junto al resto de equipos e integrantes del club. Hay una relación de amistad y cercanía entre todos. Y si alguno pasa por un momento difícil, cuenta con el respaldo del grupo. “Somos una familia y si un compañero tiene un problema, se le apoya”.
El Rugby Castelló participa en diversas actividades de carácter social, entre las que destaca su implicación en el movimiento Movember, surgido en Australia, en 2003, para recaudar fondos contra el cáncer de próstata, el cáncer de testículo y la depresión masculina, entre otros. En su adhesión a la causa, los integrantes del club se dejan crecer el bigote durante todo el mes de noviembre.
El movimiento no es exclusivo para hombres, pues se anima a participar también a mujeres y niños para que colaboren y conciencien a la sociedad, ya sea pintándose unos bigotes o poniéndose unos de adorno. El evento finaliza con una cena en la que se recaudan fondos mediante donaciones y subastas benéficas. El club de La Plana realizará ese acto el 1 de diciembre y los ingresos obtenidos serán destinados a la Fundación Movember.
Esta es una de muchas actividades que realiza el Rugby Castelló, cuyo fin no se limita al rendimiento en el terreno de juego. Hay elementos de integración, formación humana y solidaridad que son parte fundamental del propósito de la entidad, y que se inculcan desde la más tierna infancia.