CASTELLÓ (EFE). El bloqueo del mar Rojo, que ha disparado el coste del comercio entre Asia y Europa, amenaza con desestabilizar cadenas de montaje de industrias especialmente sensibles a los retrasos, como la del automóvil, y elevar los precios para los consumidores.
Las demoras en la llegada de productos clave para el sector alimentario como aceite de palma, trigo, maíz y arroz pueden contribuir asimismo a impulsar los precios, según los expertos consultados por EFE, en un momento en el que los bancos centrales continúan vigilando de cerca la inflación.
También se mantiene alerta ante la crisis el sector textil, particularmente dependiente de las entregas internacionales.
En la automoción, Volvo y Tesla se han visto obligadas a suspender algunos segmentos de su producción en Europa por falta de componentes y Michelin ha desactivado parte de la fabricación en sus cuatro centros españoles ante la caída en las existencias caucho.
Marcas como Seat, Renault y Ford han indicado a EFE que sus cadenas trabajan por ahora con normalidad, mientras que Stellantis, matriz de Citroën, Opel y Peugeot, entre otras, ha recurrido al transporte aéreo para compensar retrasos puntuales en algunos barcos, un contratiempo que, asegura, casi no ha tenido impacto en la fabricación. Volkswagen subraya que no prevé "restricciones significativas" en sus plantas.
Fuentes del sector señalan que la industria está preparada para poner en práctica lecciones aprendidas durante la pandemia de coronavirus, cuando las cadenas de montaje mejoraron su flexibilidad para amoldarse a interrupciones en la llegada de determinados componentes.
Desde el Club de Exportadores e Inversores Españoles, que agrupa a empresas con actividad internacional, subrayan que "va haber retrasos, pero no escasez" de productos.
Ante la perspectiva de que el conflicto con los rebeldes hutíes del Yemen que está bloqueando la circulación en ambos sentidos del canal de Suez se enquiste durante meses, algunas empresas están haciendo acopio de bienes para asegurarse el género en sus lineales, resaltan los expertos.
El coordinador del grupo de trabajo Asia-Pacífico del Club de Exportadores, Ramón Gascón, advierte a EFE de que "los precios aún no se han trasladado al consumidor, pero acabará ocurriendo si la situación se alarga".
Destaca, al mismo tiempo, que el coste del transporte representa un porcentaje reducido del precio final de los productos, por lo que las subidas atribuibles directamente al incremento de los fletes marítimos será limitada.
El gestor de activos Ostrum Asset Management afirma por su parte que si bien no se anticipa un "shock inflacionista" similar al de 2021, la interrupción de las rutas comerciales que han dejado de ser seguras puede ser un catalizador de subidas en el futuro.
Las principales navieras del mundo, incluidas Maersk, Hapag-Lloyd y la Mediterranean Shipping Company (MSC), han suspendido todas sus operaciones en el mar Rojo para evitar ataques a sus buques, que ahora deben rodear el cabo de Buena Esperanza para llegar a Europa, lo que suma entre dos y tres semanas de viaje.
El coste de un contenedor de 40 pies (12,19 metros de largo) para transportar mercancía desde China y el este de Asia al norte de Europa se ha disparado hasta 5.410 dólares, según de la plataforma logística Freightos. La tarifa se ha multiplicado por 3,3 desde el 22 de diciembre.
Los buques petroleros se han visto hasta ahora menos afectados que los portacontenedores, lo que ha contribuido a contener la subida del crudo, pero ese escenario está comenzando a cambiar. Shell se ha sumado esta semana a BP en la congelación de sus operaciones en el mar Rojo y Catar ha desviado sus envíos a Europa de gas natural licuado.
Uno de los modelos con los que trabaja la Hacienda británica (HM Treasury) prevé que la crisis eleve en más de 10 dólares el barril de petróleo y hasta un 25 % el precio del gas natural, un incremento que puede contribuir asimismo a la inflación en el resto de sectores económicos.
"Nada de todo esto se va a resolver en una cuestión de días ni de semanas, desafortunadamente, y en ese caso las perturbaciones no van a hacer más que escalar", señala a EFE Marco Forgione, director general del Institute of Export & International Trade.
El conflicto "tiene el potencial de escalar de maneras inesperadas y tener un impacto aún mayor en el comercio global", sostiene el responsable del grupo de empresas exportadoras e importadoras.
El comercio entre Asia y España alcanza un valor anual de 135.000 millones de euros. La mayor parte de los intercambios son importaciones, pero el bloqueo también afectará a las exportaciones del sector primario español, entre otros.
El ministro de Industria y Turismo, Jordi Hereu, asegura que las incidencias detectadas hasta ahora no son graves, aunque "es evidente que hay unas industrias que tienen que replantear estrategias logísticas a corto plazo".
Una de las rutas comerciales más afectadas es la que une España con China, el cuarto socio comercial internacional del país, solo por detrás de Francia, Alemania e Italia.
En el primer semestre de 2023, las importaciones desde el país asiático sumaron 22.375 millones de euros, según datos de la Fundación Consejo España China, y las exportaciones 3.739 millones.
España compra al gigante asiático equipos de oficina, maquinaria, productos químicos, textiles, juguetes, calzado, automóviles y otros bienes de consumo como electrodomésticos y muebles, y le vende principalmente productos químicos, cárnicos y materias primas, así como productos pesqueros, lácteos, frutas y hortalizas, y bebidas.