CASTELLÓ. El estilo de juego ofensivo que ha instaurado Dick Schreuder en el Castellón se ha convertido en una seña de identidad que no entiende de circunstancias ni marcadores. Los albinegros mantienen su filosofía de ataque independientemente del resultado y de los riesgos que pueda generarles en un momento crucial del partido.
Así, el conjunto de la Plana mantiene las líneas adelantadas con marcador a favor y sigue presionando en busca de más. Con esa propuesta, el peligro de que le sorprendan en una contra siempre estará ahí, pero por encima de todo prevalece el principio de que la mejor forma de proteger una ventaja es tratar de ampliarla.
Hasta ahora, el Castellón ha encontrado premio a su ambición ganando en todas las ocasiones en que se ha adelantado en el marcador. Han sido nueve los partidos en los que ha cobrado ventaja y en todos ellos se ha llevado los tres puntos.
Por lo general, se ha impuesto de forma solvente. Salvo en los triunfos frente a Málaga y Ceuta, en los que el Castellón sufrió en la recta final para mantener su renta, en los siete restantes controló la situación con marcador a favor y, en algunos casos, acabó goleando.
Los partidos frente a Recreativo de Huelva (3-0), Mérida (5-1) y Real Madrid Castilla (4-1) ilustran bien ese lado insaciable de los orelluts. Pero el Castellón también ha encontrado recursos ofensivos cuando las fuerzas han estado menos desequilibradas, logrando imponer su dominio desde la posesión. Ante el Atlético de Madrid B y el Alcoyano, los albinegros administraron su ventaja inicial manteniendo la pelota con criterio y sin renunciar a buscar más goles. En ambos casos, acabaron ganando por 2-0.
Esta filosofía de juego no garantiza éxito en todas las ocasiones, pero hasta ahora se está demostrando más eficaz que encerrarse atrás para defender un resultado, algo que, con bastante frecuencia, acaba pasando factura.