VALÈNCIA. El informe 2022 de AseBio (Asociación Española de Bioempresas) estimaba en torno a 4.362 el número de empresas españolas que realizan actividades biotecnológicas, de las cuales 898 son puramente biotech. Según estos datos, casi tres de cada 1.000 empresas de nuestro país serían biotecnológicas con un perfil en el que predominan las micropymes y las pymes, con tendencia a la polarización. Según el informe, el 54% de las 898 compañías son micro pymes con menos de 10 empleados, mientras que el 30% las integran empresas de 10 a 49 empleados. Las 30 grandes empresas con más de 250 empleados tienen una facturación media superior a los 219 millones de euros y representan el 50% de la facturación total.
En cuanto a las áreas en las que más centran su actividad corresponden a la salud humana (un 50%) y la alimentación (39%), seguidas de lejos por las actividades relacionadas con la agricultura y a la producción forestal.
Ya dentro de la biotecnolgía médica, una rama que cobra cada vez mayor impulso es la creación de nuevos fármacos, a la que algunos se refieren como la biotecnología roja. Actualmente, cerca del 70% de los medicamentos que se encuentran en desarrollo en el mundo son biotecnológicos o fundamentan su innovación en el más profundo conocimiento de la biología molecular, genética o celular.
Un caso de éxito en dicha área lo representa la valenciana Arthex Biotech, startup que surge en 2019 como una spin-off de la Universidad de Valencia. se basan en MicroARN moduladores para el desarrollo de medicamentos innovadores y mejorar así la vida de pacientes con necesidades médicas insatisfechas. El principal compuesto que la compañía tiene en fase de investigación es ATX-01, un novedoso tratamiento para la distrofia miotónica tipo 1 (atrofia y debilidad muscular con afectación multiorgánica). Para avanzar los ensayos, la startup logró cerrar el pasado mes de mayo una ronda de financiación serie B por valor de 42 millones de euros. La ronda la lideró Columbus Venture Partners, sociedad gestora de capital riesgo española centrada en los sectores de biotech y salud.
Arthex Biotech ha sido también galardonada en la edición de este año del VLC Startup Awards con el Premio a la mejor startup 2023.
También en el desarrollo de un nuevo compuesto terapéutico tienen el foco puesto en Laminar Pharma. La empresa nace hace 17 años como spin-off de la Universidad de las Islas Baleares (UIB) a raíz de las investigaciones llevadas a cabo por el doctor Pablo Escribá con lípidos en la membrana celular y que ha derivado en enfoque terapéutico que han acuñado con el nombre de meliterapia. En este caso, su compuesto más avanzado es LAM561 que se orienta a pacientes con glioblastoma, el tumor cerebral más agresivo, letal y frecuente dentro del grupo de los gliomas.
La empresa cuanta con un equipo de 25 personas contratadas y, aunque a lo largo de sus 17 años de vida han conseguido levantar la suma de 36 M€, cerca de la mitad corresponde a los dos últimos años. En total cuentan con 2.350 inversores, muchos grandes, pero también pequeños gracias a distintas campañas de crowdfunding. De hecho ostentan el récord de haber sido el proyecto con mayor volumen captado con este instrumento en Capital Cell, 3,5 millones de euros.
Volviendo a la Comunidad Valencia, otra biotecnológica que destaca es EpiDisease centrada en el diagnóstico basado en técnicas epigenéticas. La epigenética es el estudio de los mecanismos que regulan la expresión de los genes sin una modificación en la secuencia del ADN que los compone. Establece la relación entre las influencias genéticas y ambientales que determinan un fenotipo.
“Nuestro equipo se dedica al desarrollo científico de herramientas y soluciones de diagnóstico in vitro (IVD) de vanguardia que combinan la genética, la epigenética y la IA para gestionar patologías complejas, y mejorar la vida de millones de personas en el mundo cada día”, afirman. La empresa recibía el pasado mes de mayo 1,9 M€ para desarrollar su herramienta de diagnóstico y pronóstico de la sepsis y shock séptico, IVD HISTSHOCK.
EpiDisease es una la spin-off del Ciber (Centro de Investigación Biomédica en Red), el Incliva (Instituto de Investigación Sanitaria) ubicada en el Parc Científic de la Universitat de València. La empresa tiene en cartera herramientas de diagnóstico in vitro para distintas patologías, como la escoliosis idiopática del adolescente o Agingmetrix, para el análisis de biomarcadores epigenéticos de miARN y/o metiliación del ADN relacionados con el envejecimiento. La compañía ha sido premiada por sus contribuciones disruptivas a la mejora de biomarcadores médicos de precisión y herramientas de diagnóstico in vitro para patologías.
Ya en el terreno agroalimentario y medioambiental, muchas de las nuevas soluciones biotech hacen hincapié en la búsqueda de distintas variedades de alimentos, plantas y especies vegetales, así como en alternativas basadas en biopesticidas o biofertilizantes.
Un caso curioso en este campo es la startup Venvirotech fundada por Patricia Aymà, junto a Noelia Márquez y Jordi Margarit. La biotecnológica se ha especializado en la producción de bioplásticos biodegradables a partir de residuos orgánicos usando bacterias. La empresa anunciaba el pasado mes de julio el cierre de una ronda de 11 millones de euros, una de las mayores del año en el sector biotech.
También en Econward ponen el foco en los residuos, pero estos para aprovecharlos y producir con ellos energías renovables contribuyendo así a la lucha del cambio climático. A esto se dedican con Biomak, tecnología de desarrollo y comercialización propia.