VALÈNCIA. Se conoce como 'ghosting' la práctica, muy extendida actualmente con el 'boom' de las redes sociales, de cortar la comunicación sin explicación alguna con una persona con la que se mantenía hasta ese momento una relación afectiva o amistosa. Así ven algunos altos cargos del Ejecutivo valenciano cómo ha terminado la unión de siete años entre el presidente de la Generalitat, Ximo Puig, y la vicepresidenta del Consell, Mónica Oltra, quien anunció su dimisión el miércoles tras ser imputada el pasado 16 de junio por el Tribunal Superior de Justicia de la Comunitat Valenciana.
Ni en aquel momento ni al menos hasta este jueves, se había producido contacto entre Puig y Oltra más allá del saludo y reunión común del pleno del Consell del viernes pasado. Un hecho que sorprende a la mayoría de dirigentes de ambos partidos (PSPV y Compromís) consultados por este diario, que no se explican cómo ambos líderes -especialmente en el caso del presidente- no han dado un paso adelante después de siete años de unión botánica para hablar de la situación.
En esta línea, el conseller de Economía y miembro destacado de Compromís, Rafa Climent, opinó este jueves que Puig debía haber llamado a Oltra tras su imputación y antes de su dimisión, además de lamentar lo que considera una falta de "empatía" por parte del jefe del Consell. "Si no se habla no es por culpa de uno, hay que reflexionar por qué ha pasado esto", subrayó, para añadir no obstante, que echó en falta "mínimamente una llamada del 'president'".
Esta es, de hecho, una de las opiniones generalizadas en ambos bandos: parece lógico que Puig debiera haber llamado a Oltra tras conocerse la imputación o en los días posteriores cuando la vicepresidenta anunció que no dimitiría. Es más, algunos en el entorno del presidente entienden incluso que éste no llamara y sitúan la responsabilidad a partes iguales en la relación, aunque no terminan de comprender que tampoco se produjera una conversación o un encuentro tras su marcha, para tratar de dotar de cierta normalidad institucional al abrupto desenlace. No obstante, estas fuentes también recalcan en que la despedida de Oltra estuvo llena de mensajes críticos a Puig, por lo que entienden que quizá no es el momento adecuado para una cita o charla entre ambos referentes políticos.
En cualquier caso, no es la primera vez que se produce un corte de comunicación entre ambos líderes que posteriormente terminó reconduciéndose. El adelanto electoral promovido por Puig en 2019 y comunicado a Oltra a última hora, ya dejó las relaciones maltrechas. De hecho, la propia vicepresidenta describió en la rueda de prensa del pasado miércoles la situación de entonces cuando, tras las elecciones, se reunieron para tratar el segundo pacto del Botànic: "Nos juntamos en el mismo lugar que en 2015, en un piso del centro de València, y le dije: 'Mira, tú y yo somos los mismos, pero la situación ya no es la misma, vamos a renovar el Gobierno pero ya no es igual'", relató, para asegurar que en aquel momento le dijo a Puig: "En el momento que nuestros 17 diputados te voten, te damos la capacidad de cesarme". "¡Qué cosas dices, cómo voy a cesarte yo a ti!", aseguró que le respondió a que Puig. "Ya lo has hecho", le dijo Oltra, en referencia al avance electoral de 2019.
Pero más adelante, también hubo otro momento de incomunicación. Tras las tensión en la negociación presupuestaria en noviembre de 2020, Oltra reiteró públicamente que no había hablado con el presidente Puig en ningún momento de esa crisis. Es más, insistió en ello durante un mes hasta que, finalmente, se llevó a cabo una cita de carácter "privado" de la que Presidencia no sirvió imagen. Otra muestra de los vaivenes en una relación que, tras siete años de convivencia institucional, se ha terminado con un silencio atronador.