MADRID (EP). El Gobierno ha señalado en una respuesta parlamentaria que la supresión del IVA en alimentos básicos y la rebaja del 10 al 5% de este mismo tributo en pastas y aceites aprobada a comienzos de año "no implica necesariamente una rebaja de precio".
Ante una pregunta escrita del diputado de Esquerra Republicana (ERC), Joan Capdevila, sobre la valoración de esta medida aprobada con el último decreto anticrisis, el Ejecutivo ha explicado en su respuesta, a la que ha tenido acceso Europa Press, que los precios de los alimentos están afectados por la evolución de los costes y los márgenes, así como de la fiscalidad.
De este modo, dice el Gobierno, una rebaja de la fiscalidad indirecta, como es el caso del IVA, no implica necesariamente una rebaja de precio, sino que implica un menor precio frente a la situación contrafactual sin rebaja impositiva. Es decir, que de no haber esa rebaja de IVA, los precios de los alimentos serían probablemente más caros que su precio actual.
Para analizar la evolución de este encarecimiento, el Gobierno ha creado un sistema de monitorización de precios en tiempo real que le permite observar la evolución de las referencias comercializadas por los principales operadores del mercado.
Según los datos del Instituto Nacional de Estadística (INE), los precios de los alimentos crecieron en marzo un 16,5% en tasa interanual, una décima menos que en febrero, cuando aumentaron hasta la tasa récord del 16,6%.
No obstante y pese a reconocer que la bajada del IVA podría no tener efecto sobre el precio final, el Gobierno ha apuntado en otras respuestas parlamentarias que la rebaja fiscal sí ha permitido contener los precios de alimentos.
Ante preguntas de varios diputados de Vox, el Ejecutivo ha afirmado que la rebaja fiscal sí ha permitido contener el incremento del precio de los alimentos en España y se ha logrado cambiar la tendencia de la evolución.
Además, desde el Gobierno apuntan que la tasa de inflación interanual de los alimentos e España se encuentra por debajo de la Unión Europea. Con esto el Ejecutivo quiere decir que el incremento de los precios de los alimentos en España no es un hecho aislado "ni se debe a un comportamiento anómalo de la cadena de valor" española, sino que es consecuencia del contexto climático y geopolítico que ha afectado al conjunto de la producción de alimentos a escala europea y global.
En este escenario, y tras haber registrado en marzo el IPC general una subida del 0,4% con respecto al mes anterior, el Gobierno considera que la inflación ya "ha tocado techo", por lo que confía en que la merma de costes de producción que se observa desde el verano pasado empiece a trasladarse a lo largo de la cadena "paulatinamente".