MADRID (EFE/EP). La Comisión de Hacienda del Congreso vivió este lunes una sesión caótica, marcada por el desconcierto, la confusión y los continuos recesos, lo que la ha prolongado durante más de ocho horas, hasta casi la una de la noche, con un giro de guión incluido que permitió al Gobierno salvar, al menos hasta el próximo jueves, parte de su paquete fiscal.
Se aprobó: subida del 18 % al 20 % en el IRPF para el ahorro; gravamen a los vapeadores; subida de los impuestos del tabaco; tipo mínimo del 15 % en el impuesto de sociedades para las multinacionales y grandes empresas; subida del 14 al 15% del gravamen a la base liquidable del ahorro en rentas de más de 300.000 euros; subida del IVA a los apartamentos turísticos; lucha contra el fraude de los hidrocarburos; mejora de la tributación de los artistas; reforma del Impuesto de Sociedades; deducciones en el IRPF por obras de mejora de eficiencia energética; bonificación a las contrataciones en entidades deportivas no profesionales sin ánimo de lucro.
No se aprobó: subida del diésel; reforma fiscal de las Sociedades Cotizadas de Inversión Inmobiliaria (Socimi); impuesto a la banca; impuesto a las empresas energéticas. El PSOE ha prometido mantener estos dos últimos mediante enmienda y decreto ley, respectivamente.
El equilibrio imposible que el Ejecutivo llevaba intentado conseguir durante varias semanas para sacar adelante sus medidas fiscales con el apoyo de grupos que exigen condiciones contrarias, como ERC y Junts per Catalunya, ya hizo que la comisión fuera aplazada en dos ocasiones antes de reunirse este lunes.
Desde el principio de la sesión, reinó el ambiente de descontrol, con diputados que salían y entraban de la sala hablando por teléfono e intercambiándose papeles, mientras otros se quejaban de que no sabían ni qué iban a votar, entre ellos los portavoces de ERC y EH Bildu.
"Esto no es serio. No sabemos ni qué se va a votar, porque se mete una cosa y otra y otra", apuntaba en uno de los recesos un asesor jurídico del PP, mientras Pilar Vallugera (ERC) no disimulaba su indignación por la premura de tener que votar enmiendas transaccionales si poder estudiar su impacto.
Entretanto, el secretario de Estado de Relaciones con las Cortes, Rafael Simancas, seguía muy de cerca el transcurso de los acontecimientos, de los que informaba desde el patio de la cámara en largas conversaciones telefónicas.
La Comisión de Hacienda debía aprobar este lunes el proyecto de ley que establece un tipo mínimo del 15 % en el impuesto de sociedades para las multinacionales y grandes empresas, para lo cual el Gobierno contaba con el apoyo anunciado del PP, ya que se trata la transposición de una directiva europea.
Sin embargo, en este proyecto de ley el Ejecutivo colgó hace semanas su paquete fiscal en forma de enmiendas y algunas de ellas se aprobaron este lunes por acuerdos de última hora con distintos grupos, lo que llevó al PP a retirar su respaldo.
Entre ellas, figura la subida del 18 % al 20 % en el IRPF para el ahorro, gravar los vapeadores y subir los impuestos del tabaco.
A pesar de la aprobación de esas enmiendas transaccionales, después de votarse una a una las más de 130 presentadas, el Gobierno seguía sin tener los apoyos necesarios para la votación final de todo el texto (dictamen), lo que llevó al presidente de la comisión, el socialista Alejandro Soler, a tenerla en suspenso durante cuatro horas, hasta las 0.41.
Un receso que algunos diputados aprovecharon para cenar, mientras otros seguían protestando porque no tenían habitación de hotel para esta noche.
El giro de guión vino cuando ERC, EH Bildu y el BNG anunciaron sobre las 23.00 un acuerdo con el Gobierno que permitía a este superar la votación y sacar adelante el impuesto a la banca en el pleno del jueves, así como un futuro real decreto ley que prorrogará un año el gravamen a las grandes energéticas.
A pesar de ello, la sesión tardó cuatro horas más en reanudarse, durante las cuales el PP elevó varias protestas por considerar que la comisión estaba "secuestrada".
"Esto es un secuestro sin pasamontañas", llegó a decir el 'popular' Pedro Muñoz Abrines pasada la medianoche.
Finalmente, la comisión se reanudó a las 0.41 horas y Junts sorprendió apoyando la ley, ya que siempre había supeditado su respaldo a la eliminación del impuesto a las energéticas.
Parlamentarios del PP y Vox manifestaron entonces su más enérgica protesta por el desarrollo de la sesión y la "aparición de documentos nuevos", en alusión al acuerdo de última hora del Ejecutivo con sus socios de izquierdas.
La votación, no obstante, tanto de la ley de tipo mínimo como de las otras medidas fiscales, prosperó, con 19 votos a favor (PSOE, Sumar, ERC, Bildu, PNV, Junts y BNG) y 17 en contra (PP y Vox).
Tras superar este trámite contra todo pronóstico, la ley de tipo mínimo y las enmiendas incorporadas del paquete fiscal deberán aprobarse en el pleno del próximo jueves, donde además resultarán imprescindibles los cuatro votos de Podemos.
Sin ellos, las ocho horas de caos e incertidumbre vividas esta noche no habrán servido para nada.
El proyecto de ley incluye un nuevo impuesto mínimo global del 15% a las empresas multinacionales. También contempla gravar a los vapeadores, subir el IVA a los apartamentos turísticos, luchar contra el fraude de los hidrocarburos, mejorar la tributación de los artistas o reformar el Impuesto de Sociedades para contrarrestar la sentencia del Tribunal Constitucional que declaró la nulidad parcial de una reforma sobre este tributo que ejecutó el exministro de Hacienda, Cristóbal Montoro.
No prosperó, sin embargo, la transformación del gravamen a la banca en un impuesto que, conforme a lo pactado con el PNV, iban a gestionar las haciendas forales.
En ese clima de falta de acuerdo al PSOE no le quedó otra que prometer a ERC, BNG y EH Bildu intentar tramitar el impuesto a la banca en el pleno del jueves y prorrogar un año el tributo a las energéticas, a pesar de que previamente había pactado con Junts dejarlo morir el 31 de diciembre.
Además, no se aprobó la subida de diésel y la reforma fiscal de las Sociedades Cotizadas de Inversión Inmobiliaria (Socimi) que el PSOE había pactado con Sumar.
Sí se aprobaron enmiendas tanto de PSOE como del PNV para añadir deducciones en el IRPF por obras de mejora de eficiencia energética y para combatir el fraude en el IVA de hidrocarburos, que afecta al mercado de gasóleos, gasolinas y biocarburantes destinados a su uso como carburante en vehículos automóviles, bajo la modalidad de missing traders.
A su vez, se incluyeron iniciativas de Sumar para que las sociedades cooperativas puedan ajustar su resultado contable en el importe que destinen, obligatoriamente, con cargo a sus resultados, al Fondo de Reserva Obligatorio.
También para que los socios trabajadores y del trabajo de las cooperativos entren dentro del concepto de "trabajadores admisibles", que las retribuciones de los socios trabajadores y de trabajo de las cooperativas se recojan dentro del concepto de "costes salariales admisibles" y que la remuneración de las aportaciones al capital social entre dentro de los costes salariales admisibles.
La última enmienda de los plurinacionales es para que la bonificación del 50% de la cuota íntegra del Impuesto de Sociedades se considere un crédito fiscal reembolsable admisible. Asimismo, se otorga similar tratamiento a la deducción en la cuota íntegra del Impuesto de Sociedades aplicable a las cooperativas especialmente protegidas sometidas a tributación en territorio foral.
Entre las enmiendas aprobadas del PSOE, se incluyeron los impuestos al tabaco y los vapeadores, el IVA a los arrendamientos de vivienda de corta duración, la extensión de la obligación de expedir y remitir factura electrónica a todas las relaciones comerciales entre empresarios y profesionales.
También se aprobó una enmienda transaccional de los socialistas con Junts para rebajar de manera progresiva el Impuesto de Sociedades a empresas cuyo importe neto de la cifra de negocio sea inferior a un millón de euros. Frente al 23% que se grava a estas empresas en la actualidad, se ha rebajar el impuesto para que la parte de base imponible comprendida hasta los 50.000 euros se grave a un tipo del 17% y la restante al 20%.
En esta enmienda se incluye una medida para fortalecer la reserva de capitalización de las empresas, una herramienta fiscal con la que las sociedades y los negocios pueden incrementar sus fondos propios.
Así, las empresas podrán deducirse hasta un 20% del importe del incremento de sus fondos propios, frente al 15% actual. Ese 20% puede ascender si la empresa contrata a más gente, de manera que la deducción asciende hasta un 23% si la plantilla aumenta entre un 2% y un 5%; hasta el 26,5% si el número de empleados crece entre un 5% y un 10%; y hasta el 30% si aumenta en más de un 10%, siempre con respecto al periodo impositivo anterior.
Otra transaccional aprobada de PSOE, Junts y Sumar, es para gravar con un 15%, frente al 14% actual, la base liquidable del ahorro en rentas de más de 300.000 euros. En el caso de los contribuyentes que tuviesen su residencia habitual en el extranjero, el porcentaje asciende hasta un 30% a partir de los 300.000 euros.
A esto se suma una nueva disposición, pactada entre el Gobierno y Junts, para bonificar las contrataciones en entidades deportivas no profesionales sin ánimo de lucro. También se ha aprobado otra disposición sobre rendimientos de actividades artísticas obtenidos de manera excepcional.