VALÈNCIA. La falta de personal en numerosas áreas, incluidas las Urgencias, está provocando un serio problema para el Sistema Nacional de Salud, según denuncia el Instituto Coordenadas tras analizar el informe ‘Oferta-Necesidad de Especialistas Médicos 2021-2035’, en el que considera que “queda patente que cada vez son más las especialidades médicas que tienen problemas para hacer frente al necesario relevo generacional”.
Entre ellas cita también la Medicina de Familia y Comunitaria, cuyo perfil está actualmente catalogado como de “alta necesidad” al ser la segunda especialidad más envejecida y contar con una tasa de reposición muy justa; y otras como Anestesiología y Reanimación, Geriatría o Medicina de Urgencias y Emergencias.
La entidad señala que las Urgencias es una de las áreas que presenta un mayor cúmulo de problemas al tener un «déficit creciente» de profesionales. Para 2035, los urgenciólogos será el colectivo más envejecido, ya que el 53,2% tendrá más de 50 años y el 15,7% entre 60 y 65, advierte el Instituto Coordenada.
“Una falta de profesionales que se achaca a diversos factores, entre ellos la fuerte presión a la que se ven sometidos sus especialistas y que hace que muchos no deseen trabajar en estos servicios por las recurrentes situaciones de estrés que padecen”, añade.
Según el vicepresidente ejecutivo del Instituto Coordenadas, Jesús Sánchez-Lambás, “el incremento de pacientes está sobrepasando las capacidades de los sistemas de Urgencias y Emergencias. Una situación que se agrava conforme pasa el tiempo, a lo que hay que sumar el problema que no aparece en las normas legales de especialidades del MIR, con graves déficits al no disponer de una estructura docente y que cada Comunidad Autónoma tiene su propia regulación, ya que en nuestro país no es posible estudiar una especialidad tan demandada por los pacientes como es Urgencias, donde los hospitales reciben cada día a miles de pacientes con necesidades médicas urgentes a satisfacer en todo el territorio nacional. Esta ausencia de un marco legal en el Sistema Nacional abre, ciertamente, un espacio de inseguridad jurídica injustificable”.
La falta de estudios concretos en esta área de especialización en España hace que muchos médicos que desean ser urgenciólogos se formen como médicos de familia; después son los servicios de Atención Primaria y Urgencias quienes intentan atraerles, indica el Instituto. Otra opción por la que optan es marcharse a estudiar la especialidad a otro país, una realidad que provoca una disparidad en la formación al no existir uniformidad en los conocimientos y los procedimientos.
Agrega que el área de Urgencias se caracteriza, en parte, por la necesidad de controlar numerosos parámetros y factores relacionados con patologías convergentes y, algunas de ellas, especialmente agudas donde los primeros minutos son vitales y las decisiones se convierten en cruciales.
El Instituto Coordenadas explica que la Sociedad Española de Medicina de Urgencias y Emergencias (Semes) afirmaba el pasado mes de julio que “los urgenciólogos atienden todo tipo de patologías con máxima disponibilidad -24 horas al día, 365 días al año- siendo el colchón de seguridad del Sistema Sanitario. Además, tienen residentes de diferentes especialidades en sus servicios sin tener ellos mismos reconocida su especialidad; y se encuentran ante una situación de absoluta saturación”.
Alerta de que esta saturación de las Urgencias se produce, en parte, por “el creciente abuso ante un sistema colapsado”. Según Sánchez-Lambás, “si un paciente que no se encuentra bien, pide cita a su médico de cabecera y éste no puede atenderle hasta pasados varios días, e incluso, en algunos casos, hasta pasada una o dos semanas. En muchos casos, el paciente empeora o intenta satisfacer su problema médico y la ansiedad inherente por la vía que considera más rápida. Ante cualquiera de estos dos escenarios, el desenlace es el mismo: esta persona acaba visitando Urgencias para encontrar solución a una dolencia que no ha podido ser atendida por la vía ordinaria, por Atención Primaria. Esto provoca que a las urgencias hospitalarias reales se sumen las urgencias que no lo son tanto, con el consiguiente colapso de este servicio”.
SEMES advertía a comienzos de año que las visitas a urgencias han aumentado en torno a un 30-50 por ciento, superando por completo la capacidad de estos servicios, agravado por las bajas que se sucedieron durante la covid por parte de muchos de sus profesionales. “Ahora, aunque en menor medida, siguen produciéndose al estar los urgenciólogos en primera línea y recibiendo a cientos o miles de pacientes cada día”, dice el Instituto Coordenadas.
Algunas de las soluciones que plantea el Instituto Coordenadas pasan por “hacer un uso más responsable de los servicios de Urgencias, una mayor apuesta por la mejora de la Atención Primaria en todo el territorio nacional y así contribuir a la descongestión de las Urgencias; y, por supuesto analizar detenidamente los motivos por los que algunos facultativos rechazan un contrato para ejercer en este servicio”.
Sánchez-Lambás añade que “la creciente incorporación de la digitalización a los servicios de Urgencias hospitalarias está contribuyendo de forma notable a su descongestión, ya que permite una atención más rápida a los pacientes y un diagnóstico más ágil; ya que, en la actualidad, la tecnología hace que la comunicación médico-paciente sea óptima. Cada vez más hospitales disponen de los recursos necesarios para que esta asistencia digitalizada en las Urgencias se implemente con éxito”. De hecho, comunidades como Madrid están ya realizando una fuerte apuesta por la digitalización de sus servicios de Urgencias.