CASTELLÓ. El Liverpool se encuentra muy cerca de llegar a un acuerdo definitivo con el Valencia CF para cerrar la adquisición de Georgi Mamardasvili como guardameta del equipo de Anfield.
Las últimas horas han sido decisivas a la hora de acercar posturas en dos puntos en concreto. El primero, cómo no, el económico. El conjunto de la Premier ha tenido que elevar el montante económico del fijo de la primera oferta que se situaba en 30 millones de euros. Tras la negativa de Lim a aceptar dicha oferta, el equipo inglés subió dicha partida y el global de la oferta entre fijo y variables (algunas todavía se están negociando) ronda los 40 millones de euros.
El segundo aspecto en el que había que profundizar era el destino de la cesión de Mamardashvili. En un principio el georgiano iba a salir cedido por el Valencia al Bournemouth. Tras uno o dos años allí cedido (según decidiera el Liverpool) el jugador volvería al Valencia CF que inmediatamente lo trasferiría al Liverpool.
Una compra aplazada con un equipo puente dado que las normas del fútbol inglés impiden comprar a un futbolista y cederlo en la misma ventana de fichajes.
Sin embargo Mamardashvili contemplaba como idea inicial abandonar únicamente Valencia para ocupar como titular la puerta de un equipo con aspiraciones y que jugara en Europa.
El volver a sentirse titular el pasado sábado en un entorno que conoce a la perfección hizo que su entorno comunicara al Liverpool que no deseaba ir cedido al Bournemouth y que su preferencia era continuar cedido en Mestalla, según informó ayer a mediodía el perfil georgiano de noticias deportivas en X, @Geo_team .
Una vez el Liverpool aceptó dicha petición del guardameta, parece que el propietario de Meriton Holdings ha flexibilizado su postura negociadora. De este modo el Valencia se aseguraría la continuidad una temporada más (la segunda dependerá de la voluntad de los "reds") de su portero titular aunque ahora lo haría en calidad de cedido.
El acuerdo puede cerrarse en las próximas horas y poner fin a uno de los culebrones del verano. En lo deportivo, el equipo se asegura la continuidad (al menos un año) de su jugador más diferencial, y en lo institucional la plantilla añade otro cedido a su disciplina con lo cual sigue menguando su valor patrimonial.