CASTELLÓ. Un total de 393 estudiantes han estrenado este miércoles el colegio Embajador Beltrán tras la demolición del viejo edificio, el derrumbe de las antiguas viviendas de maestros y la construcción de dos nuevos bloques por 4,9 millones de euros. En la actualidad, los operarios han ejecutado más del 92% de los trabajos contemplados en el proyecto, un hecho que se traduce en 4,6 millones ya liquidados.
La alcaldesa de Almassora, Merche Galí, y la concejala de Educación, Raquel Barberà, han asistido al inicio del curso en el centro, retrasado dos días respecto al resto de instalaciones educativas para garantizar la seguridad de docentes y alumnado mientras finaliza la ejecución de la zona deportiva y de patio. Tanto el pabellón de Infantil como el edificio principal destinado a Primaria han iniciado las clases con normalidad a las nueve de la mañana tras la última limpieza a fondo y la instalación de mobiliario.
Los servicios municipales y el personal de limpieza han culminado los últimos retoques a primera hora para recibir al alumnado que estrena este miércoles el colegio, el segundo inaugurado en Almassora en dos años. A la apertura del Regina Violant en 2020 y el inicio de la actividad este miércoles en Embajador Beltrán se sumará en las próximas semanas la inauguración del colegio Santa Quitèria, que opera en aulas prefabricadas desde 2010.
Galí ha agradecido a la constructora Añil Servicios, Ingeniería y Obras y al equipo docente el esfuerzo realizado en las últimas semanas para que el colegio pudiera abrir sus puertas este miércoles con total seguridad en un recinto que suma 5.700 metros cuadrados, más de la mitad destinados a espacios abiertos.
Las obras del nuevo colegio Embajador Beltrán, que deja atrás el antiguo centro de 1960, son fruto del programa Edificant de la Generalitat Valenciana y contaron con el voto favorable de Partido Socialista, Compromís y Se Puede en el pleno municipal de julio de 2018. La delegación de competencias de la Conselleria de Educación al Ayuntamiento de Almassora ha permitido ampliar la superficie destinada al complejo educativo y construir un edificio moderno y eficiente a través de un concurso externo de ideas.
La materialización del proyecto también ha conllevado una nueva organización de los aledaños para facilitar los accesos y salidas en un entorno que ha cambiado la configuración habitual. La señalización y el mobiliario público todavía pueden incorporar novedades en caso de que sea necesario tras los primeros días de uso del centro.