VALÈNCIA. Imagine que su hijo, de repente, le dice un día que no ve bien la pizarra en clase. Imagine que pide cita para que le revisen la vista y le comunican que le va a examinar un otorrino. Imagine también que, ante sus lógicas protestas, le dicen que no tiene importancia, que la oftalmología y la otorrinolaringología son “especialidades afines” porque ambas se ocupan de órganos de la cara y que, además, cualquier médico puede examinar la vista y hacerlo bien.
¿Le parece absurdo? Pues si usted tiene hijos que han cursado 1º de ESO en alguno de estos dos últimos años, ya sabrá que la Conselleria d’Educació ha llevado a cabo con ellos un experimento parecido al que acabo de relatar. Bajo el paraguas de la llamada “enseñanza por ámbitos”, ha obligado a que un profesor de matemáticas le haya dado biología o un docente de geografía e historia se haya encargado de impartirle castellano, entre otras posibilidades. Imposición que seguirá adelante, como mínimo, en el próximo curso. Y que nuestra administración ha justificado esgrimiendo unos argumentos similares (y a mi entender, igual de surrealistas) que los del párrafo anterior: que las materias integradas en cada ámbito son “especialidades afines” y que “cualquier profesor puede impartir, por ejemplo, matemáticas en 1º de ESO”.
Otro de los argumentos que nuestra administración educativa ha esgrimido en favor de los ámbitos es el de la interdisciplinariedad, es decir, que el alumnado visualice las conexiones que hay entre las diferentes asignaturas
Le invito a reflexionar acerca de la pertinencia de esta situación. De la misma manera que, como es normal, usted no aceptaría que un otorrino le revisara a su hijo la vista, piense si le parece adecuado que deba cursar asignaturas impartidas por docentes no especialistas. Piense en lo que puede afectar eso a su aprendizaje. Los profesores de secundaria han dedicado varios años de su vida a formarse en la especialidad que imparten, alcanzando así un nivel de conocimientos y de didáctica al que un no especialista, por muy concienzudamente que se prepare las clases, jamás podrá llegar. Además, se han enfrentado a unas oposiciones que siguen convocándose por especialidades, y en las que han tenido que acreditar esos conocimientos y esa capacidad didáctica. ¿Cómo se entiende que, requiriéndose esa preparación y esos conocimientos previos, de repente la Conselleria considere que no son tan importantes e imponga la impartición de las materias por ámbitos en el primer curso de la ESO? ¿No es, como mínimo, incoherente?
Otro de los argumentos que nuestra administración educativa ha esgrimido en favor de los ámbitos es el de la interdisciplinariedad, es decir, que el alumnado visualice las conexiones que hay entre las diferentes asignaturas. Aun reconociendo que es bueno que sean conscientes de su existencia, creo que hay otra forma de mostrárselas, y que obligar a que se organicen ámbitos para conseguirlo supone pagar un precio demasiado alto. Además: cada docente ya se esfuerza por transmitir la relación entre su materia y las demás, por no hablar de las colaboraciones también existentes entre departamentos para, mediante algún proyecto puntual, trabajar la conexión entre las asignaturas implicadas.
Así pues, y como miembro que soy de la Plataforma No Als Àmbits Imposats, vuelvo a pedir a los mandamases de la Conselleria d’Educació que reconsideren esta injusta e innecesaria imposición, y que permitan que solo impartan ámbitos aquellos centros que, voluntariamente y atendiendo a las características de su alumnado, así lo consideren. Que esa pregonada “autonomía de centro” de la que tanto hablan en otras circunstancias sea la que predomine a la hora de decidir la organización curricular que se adopta para 1º de ESO.
Y a ustedes, padres o madres de un antiguo o futuro alumno de este nivel educativo, les pido también que nos ayuden en esta reivindicación, porque les necesitamos. Recuerden que tanto ustedes como el profesorado queremos lo mejor para sus hijos. Y sepan que la LOMLOE permite generalizar los ámbitos nada menos que hasta 3º de ESO. Colaboremos juntos para evitarlo. De la misma forma que la vista la debe revisar un oftalmólogo, las matemáticas las debe impartir un especialista de esta materia. ¡No a los ámbitos impuestos!
José Ramón Fernández Cuenca es miembro de OCRE (Observatori Crític de la Realitat Educativa) y profesor de Matemáticas en València