VALÈNCIA. En política, una de las herramientas habituales de contraataque frente a los partidos rivales, aparte de la crítica pura y dura, es la contraprogramación. Ante la amenaza en el calendario de un acto importante de una formación, otra trata de restar protagonismo organizando un evento de cierta relevancia para diversificar la presencia mediática o, al menos, atenuar la potencia del primero. Una manera de que el oponente no disfrute de un monólogo en periódicos, radios y televisiones para trasladar, no sólo sus mensajes, sino también una imagen de actividad triunfante.
No es el caso del mitin del PP de este domingo. Bien es cierto que el despligue provocado por la Convención Nacional de la formación popular en Valencia tenía difícil respuesta. Los de la gaviota apostaron por celebrar su evento orgánico más importante -excepto el congreso nacional- en València aunando a todas las estrellas del partido y clausurarlo, nada menos, con un mitin en la Plaza de Toros. Escenario que ha sido testigo de las gestas más apabullantes del PPCV que, en la mayoría de ocasiones, han servido de precedente para victorias absolutas en las urnas y al que ningún partido se atrevía a acudir desde hace seis años.
Frente a esto, poca reacción del eterno rival y principal partido de gobierno, el PSPV-PSOE que lidera el presidente de la Generalitat, Ximo Puig. Ya sea porque el acto se subestimó, porque no se consiguió articular un evento de cierta relevancia tal vez con la presencia de algún ministro o, simplemente, porque toda la capacidad de movilización se reserva para el 40º Congreso Federal del PSOE que también se celebrará en València entre el 15 y 17 de octubre, la conclusión es que la respuesta fue débil. El PPCV pegó primero, y habrá que esperar para saber si pegó dos veces.
Distintas fuentes socialistas consultadas por este diario tratan de restar importancia al acto, al considerar que llenar la Plaza de Toros en un mitin de carácter nacional, con el respaldo de Génova y con, subrayan, autobuses de fuera de la Comunitat Valenciana no resulta tan meritorio. Pero no obstante, tampoco ocultan la evidencia del carácter simbólico del evento y la lectura que se puede hacer del mismo: el interés del PP nacional en 'asaltar' la Generalitat y la ciudad de València. Y en esa estrategia, el incremento del protagonismo de la portavoz municipal y secretaria general, María José Catalá, y del presidente regional del PPCV, Carlos Mazón, resulta fundamental.
En conjunto, unas imágenes que a más de uno en la formación socialista le hicieron sentir escalofríos y recordar los fantasmas del pasado, cuando el tradicional rival político era todopoderoso en la Comunitat Valenciana y los socialistas navegaban en una oposición muy alejada de la mayoría absoluta.
Regresando al concepto de contraprogramación, los recursos empleados para la misma fueron tan limitados que incluso podría cuestionarse su utilidad.
Desde Presidencia -no desde el partido-, se remitió el mismo domingo poco antes de que comenzara el mitin señalando que la Generalitat había recuperado hasta el momento 7,2 millones de euros sustraídos en casos de corrupción en la etapa del PP. Una noticia que, en términos generales, ya fue publicada en el mes de julio.
El día antes, el propio presidente de la Generalitat, Ximo Puig, durante su intervención en la convención precongresual del PSOE calificó de "feria de las vanidades" la cita de los populares, además subrayar la falta de propuestas del rival: "Las pocas ideas que de ahí salen, asustan". El domingo, el diario Información de Alicante publicaba una extensa entrevista con el jefe del Consell coincidiendo con los resultados de la convención del PP y el mismo día que el gran mitin se celebraba en València.
Más allá de estas pinceladas, no hubo mayor respuesta del sector socialista. Compromís optó por una pantalla móvil en los ventanales de un piso frente a la Plaza de Toros en la que reprodujeron los papeles de Bárcenas y alguna frase mordiente como: "Casado por favor, no os vayáis sin pagar (otra vez)". Un mensaje que, al menos, tuvo cierta repercusión en redes sociales y televisiones.