VALÈNCIA. El Valencia, que este viernes se convirtió en colista de la Primera División, continúa sin atisbar una reacción ni anímica ni mucho menos futbolística que le permita divisar esperanzas de cara al futuro, pues el equipo continúa cayendo con estrépito semana a semana y ha entrado en barrena.
La derrota de este viernes ante el Valladolid, hasta ese mismo día colista de la Primera División, muestra la fragilidad de un Valencia que cae en exceso en errores individuales y en fallos de marca, como ocurriera ante el Rayo Vallecano, y que no tiene armas para remontar un encuentro, pues no lo logra desde abril de 2023.
Pero más allá de esa falta de concentración o la inconsistencia mental, al Valencia parece no darle para ganar. Desesperado con el balón, este viernes tuvo setenta minutos para empatar y ante el Rayo en Mestalla tuvo ochenta minutos para gestionar esa desventaja, pero la plantilla centra y lanza desde fuera, pero no sabe cómo disparar a puerta, y muestra de ello es que es el cuarto conjunto que menos chuta entre los tres palos.
En sus quince partidos, sólo ha lanzado 45 veces, pero además sólo ha realizado el 13 % de los disparos totales de los que ha dispuesto. Todo ello suma que el Valencia, con dos partidos menos con disputar pero con quince jornadas ya jugadas, sea el colista de la Primera División.
Son apenas dos triunfos en esos quince encuentros y cuatro empates, dos como local y dos como visitante, pues el conjunto valenciano no sabe lo que es ganar fuera de casa.
Lejos de aprovecharse de los equipos que todavía llegaban peor que él, como el Las Palmas, que ganó en Mestalla llegando como colista y tras echar a su entrenador, o el Valladolid, todavía sin nuevo técnico y que era último este viernes, el Valencia se ha hundido más ante estos rivales directos.
En esos duelos de 'emociones', el Valencia ha caído en la desesperación y ha perdido en ambos casos, otra muestra más de que el proyecto de Peter Lim, que aboga por la desinversión y la cantera como gran activo, falla cuando no complementa esa calidad de los jóvenes jugadores con la experiencia de futbolistas más veteranos y experiencia en Primera División.
Pese a todos esos números, es ahora cuando el Valencia "analiza" el futuro de Rubén Baraja al frente de la plantilla, pues hasta el momento el club había expuesto normalidad en ese aspecto, aunque este viernes, el director deportivo del Valencia, Miguel Ángel Corona, había evitado hacer declaraciones a ese respecto a su llegada al aeropuerto de Manises.
No obstante, este "análisis" que acomete el Valencia, lo realizan sus máximos ejecutivos, el director corporativo, Javier Solís, y el director deportivo, Miguel Ángel Corona, justo antes de iniciar una semana clave para las aspiraciones del Valencia, en la que disputa dos duelos directos por la permanencia ante el Espanyol y el Alavés.
Por tanto, de echar a Baraja, Solís y Corona -con la presidenta, Layhoon Chan, al margen, ya que delega estas competencias- tienen poco margen de tiempo para buscar un entrenador que se siente en el banquillo este próximo miércoles y 'ordene' al equipo, otra razón más del descontrol de este club en los últimos cursos.
Más allá de todo esto, el Valencia tiene esta próxima semana una Junta General de Accionistas en la que quería aprobar una operación de financiación por un importe máximo de 325 millones para terminar el Nou Mestalla, mientras continúa sin invertir en una plantilla que es la que debe sostener al club en Primera División y generar ingresos.