VALÈNCIA. "No podemos esperar a adquirir experiencia con el paso de los años. Lo necesitamos ya, esto es primera división. Estamos viendo el potencial de los equipos, la exigencia de la categoría, y no puedes encajar 20 goles. Eso es una auténtica barbaridad, y si no cerramos la hemorragia lo pasaremos mal", son palabras de José Bordalás a la finalización del encuentro ante el Atlético de Madrid en las que los valencianistas volvieron a salvar un punto in extremis (al igual que frente a Athletic y Mallorca). El mensaje, dirigido en principio a sus futbolistas encierra una carga mayor de profundidad: las peticiones de Bordalás que quedaron este verano sin atender están pasando una factura evidente.
En una plantilla mal confeccionada y en la que además la bisoñez de alguno de sus efectivos es un handicap añadido, Bordalás sigue consciente de que el central y el medio centro defensivo que no llegaron para el comienzo de la temporada son una necesidad de primerísimo orden si se aspira a algo más que a vagar por la zona intrascendente de la tabla clasificatoria.
En un principio la plantilla se reforzó en el centro de la zaga con la llegada de Omar Alderete, quien se unía a la presencia ya en el grupo de Gabriel, Diakhaby y Hugo Guillamón. sin embargo, Bordalás pidió un segundo central que nunca llegó. El entrenador alicantino tenía planes para la reubicación de Hugo Guillamón en la zona ancha debido a la escasez también de efectivos y no había demasiada confianza en la irregularidad de Diakhaby.
Pese a la voluntad del francés y a haber limado errores groseros de otras temporadas, la realidad es que el ex del Lyon quedó retratado en el primer gol colchonero al perfilar mal su cuerpo para defender a un Luís Suárez que no desaprovechó tanta ventaja. Pese a subir a dos chicos del filial para completar convocatorias (Mosquera y Tárraga), la verdad es que cada vez que a Bordalás se le caen por cualquier motivo Gabriel o Alderete, el nivel defensivo del equipo se resiente mucho.
Durante todo el verano se habló de Djené, el central del Getafe al que bien conoce Bordalás. Cierto es que no está teniendo la mejor de sus temporadas en un equipo, el madrileño, colista en primera división. Aún así, la realidad es que reforzar el eje central de la zaga sigue siendo una prioridad máxima.
Tres cuartas partes de lo mismo ocurre con la posición de medio centro defensivo. Un lugar ocupado por Hugo Guillamón por su trato de pelota y su experiencia como central, aunque la verdad es que el preparador alicantino siempre ha preferido un "6" con más despliegue físico.
De hecho, y si para el sitio de central sonó Djené, durante el pasado verano llegaron a sonar muchos medios centros: Arambarri, Timor, Jefferson Lerma u Omar Mascarell. Al final, no llegó ninguno de ellos pese a que el uruguayo del Getafe era la opción preferida por el entrenador.
Aunque Bordalás ha acabado inventándose a Guillamón en esa demarcación, realidad es que no es un "6" puro y que la falta oficio (a la cuál también se refirió el domingo Bordalás) lastra el rendimiento general del grupo, que también se ve beneficiado por el trato de pelota del valenciano.
Pese a que la reubicación del valenciano ha resultado un acierto del entrenador, ocurre que Bordalás ha variado su planteamiento en las dos últimas semanas y ha reforzado el pasillo central de la zona ancha. De cara a todo lo que queda por delante, es evidente que también necesitará un refuerzo si va a acumular más centrocampistas en el once inicial.
Sin embargo, el capítulo financiero del club pone muy complicada la situación de optar a nuevos refuerzos. Con el tope salarial más bajo de la primera división y con un desfase de más de 90 millones de euros en el coste de plantilla, poder ir al mercado en enero es, a día de hoy, una utopía.
De momento Lim ha tenido una conversación con su entrenador vía telemática y ha aplazado "sine díe" un segundo encuentro cara a cara que se iba a producir en Singapur. En el primer encuentro ya aprovechó Bordalás para exponer las necesidades de la plantilla y a buen seguro que lo hubiera vuelto a hacer de haberse producido el cara a cara presencial en territorio asiático.
El club ya va dejando caer que si no sale algún futbolista en el mercado de invierno va a ser imposible hacer hueco a nuevas incorporaciones. Y es que una cosa son las necesidades del equipo, y otra las prioridades del máximo accionista. Ambas premisas ya hace tiempo que caminan por senderos muy separados.