Ilias y Mandi celebran el 2-0 del Villarreal contra el Celta. CARME RIPOLLÉSVILA-REAL. Villarreal y sufrimiento se han convertido en sinónimos en los últimos tiempos. Tanto en la derrota como en la victoria, los partidos del Submarino están siempre llenos de dificultades y obstáculos que impiden llegar con tranquilidad a los minutos finales. El último encuentro del año, en La Cerámica y ante el Celta de Vigo, no fue una excepción, pero al menos los groguets consiguieron tres puntos de oro para cerrar con buen sabor de boca al año de su centenario y tener unas vacaciones navideñas algo más felices.
Pedraza y Mandi materializaron el amplio dominio de los groguets en un primer tiempo en el que, por juego y ocasiones, merecieron terminar incluso con más ventaja. Parejo marcó de penalti nada más arrancar la segunda mitad y todo parecía ponerse de cara, pero el Celta hizo de tripas corazón para anotar dos dianas en cinco minutos y meterse de lleno en el partido. Cuando los de Marcelino estaban deseando escuchar el pitido final de Soto Grado, el colegiado riojano sorprendió a absolutamente todos los presentes con un inédito tiempo de descuento de quince minutos.
Los vigueses se pasaron todo el añadido volcados en ataque y buscando el 3-3, pero con mucho sufrimiento y oficio los de la Plana Baixa cerraron su portería para certificar los ansiados tres puntos. El triunfo permite al Submarino terminar el 2023 seis puntos por encima del descenso, que precisamente marca el Celta de Vigo con 13.
El arranque de partido del Villarreal fue esperanzador, siendo claro dominador del balón y encontrando oportunidades para disparar con facilidad. A los trece minutos Pedraza dio con el camino del gol con un fabuloso golpeo desde una posición muy escorada, pero es que antes las gradas de La Cerámica ya habían entrado en calor gracias a dos cabezazos de Sørloth y un disparo al poste del hiperactivo Ilias.
Cuando todo parecía marchar correctamente para los groguets, el goleador Pedraza se echó al suelo y tuvo que ser sustituido por Carlos Romero. Lo del Villarreal y las lesiones esta temporada ya empieza a ser digno de estudio. Mientras tanto, el Submarino seguía sintiéndose cómodo en el encuentro, con unos centrales más avispados que últimamente y un Sørloth muy acertado en el juego de espaldas a la portería.
El recién entrado Romero, asistido espectacularmente de espuela por Álex Baena, la tuvo clara para hacer un 2-0 que habría hecho justicia al juego, pero la segunda diana de la noche todavía se iba a resistir unos minutos. Concretamente hasta el 40', cuando Aïssa Mandi, con una tranquilidad más propia de un delantero que de un central, cazó un rechace de los guantes de Guaita.
El VAR validó la ajustada posición del defensa argelino y La Cerámica respiró aliviada. Por primera vez en mucho tiempo, el Villarreal estaba siendo muy superior a su rival y, además, el marcador lo refrendaba. Para hacerse una idea, en medio tiempo ante el Celta el cuadro de la Plana Baixa hizo más disparos a portería (7) que en las dos anteriores jornadas ante Real Sociedad y Real Madrid juntas (4 ante la Real y 1 ante el Madrid).
Tras el buen trabajo del primer tiempo, en el segundo sólo quedaba rematar la faena con un tercer gol que, sobre el papel, sentenciara el partido, y ese 3-0 no se hizo esperar ni tres minutos. Kevin Vázquez derribó a Alberto Moreno en el área y Dani Parejo convirtió con maestría la pena máxima. Todo hacía prever que el Villarreal iba a disfrutar por fin de una noche tranquila, pero nada más lejos de la realidad. Una jornada más se demostró que el Submarino esta temporada está abonado al sufrimiento.
El Celta, que había recibido un solo tanto en las cuatro jornadas anteriores, reaccionó bien al gol de Parejo y en cuestión de diez minutos anotó dos tantos que le metieron de lleno en la pelea por los puntos. Una vez más, el balón parado fue verdugo de los amarillos: Mingueza centró, Carlos Romero despejó en fallo y Douvikas fue el más listo de la clase para aparecer y batir a Jörgensen. Después la defensa grogueta volvió a abrirse en canal y puso una alfombra roja para que Larsen colocara a los celestes a un solo gol del empate.
Los dos golpes consecutivos asestados por los vigueses afectaron psicológicamente al Submarino, que perdió el control del partido y cedió la iniciativa a un Celta motivado en busca de la igualada. Por fortuna para los de Marcelino, los visitantes no tuvieron acierto en sus llegadas, varias de ellas bien arruinadas por Jörgensen.
Y no fue por falta de tiempo, porque el colegiado añadió la exorbitada cantidad de 15 minutos de descuento. Como una primera parte de prórroga. Es cierto que se había perdido tiempo en las jugadas en las que Mandi y Jörgensen tuvieron que ser atendidos, pero ni de cerca tanto como para añadir todo un cuarto de hora, algo sin precedentes en LaLiga.
Los cerca de 15000 aficionados de La Cerámica no pudieron evitar expresar su indignación e incredulidad cuando el cuarto árbitro levantó la tablilla, y desde el minuto 97 estuvieron silbando para reclamar un final que parecía no llegar. Finalmente, y tras momentos de sufrimiento con un Celta volcado, el Villarreal pudo sumar los tres puntos y cerrar el año de su centenario con una más que necesitada victoria ante su afición.
Ficha técnica
3- Villarreal: Jörgensen; Altimira, Albiol (Cuenca, min. 60), Mandi, Pedraza (Carlos Romero, 22); Ilias (Terrats, min. 88), Parejo, Comesaña, Alberto Moreno (Morales, min. 60); Baena (Trigueros, min. 88) y Sørloth.
2- Celta: Guaita; Kevin Vázquez (Miguel Rodríguez, min. 86), Unai Núñez, Starfelt (Domínguez, min. 46), Mihailo (Manu Sánchez, min. 46); Dotor, Tapia, Luca (Mingueza, min. 46), Cervi (Bamba, min. 82); Douvikas y Larsen.
Goles: 1-0, min. 13: Pedraza. 2-0, min. 40: Mandi. 3-0, min. 48: Parejo (p). 3-1, min. 52: Douvikas. 3-2, min. 57: Larsen.
Árbitro: César Soto Grado (Comité riojano). Amonestó a Baena y Comesaña por el Villarreal y a Kevin Vázquez, Mingueza, Manu Sánchez y Douvikas por el Celta.
Incidencias: partido correspondiente a la jornada 18 de LaLiga EA SPORTS disputado en el Estadio de la Cerámica ante 14.687 espectadores.
