VILA-REAL. El Villarreal despide un 2024 de estabilidad en el banquillo, muchos cambios en la plantilla y en el que la afición ha recuperado la ilusión y la confianza en su equipo. Por primera vez desde 2021, el Submarino cierra un año natural con el mismo entrenador con el que lo comenzó, señal de que el regreso de Marcelino García Toral fue una decisión acertada y en la que el club tiene depositadas sus esperanzas.
El asturiano y su cuerpo técnico, que aterrizaron en La Plana Baixa en noviembre de 2023, encontraron un equipo descosido en lo anímico y en lo deportivo, que venía de triturar dos entrenadores y navegaba sin rumbo por la zona baja de la clasificación. Así, cuando comenzó 2024, el Villarreal era decimotercero, pero los brotes verdes ya empezaban a asomar.
La segunda vuelta fue para enmarcar, con 34 puntos de 57 posibles, manteniendo las opciones de entrar en Europa hasta la penúltima jornada. Finalmente, el equipo terminó en octava posición y con la sensación de que, con un buen mercado de fichajes y más tiempo para asentar la idea de Marcelino, la 2024/2025 iba a ser muy distinta. La ilusión ya estaba de vuelta en La Cerámica.
Sobre todo si Álex Baena, como así lo está haciendo, mantenía el espectacular nivel que le llevó a ser el máximo asistente de la Liga 2023/2024. El de Roquetas de Mar se ha confirmado este 2024 como hombre más valioso del equipo y cierra el año natural con unas cifras excelentes: 15 asistencias, 8 goles, una Eurocopa y un oro en los Juegos Olímpicos de París.
Así, la dirección deportiva del Submarino se puso manos a la obra para firmar uno de los veranos más movidos que se recuerdan en Vila-real. Diez incorporaciones y hasta trece salidas que dejaron un saldo económico ligeramente positivo, en gran medida gracias a las ventas de Alexander Sørloth al Atlético de Madrid (por 32 millones + 10 en variables) y Filip Jörgensen al Chelsea (por 24, 5 millones).
El Submarino logró de esa manera rejuvenecer notablemente su plantilla con apuestas de futuro como Luiz Júnior, Willy Kambwala, Logan Costa y Thierno Barry, al tiempo que incorporar hombres más experimentados y de rendimiento inmediato como Pape Gueye o Ayoze Pérez.
Hasta el momento, la apuesta por Marcelino y un recambio importante en la plantilla parece estar dando frutos al Submarino, que cierra el 2024 en quinta posición y a seis puntos de la Champions League con un partido menos. De hecho, el arranque de temporada fue todavía mejor, pero una mala racha en los meses de noviembre y diciembre, coincidiendo con las primeras consecuencias de la terrible DANA de Valencia, ha hecho que el Submarino pierda el colchón que tenía respecto a sus perseguidores.
Aún con este pequeño bajón, la situación actual del equipo es notablemente mejor que la que era hace un año. En total, el Villarreal echa la persiana a 2024 con un balance de 19 victorias, 13 empates y 11 derrotas en 43 partidos disputados entre todas las competiciones. Ahí se incluyen los dos únicos encuentros de carácter europeo disputados en el año, que corresponden a la eliminación de la Europa League frente al Olympique de Marsella.
Sin embargo, si hay dos derrotas que merecen capítulo aparte son las durísimas eliminaciones en Copa del Rey ante equipos de inferior categoría. La primera llegó el pasado mes de enero, en los dieciseisavos de final y ante Unionistas de Salamanca, equipo de Primera Federación. Tras finalizar los 90 minutos con 1-1, la prórroga tuvo que disputarse un día más tarde por los problemas de iluminación del Reina Sofía, terminando con el conjunto castellanoleonés accediendo a la siguiente ronda en la tanda de penaltis.
Una derrota que fue muy difícil de digerir para el Villarreal, pero quizá menos que la del último 4 de diciembre en Pontevedra. El combinado gallego pertenece a la Segunda Federación, tres categorías por debajo del Submarino, pero logró eliminarle siendo infinitamente superior tanto en el juego como en la cantidad y claridad de oportunidades generadas. En resumen, dos decepciones enormes en una competición que jamás se le ha dado bien a los groguets y que continúa siendo su asignatura pendiente.
En lo económico, el club anunció que durante la campaña 2023/2024 obtuvo unas pérdidas de unos 14 millones de euros como resultado de ingresar 162.760.000 euros y tener unos gastos de 178.780.000 euros. Además, el club de Fernando Roig mantiene el mismo presupuesto del año anterior a pesar de no jugar en Europa, 143 millones de euros, pero espera lograr un superávit que compense las mencionadas pérdidas.
Así, el Villarreal despide un 2024 que se puede tildar de notablemente positivo en lo deportivo. Un año que ha servido para arrancar un proyecto con Marcelino a la cabeza y muchos nombres nuevos en la plantilla que aspiran a dar alegrías a la afición grogueta más pronto que tarde.