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En manos de Feijóo

17/11/2024 - 

Hay ya mucho dicho y escrito sobre la comparecencia de Carlos Mazón el viernes en las Cortes Valencianas. No les voy a aburrir más sobre lo que dijo y dejó de decir. Todos lo sabemos. Pero sigue habiendo dos preguntas sin responder y a las que Mazón no aportó ninguna claridad. ¿Por qué no se alertó antes a la población para evitar víctimas mortales? ¿Por qué no estaba el presidente dónde debía y, vista la situación, con más antelación si cabe para tomar decisiones? 

Mientras estas respuestas no estén bien documentadas -que no lo están-, por mucho que quiera el PP, es decir, Alberto Núñez Feijóo, la confianza de los ciudadanos, y sobre todo, la de los afectados con Mazón va a estar rota. Y con ese panorama es muy difícil, por voluntarioso y táctico que sea, que el mismo que falló estrepitosamente —porque para algo es el máximo responsable de la Generalitat— pueda liderar la recuperación.

Las excusas aportadas por Mazón tienen poco aguante, y menos que tendrán con el tiempo. Ya lo hemos visto éste sábado: a cada justificación de la inoperancia de la Generalitat, el Gobierno va a montar una rueda de prensa para desmentirle. Así que por ese lado, Mazón no tiene defensa política alguna por mucho que él dispare contra la Confederación Hidrográfica del Júcar. Ni tampoco por la grandiosidad del episodio meteorológico: solo bastaba con haber alertado a la población con tiempo, y haber limitado la movilidad como se hizo el miércoles y el jueves de esta semana. Y visto el panorama, ese fatídico 29 de octubre, de las 17 horas, con Utiel y Chiva inundados, ya había motivos suficientes para que se hubieran tomado medidas. Es decir, la solución estaba. ¿De verdad que no había nadie para acercarse a El Ventorro y avisar a la máxima autoridad de la gravedad de la situación? ¿De verdad que lo de Utiel y Chiva no era suficiente preocupante para haberse interesado por los ríos y barrancos de la zona y sus posibles consecuencias? ¿O haber preguntado conforme llegaban los emails de la CHJ?

Esas son las preguntas que esperaban los afectados, y a las que Mazón ha aportado todo tipo de argumentos, refutables hasta el momento, pero muy poco convicentes. Y quién lo crea, que sepa que puede caer en el autoengaño, y con el tiempo lo veremos.

Ahora bien, a mi juicio, esto es entendible desde una óptica más amplia. En este momento y a esta hora, nadie tiene duda de la recuperación y de que las administraciones se comprometerán a ella, con más o menos dinero, con más o menos agilidad, con más o menos acierto. Como dije la semana pasada, Mazón es, estos momentos, un autómata de la sede del PP para mantener el pulso a Pedro Sánchez. De lo contrario, no habría habido ese posicionamiento para vetar a Teresa Ribera en la Comisión Europea. Teresa Ribera es una pieza más de la pugna Feijóo-Sánchez, como lo es Mazón, a la que el PP no puede renunciar para tapar las flaquezas del presidente de la Comunitat Valenciana, de las que nadie duda en privado. Y solo hay que ver la escasez de adhesiones públicas que suma por parte de los barones de su partido. 

Y la comparecencia de Mazón en las Cortes no es más que el guión marcado por Génova para mantener el pulso vivo. El president lanzó los tres mensajes que quería Feijóo: culpar al Gobierno, con que la CHJ y Amet no dieron toda la información, o no fue suficiente; hay que renovar el Consell (para que la partida de la recuperación no la gane Sánchez), y que Mazón puede que no opte a la reelección. Todo, aderezado con que Mazón ha dado la cara. Misión cumplida.

Llegados a este punto, ya que Mazón no despejó las grandes incógnitas y se dedicó a detallar un plan que a los propios diputados de todos los grupos parlamentarios les llevó directamente a la pantalla del móvil, la siguiente pregunta es: ¿hasta qué punto será esta situación sostenible? ¿podrá Mazón acudir a sus actos públicos con normalidad o tendrá que enfrentarse cada vez con ciudadanos, como le pasó el otro día en Torrent? ¿puede el presidente vivir unas Fallas con normalidad viendo la mascletà desde el balcón del ayuntamiento? Por mucho que él quiera y voluntad muestre, Mazón está en manos de Génova. Es rehén del posicionamiento de su partido frente a Sánchez. Y a la mínima que una encuesta muestre desgaste a la marca, Génova iniciará la transición. No tengan duda. Feijóo no se puede permitir una Comunitat Valenciana en manos de la izquierda.

Tampoco de Vox, porque en caso de relevo deberá asegurarse el apoyo del partido de Santiago Abascal. Ahora bien, oídos los argumentos de su portavoz en las Cortes, José María Llanos, en las Cortes Valencianas, la ultraderecha está por la recuperación (ampliamente entendida). Así que llegará un momento que tendrá que mojarse para evitar que, llegado el momento, sea tarde. La operación no es fácil. Es la única ventaja que tiene Carlos Mazón: día que pasa, día que gana. Y mientras sea una pieza útil en la partida Sánchez-Feijóo, sobrevivirá. Cuando no, ya sabe su final. Él mismo lo dijo. El 29-O demostró que en una tarde se puede ir al traste el crédito de toda una vida. En política ya nada es previsible. O muy poco. Pero al PP en la Comunitat Valenciana se le va a hacer largo el mandato. O no. Si quiere, claro.

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