Siempre me he considerado una persona libre, aparte que sea conveniente y oportuno, he hecho, he ido, me he reunido y he hablado con quien he querido. El límite de mi libertad está donde se invade la libertad de otra(s) persona(s). Lo entiendo, lo asumo y lo apruebo. Como contrapartida sé que otras personas no invadirán, o no deberían invadir mi libertad cuando ejerzan la suya.
No he tenido problemas con la libertad como sentimiento. Como derecho fundamental tampoco. Muy pequeña era cuando se promulgó la Constitución votada por todos los españoles. He vivido en un estado de derecho y en una democracia occidental que es esta nación toda mi vida, y ejerciendo mi libertad no ha habido cortapisas judiciales, ni sanciones administrativas, ni nada de nada.
No les cuento nada del otro mundo. La inmensa mayoría de ustedes siente y ejerce la libertad como yo lo hago. Entonces, ¿Qué problema hay? Pues, el miedo a perderla, sí, a perderla.
Mi amiga Flora, cantante de la Betty Troupe, grupo musical de la Movida valenciana, en una entrevista que le hicieron en el programa Pioneres de la radio À Punt lo expresó con mucho acierto: "En los 80 éramos más libres que ahora. Todo nos parecía bien… Ahora lo políticamente correcto está acabando con esa rebeldía y esa naturalidad del rock’n’roll".
Dejemos ahora aparte a Flora. Toca meterse en el barro. Voy a referirme a hechos ocurridos en la política nacional, pero que tienen relevancia y simetría en la autonómica.
El objetivo de todo político es ganar las elecciones, obvio. Si te llevas el gran número de votos del centro seguramente las ganarás. Las elecciones generales del 2019 fueron muy interesantes en el espacio del centro político. Se presentaron los dos habituales partidos mayoritarios, PP y PSOE, y como novedad, un tercer partido con vocación más centrada, Ciudadanos, que había ido cosechando cada vez mejores resultados (con 36 escaños fue el partido más votado en las autonómicas de Cataluña) y aspiraba, nada más y nada menos, que a desbancar al PP, pero ocurrió otra cosa. ¿Qué pasó? La hybris.
Ciudadanos obtuvo 10 escaños. En las generales del 2015 fueron 40 escaños. No entraba en ninguna quiniela. El golpe fue tremendo, todavía le pitan los oídos, está noqueado, más aún partiendo de aspiraciones tan altas. Las soluciones, un despropósito. Están enfrentados entre ellos, dentro de la formación naranja surge Renovadores Cs, el sector crítico de Ciudadanos. En el grupo de Les Corts Valencianes también andan revueltas las aguas. En otro retemblor abandona el grupo Toni Cantó y me corresponde entrar. No soy bien recibida, de hecho, ni presentan mi inclusión en el grupo. Quiero explicárselo a los votantes, pero no sé dónde están, las encuestas le dan un 2% y bajando. Aunque se rebaje el tope electoral al 3% no consiguen representación.
El gran beneficiado de la rebaja sería Podemos al que sí le dan las encuestas más de un 3%, sí que obtendría representación y, con ello, se revalidaría el pacto del Botánico. A ver cómo le explicas a un votante del centro político que su voto va destinado a perpetuar el pacto del Botánico.
El gran ganador del centro político en las generales del 2019 fue el PSOE con un taimado Pedro Sánchez retornado a la secretaría general; tranquilizó a sus potenciales votantes de centro asegurándoles que no dormiría por las noches si fuera presidente con los ministros de Podemos. Creo que no se expresó, o no lo entendimos bien. Lo que quería decir es que duerme por las noches y no le preocupa pensar que sus votantes de centro se iban a enterar, una vez acabadas las elecciones, de que iba a ser presidente con los ministros de Podemos. Si algo le preocupaba sería que se enteraran antes de que acabaran. Efectivamente, en menos de 24 horas, con las urnas todavía por guardar, se presenta un acuerdo ultimado de coalición que, evidentemente, tenía que haber estado cocinado muchos días antes.
Lástima me da el votante del centro político, entre los que me incluyo. De tres opciones que había, dos les salieron rana. Se merecen lo mejor y esto es lo que hay. Es más, mucho de sus votos han acabado apoyando a un gobierno central de coalición PSOE-Podemos y uno autonómico (el Botànic) formado por la alianza de tres formaciones PSPV, Compromís y Unides Podem. ¿Puede ser peor? Pues sí, puede ser peor.
Podemos y Compromís son partidos de izquierda radical. No he dicho nada que nadie no sepa. Y yo respeto a los votantes que comulgan con sus ideas, como no podía ser menos, no estoy de acuerdo con sus ideas pero eso no me impide respetar a las personas que las tengan. ¿Si cercenará su libertad, como podría exigirles que respetasen la mía?
Lamentablemente en estas ideologías tan radicales tiene que haber un malo, un culpable, el causante de todas las injusticias, y, de no ser usted uno de sus votantes, adivina quién es ese malo malísimo. Pues sí, usted.
Porque aunque usted no lo sabe, usted es de derechas. ¿Qué? –me podría responder – ¡Si yo soy de izquierdas! ¡De toda la vida! ¡Y a mucha honra!
Y en honra abunda. Pero usted no dice si usted es de derechas o de izquierdas, lo dicen ellos, no usted. Aquí no se ha fijado un punto geodésico y se ha mapeado el espacio. No. Lo dicen ellos, y para ellos, usted es de derechas porque no es votante suyo y no comulga con sus ideas.
Huelga decir que el votante que se considere de derechas para ellos también es de derechas. ¿Y el centro? El centro no existe. También es de derechas.
Y aquí tenemos al culpable, la bestia parda a abatir. Cuantas veces en su argumentario aparece la frase: "En este país la derecha..." o similar. Con ese mantra ya no hay derecho a réplica y continua con las ocurrentes e incontestables medidas que van a imponer, estableciendo la nueva corrección política y social.
No, no me siento libre con plenitud. ¿Y usted?Y espero que solo sea el sentimiento.
Tiene una gran oportunidad este año. Concurren municipales, autonómicas y generales. Hasta dentro de otros cuatro años, lo más probable, no volverá a ejercer ese derecho. Seguro que lo hará en conciencia y su decisión será acertada.
Y por caridad. Piense en estos muchachos/as, que cuando acaben con todas las derechas empezarán a purgarse entre ellos. Evítelo.
Sunsi Sanchis es diputada no adscrita de Les Corts