CASTELLÓ. Muy pronto le vino a Serguéi Prokófiev la inspiración para componer. Desde joven estuvo interesado por la música infantil, un gusto que lejos de desvanecerse se intensificó con el nacimiento de sus hijos, a quienes también llevó a la orquesta. Aún así, una de sus obras maestras, el cuento de Pedro y el lobo fue creado cuando el músico tenía 45 años. Si fuera hoy, poco tendría su obra de 'milenial'. Aunque lo cierto es que su historia nunca se ha desconectado del presente y ha servido de inspiración para muchos libros, donde se podía leer eso de '¡Socorro, el lobo! ¡Qué viene el lobo!
Serán, en efecto, los alumnos de la EASD y el Conservatorio Profesional de Música de Castelló quienes den difusión ahora al cuento. Una versión actualizada, dirigida por Santiago Mollar y narrada por Pau Sancho, que podrá verse hoy martes, a las 19:00 horas, en el Auditorio. La Orquesta Sinfónica del Conservatorio será la encargada de tocar el clásico, mientras que el ciclo de Arquitectura Efímera se ha encargado de crear la escenografía y el grado en Moda de concebir el vestuario. Un trabajo a parchas que empezó a concebirse a principios de curso y que viene de la mano de los diseñadores y músicos del futuro.
Es la escenografía uno de los elementos más importantes para sumergir al espectador en la historia y, en este caso, el reto estaba además en reinterpretar el bosque original, imaginado por Prokófiev en 1936, y trasladarlo a una ciudad actual que plasmase los mismos peligros que entonces pero para un niño o niña de hoy en día.
"Los alumnos han tenido que investigar las aplicaciones de la psicología del color, la luz y las leyes de la percepción visual de la Gestalt, pero en el campo del diseño de escenografías. Pues, un escenógrafo ha de saber comunicarse con el espectador mediante el lenguaje adecuado", señala Marina García-Broch Martin, profesora del ciclo. Esto ha llevado a los diseñadores a crear una propuesta basada en retroproyecciones y sombras chinescas, combinadas con colores primarios. Un montaje que ayuda a intensificar esa parte más misteriosa e inquieta del relato.
Por su parte, desde el grado de Moda tenían el reto de confeccionar un vestuario que por sí solo pudiera transmitir unos sentimientos y emociones concretas. Esto se ha logrado asignando un color (más frío o más cálido) a cada personaje e instrumento. Mientras que el narrador, como integrador de todos los protagonistas de la historia, los reúne todos. "Cada parte del traje ha sido confeccionada, por separado, por cada alumna, a la cual se le había asignado la interpretación de uno de los personajes con anterioridad", explica Núria Cruz Fuerte, coordinadora del trabajo.
Usar esta herramienta tan pictórica, como es el color y su psicología, para caracterizar a los músicos y al narrador, ha dado como resultado final un trabajo vivo y muy en la línea de la historia infantil.
"Un proyecto de esta envergadura requiere de un gran proceso previo: análisis de la obra, síntesis de la información y propuesta artística de vestuario. Pero es muy satisfactorio. La oportunidad de ver tu trabajo representado en el escenario, acerca al alumnado a su primera toma de contacto con el mundo profesional real. Por otra parte, se ha contribuido a valorar y desarrollar otras actitudes fundamentales en esta asignatura, como es el trabajo en equipo. Los profesionales del espectáculo, en sus diferentes áreas, han de trabajar codo con codo para que el espectáculo sea coherente y funcione", añade Cruz Fuerte, quien incide en que durante estas semanas ha hecho falta tomar medidas, comprar los materiales y elaborar el patronaje y confección. Una labor que muy pocas veces se reconoce.
Con todo, el concierto busca además acercar la música clásica a las nuevas generaciones. Un reto que es más sencillo de alcanzar si son estas mismas generaciones las que están implicadas en su difusión. La orquesta sinfónica del Conservatorio Mestre Tàrrega está formada por adolescentes de entre 15 y 17 años que cursan cuarto, quinto y sexto de Enseñamiento Profesional. Cada curso la formación tiene previstos unos conciertos trimestrales. De hecho, no es la primera vez que actúan en el escenario del Auditori, pero además han estado en el Auditori de Vinaròs, La Marina del Grau de Castelló, el Auditori de Tortosa, o el Conservatorio Profesional de Cuenca.
"Hoy en día, la importancia del arte en nuestra sociedad es indiscutible. Después de más de dos años de pandemia, de una situación extrema de confinamiento, el arte en cualquiera de sus manifestaciones, es el que nos ha mantenido a flote. Y desde el Mestre Tàrrega estamos comprometidos tanto en el trabajo interno con nuestro alumnos como en la visualización de este en la sociedad. De aquí este trabajo", concluyen desde el centro.