VALÈNCIA. Berlín es el punto y final de la Eurocopa aunque puede ser el principio de un periplo ilusionante para la selección española.
España llega a la gran final de Berlín ante Inglaterra como clara favorita y a fe que se lo ha ganado. El equipo de Luís de la Fuente ha realizado con diferencia el mejor fútbol del campeonato. No ya el más vistoso, que también, si no el mejor fútbol dado que los españoles han sabido leer a la perfección tácticamente con y sin balón todos los partidos disputados.
En la pizarra, de la Fuente no se ha visto superado por ningún rival pese a haber tenido delante toda una pléyade de los conjuntos más potentes y laureados del continente. España llega a la final tras ser mejor (e imponerse) que Croacia, Italia, Alemania y Francia. El cuadro de méritos del conjunto español es incontestable.
Además lo hace aportando a las dos sensaciones del campeonato en ataque, Lamine Yamal y Nico Williams, dejando a dos de los mejores centrocampistas en la actualidad como Rodri y Fabián, y aportando una serie de actores de reparto que serían cabeza de cartel en cualquier otro equipo como Dani Olmo, Cucurella, Carvajal o Laporte.
Pero esto es una final, y es diferente. Por eso harán bien los españoles en perseguir con el mismo ahínco la victoria como si el favoritismo no estuviera de su lado. Así llegaron a Alemania entrenador y jugadores (sin ser favoritos en ningún sitio) y se van a ir -pase lo que pase-con otra imagen bien distinta.
Sobre todo, hay que tener en cuenta que no se puede menospreciar a Inglaterra. Es la segunda final de Eurocopa seguida para los de Gareth Southgate. Hace 4 años la perdieron en los penaltis y están dispuestos a darle la vuelta a la situación.
Si bien es cierto que el juego de los ingleses es vulgar, no es menos verdad que es resolutivo. Siempre en el filo de la navaja, pero siempre con la moneda cayendo del lado de la selección británica.
España para este partido recupera dos de las tres bajas con las que afrontó la semifinal. Carvajal y Le Normand vuelven una vez cumplida su sanción. Pedri sigue de baja por la entrada de Toni Kroos en el partido de cuartos y Ayoze tampoco parece que pueda estar disponible para el seleccionador.
Con todas esas premisas el once es una apuesta más que segura teniendo en cuenta los planes habituales de Luís de la Fuente. Por tanto, Unai Simón estará en la portería; la defensa será para Carvajal en la derecha, Le Normand y Laporte en el centro y Cucurella en la izquierda. En el centro del campo estarán Rodrigo, Fabián y Dani Olmo; y arriba Lamine Yamal en la derecha, Nico Williams en la izquierda y Álvaro Morata como delantero centro.
Pese a todas las dudas que ha generado durante la Eurocopa, Inglaterra, por segunda edición consecutiva, disputará una final. El dolor de la derrota frente a Italia en Wembley de 2021 puede quedar definitivamente en el olvido para el combinado británico, que se enfrentará a una cita con la historia para terminar con una sequía sin títulos que dura casi 58 años. Exactamente, desde el 30 de julio de 1966, cuando Booby Moore subió los 39 escalones hacia el 'Royal Box' del Estadio de Wembley para coger la Copa Jules Rimet de manos de la Reina Isabel II.
Aquel Mundial es el único trofeo que luce en las vitrinas de la Asociación Inglesa de Fútbol. Desde entonces, Inglaterra ha tenido 29 oportunidades para sumar otro trofeo. Todas, acabaron en fracaso. Siempre se quedó en el camino hacia el éxito con diferentes resultados. Su paso por las Eurocopas y los Mundiales se resumen en 7 ausencias tras fallar en las fases de clasificación; 6 eliminaciones en la fase de grupos; 3 apariciones en los octavos de final; y 7 en cuartos, 4 semifinales y 2 finales, incluida la que disputará contra España este domingo.
Pero la anterior, ante Italia y ante miles de aficionados ansiosos por una victoria, fue, sin duda, la derrota más cruel de todas las que ha sufrido Inglaterra desde 1966. Los penaltis acabaron con la ilusión de una generación que ahora tendrá una segunda oportunidad de acabar para siempre con una maldición que dura décadas. De nuevo, muchos de esos jugadores que no pudieron levantar el título, podrán redimirse y cerrar con éxito el camino lleno de sobresaltos por el que han transitado hasta llegar a Berlín.
La realidad es que el equipo de Southgate, desde el primer minuto de la fase de grupos hasta las semifinales, ha jugado mal. Sólo en la primera parte frente a Países Bajos recuperó su mejor versión. Hasta entonces, se mostró como una selección errática, sin identidad, previsible, aburrida y superviviente gracias a individualidades que salieron al rescate en momentos agónicos. Por ejemplo, así lo hizo Jude Bellingham ante Serbia en la puesta en escena de Inglaterra y contra Eslovaquia en octavos de final.
En el primer choque, marcó el tanto de la victoria (0-1) que bastó a su equipo para sumar tres puntos en medio de la nada; en el segundo, celebró uno de los goles de la Eurocopa con una chilena espectacular con la que su selección pudo disputar la prórroga y ganarla para llegar a los cuartos de final. Allí esperaba Suiza, vencedora en el minuto 80 hasta la aparición de Bukayo Saka, que rescató a sus compañeros gracias a un gran disparo desde fuera del área. Después, los penaltis cayeron del lado británico y las semifinales tuvieron en la figura de Ollie Watkins, con su tanto en el minuto 92, al tercer héroe británico.
Entre medias, Southgate dio palos de ciego hasta dar con la tecla: probó con un lateral derecho como Trent Alexander-Arnold para acompañar a Declan Rice en la sala de máquinas. No funcionó y lo intentó con Conor Gallagher. Tampoco dio resultado y apostó por el joven de 19 años Kobbie Mainoo, que por fin se hizo con las riendas del juego británico. Si no hay sorpresas, será titular ante España junto al resto de sus compañeros que doblegaron a Países Bajos.
En el lateral izquierdo colocó durante toda la Eurocopa a un diestro como Kieran Trippier. Sólo citó a un zurdo, Luke Shaw, lesionado desde febrero y sin minutos hasta cuartos de final. Después disputó toda la segunda parte ante Países Bajos y para la final se perfila como un candidato a jugar desde el inicio para convertirse en la única novedad. Y, tácticamente, Southgate introdujo una variación. Su 4-2-3-1 ya no es la biblia. Desde el choque ante Suiza, puede mutar durante el partido en un sistema con tres centrales y dos laterales largos en el que Bellingham y Foden adquieren libertad de movimientos por el medio y los costados.
El caso es que Southgate ha vencido pero no ha convencido. Sus resultados, dos finales y un tercer puesto en el Mundial de Rusia 2018 en los cuatro torneos que ha disputado, le avalan. Pero su propuesta en esta Eurocopa, ha decepcionado. Sus experimentos, también. Y sus declaraciones, más de lo mismo. Apareció en Alemania diciendo que dejaría el cargo después de 8 años si no ganaba el título. Ahora, pasado un mes de aquellas palabras, está a un solo partido de cumplir con su objetivo mínimo de mantenerse en el banquillo y de, sobre todo, cerrar una racha de casi seis décadas en las que Inglaterra ha navegado por el camino sombrío de la indiferencia ante la ausencia de grandes títulos. España, será su último obstáculo.
. Alineaciones probables:
España: Unai Simón; Carvajal, Laporte, Le Normand, Cucurella; Rodri, Fabián, Dani Olmo; Lamine Yamal, Nico Williams y Morata.
Inglaterra: Pickford; Walker, Stones, Guéhi, Trippier o Shaw; Rice, Mainoo; Saka, Bellingham, Foden; y Kane.
Árbitro: François Letexier (Francia).
Estadio: Olímpico de Berlín.
Hora: 21:00.