En términos generales, se espera que este jueves el BCE mantenga sin cambios sus tipos de interés de depósito y de refinanciación, en el 3,75% y el 4,25% respectivamente.
La atención se centrará en los comentarios de Lagarde y en cómo enmarca el debate en torno a las dos áreas de interés: la persistente inflación en los precios de los servicios y los salarios.
Mientras que la presión de precios en el sector servicios se ha mostrado más persistente, la dinámica en la vertiente salarial se ha mejorado. En efecto, las referencias salariales de mayo y junio apuntan a una ralentización generalizada del crecimiento salarial durante el segundo trimestre de 2024. Francia es una de las regiones que ha manifestado un entorno salarial más débil, mientras en el caso alemán vemos datos más heterogéneos.
Por un lado, el agregado de negociación salarial se habría enfriado, mientras que por otro lado el crecimiento salarial, excluyendo los acontecimientos eventuales (one off), aumentó en el segundo trimestre hasta situarse ligeramente por encima del 4% interanual, lo que apunta a un firme crecimiento de los ingresos subyacentes. Un dato que tranquilizará al BCE son los márgenes no financieros de las empresas. Lagarde hizo referencia a esta serie de datos en la última reunión del BCE como un colchón ante cualquier deterioro de los salarios. Esta medida se ha suavizado aún más, lo que indica una menor inflación a pesar de que los costes laborales unitarios siguen siendo elevados.
Por lo tanto, esperamos que Lagarde prepare el terreno para una reducción del 0,25% de los tipos oficiales en septiembre y comunique que, si los datos siguen mejorando, es probable que se produzcan más recortes en octubre y diciembre.