CASTELLÓ (EP). Un estudio realizado en el Hospital Provincial de Castellón ha detectado los cambios en las características personales y en las enfermedades mentales que sufren los pacientes ingresados en la sala de agudos de psiquiatría durante los últimos quince años. Estos resultados forman parte de la tesis doctoral de Marc Peraire, que cursa los estudios de Doctorado en la Escuela CEU CEINDO, bajo la dirección del profesor del Grado en Medicina de la Universidad CEU Cardenal Herrera (CEU UCH) de Castellón, Gonzalo Haro, que lidera el grupo de investigación TXP en esta Universidad.
La investigación, que acaba de ser publicada en la revista científica internacional Psychiatry Research, evalúa el perfil de los pacientes de la Unidad de Hospitalización Breve (UHB) del Hospital Provincia de Castellón, entre 2006 y 2021. El estudio se ha realizado sobre una muestra de 7.037 participantes y analiza los cambios que se han producido a lo largo de la última década y media, considerando tanto los efectos del cambio en la guía de referencia para el diagnóstico psiquiátrico (DSM-5, publicado en 2013), como el impacto de la pandemia por la COVID-19.
Según destacan los autores del estudio, aunque se mantienen constantes los grupos diagnósticos prevalentes, destacando la presencia de cuadros psicóticos (45.5%) y afectivos (43.8%), a lo largo de los últimos años se han detectado diferencias importantes. Entre 2013 y 2020, se incrementó la edad media de los pacientes, así como el porcentaje de mujeres ingresadas, a pesar de que siguen siendo mayoría los hombres, con un 53.3%. También en los años previos a la pandemia habían aumentado los trastornos afectivos, las demencias y las adicciones. Otro resultado relevante es que se redujo la tasa de reingresos, incrementándose la derivación a recursos rehabilitadores, como residencias.
La investigación también ha revelado que el 56.6% de los pacientes ingresados presentaban, además del trastorno mental, alguna dolencia física, como enfermedades endocrinas (16%), cardiovasculares (7.8%), neurológicas (6.2%) o digestivas (3.8%). El investigador y doctorando Marc Peraire ha destacado que este trabajo permite fotografiar la evolución diagnóstica de los pacientes psiquiátricos de mayor gravedad, aquellos que requieren un ingreso hospitalario agudo, detectando algunas de las causas que explican los cambios, para poder adaptar mejor la atención que se les ofrece.
En cuanto a los resultados en los dos primeros años de pandemia por la covid-19, el estudio refleja que se mantuvo la tasa de ingresos hospitalarios que se registraba anteriormente: más de 460 anuales, un resultado que contrasta con la realidad de otras unidades de hospitalización, a nivel nacional e internacional, que tuvieron que reducir los ingresos o readaptarse e interrumpir su actividad.
El profesor Gonzalo Haro ha aclarado que esta diferencia "se explica porque la UHB es el único dispositivo para ingresos psiquiátricos en toda la provincia, por lo que resultó imprescindible mantener su actividad asistencial. La buena adaptación de la sala de agudos a la Covid-19 permitió los ingresos de pacientes con trastorno mentales que estaban infectados, por lo que este recurso no tuvo que cerrarse ni en los momentos de más contagios".
Los autores del estudio han subrayado también que "muchos de los ingresos durante los últimos dos años han tenido relación con las consecuencias derivadas de la pandemia, en especial, el aislamiento social, la dificultad para acceder a consultas médicas, la interrupción de la rutina diaria, la pérdida del empleo o el incremento en el consumo de drogas".
En relación con los ingresos por consumo de alcohol y drogas, la irrupción de la pandemia por SARS-CoV-2 no ha hecho más que incrementar una tendencia que ya se detectaba desde 2006: este es el grupo diagnóstico que más ha aumentado en los últimos años. En ese sentido, los autores recuerdan que la adicción es uno de los mayores predictores de ingreso agudo, a causa de las alteraciones de conducta asociadas y de los síntomas psiquiátricos que producen.