VALÈNCIA. En medio del caos, el nerviosismo y el miedo, muchas personas consiguieran salvar su vida, y librarse de los estragos que estaba causando el temporal en la provincia de Valencia, refugiándose en fábricas o naves industriales. No solo trabajadores de las propias compañías, sino personas que buscaron auxilio en los lugares más próximos, que en muchos casos fue la industria. Y más teniendo en cuenta que a mucha gente le pilló la tempestad en la carretera, con la única posibilidad de cobijarse en polígonos empresariales anexos a las vías.
"Pensaba que iba a morir", relata a este diario Álvaro, un joven que en la tarde de este martes visitaba junto a sus padres y su abuelo el concesionario de Mercedes-Benz en Massanasa cuando les sorprendió el temporal. "Estábamos probando un coche y viendo sus funcionalidades cuando, de pronto, empezó a entrar el agua y en cuestión de minutos se empezó a inundar", detalla. En un primer momento, pensaron en huir en su coche, pero el agua no les dejó otra opción que subir a pisos superiores para protegerse. En solo cinco minutos, muchos vehículos ya estaban medio sumergidos, rememora.
Tanto él como su familia y otros 30 empleados del establecimiento se resguardaron en el segundo piso del local, formado por tres alturas y una azotea. Se vivieron momentos de tensión. Nadie sabía lo que estaba ocurriendo, mientras el local poco a poco iba inundándose ante sus miradas impotentes. Llamaron varias veces a Emergencias, pero nadie respondía. La máxima tensión se vivió cuando se dieron cuenta de que una persona de la plantilla estaba atrapada fuera del concesionario con la lluvia azotando con rabia y alcanzando los tres metros de altura. Intentaron rescatarlo con una cuerda de un toldo, pero fue imposible, por lo que un compañero se lanzó en su auxilio, aunque ya había conseguido salvarse. El segundo volvió exhausto y vomitando con el resto del grupo.
En un momento, un bidón de gasolina se derramó sobre el agua y el olor hacía insoportable permanecer en el interior del local, por lo que subieron a la azotea. Y las vistas eran espeluznantes. "Había gente en la carretera subida al capó de sus coches para sobrevivir", rememora. Cuando el hedor se disipó, volvieron a entrar en el establecimiento y cenaron algo de comida que encontraron en el concesionario e intentaron mantener la calma.
"Fue todo desesperante. No sabíamos nada. La alerta de Emergencias llegó sobre las 20 horas, pero el agua empezó a inundar el concesionario sobre las 18.30 horas. Pensé que nos ahogábamos y que íbamos a morir, pero al final fue nuestro refugio". Finalmente pudieron salir a las 8 horas de la mañana del miércoles.
De igual modo, en otras empresas los trabajadores han tenido que pasar la noche en sus puestos de trabajo. Este ha sido el caso en muchas fábricas en Riba-roja, en donde a primera hora de este miércoles se ha procedido a la evacuación de cerca de 800 empleados que no podían salir de las empresas por las inundaciones.
Asimismo, cerca de 700 trabajadores de la factoría de Ford en Almussafes tuvieron que pasar la noche en la planta ante la imposibilidad de salir de las instalaciones por el temporal. En declaraciones a EFE, el presidente el comité de empresa, Carlos Faubel, explicaba que prácticamente todo el turno de tarde se tuvo que quedar a pasar la noche en la factoría, ya que los autobuses que hacen los traslados no podían entrar ni salir a causa de las fuertes lluvias. A lo largo de la mañana del miércoles pudieron ir regresando a sus casas.
La afección no fue mayor, dado que, horas antes, la multinacional había decidido suspender el turno de noche y la jornada del miércoles precisamente por la alerta de Dana.
Asimismo, la tienda de Ikea en Alfafar se convirtió en la guarida de otras 650 personas que la Guardia Civil fue rescatando y a las que se les proporcionó agua, comida, camas e incluso ropa y uniformes secos, añade la misma fuente.
En cualquier caso, en la tarde de este miércoles seguía habiendo trabajadores reclutados en fábricas y naves como medida preventiva y ante las dificultades de acceder a sus municipios por los estragos de la Dana, según informaba el Clúster de la Automoción Avia. "Las instalaciones industriales se han convertido en auténticos refugios para los empleados", destacaban desde la organización.
En estos casos, las autoridades locales de los municipios afectados están trabajando para aprovisionar a estas personas y proporcionarles los suministros necesarios hasta que las comunicaciones y las infraestructuras permitan el regreso a sus domicilios.