CASTELLÓ. La empresa FACSA, concesionaria del servicio de alcantarillado y agua potable en Almassora, ha iniciado este martes los trabajos para la detección de la covid-19 en aguas residuales. Los operarios han comenzado las labores en el distrito marítimo de la localidad con prospecciones entre las 8.00 y las 12.00 horas. Posteriormente los trabajos se desplazarán a diferentes puntos del núcleo urbano para descartar la presencia de coronavirus.
Tal como han señalado fuentes de la empresa, los trabajos continuarán la próxima semana en l’Om Blanc con calle Illes Columbretes para recoger todas las aguas sectorizadas de la zona norte de la playa, a continuación se desplazarán a Illes Balears con Pitiüses (zona Benafelí) y finalizarán el análisis de la playa en el sector que afecta a la avenida Mediterránea con calle Venecia para detectar la posible presencia de covid-19 en el Xopar.
La investigación del proyecto Covid Water tiene un coste de 4.387,80 euros para el Ayuntamiento de Almassora, que autoriza la realización de 20 tomas de muestras, material como neveras y placas de frío, el transporte semanal de las muestras al laboratorio, el análisis del SARS-CoV-2 en laboratorio acreditado y la gestión del muestreo, revisión de resultados, emisión de informes y traslado de resultados al consistorio.
El primer test afecta al cruce de la avenida Mediterránea con la calle Migjorn para recoger todas las aguas residuales desde el parque de Pitillo hasta Vora Riu. Los operarios tienen un plazo máximo de 12 semanas para completar la revisión de todo el alcantarillado municipal. Una vez obtenidos, la empresa combinará los resultados con otros de índole poblacional, epidemiológicos y sanitarios en una herramienta digital para analizar tendencias y predecir posibles rebrotes.
La información obtenida será integrada en la herramienta digital Covid Water, que combina avanzados sistemas de información geográfica con recursos de inteligencia artificial y análisis masivo de datos, lo que permitirá generar una alerta temprana en Almassora acerca de la posible presencia de personas infectadas por el virus, independientemente de que manifiesten o no síntomas.
Con ello, ambas partes esperan contribuir a mejorar la prevención de futuros rebrotes y colaborar en la aportación de indicadores que faciliten la toma de decisiones para frenar la expansión del virus. Así lo acordaron la alcaldesa de Almassora, Merche Galí, y el director general de FACSA, José Claramonte, durante la firma del convenio el jueves pasado.