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Fernando Fabra (Anffecc): "Si el clúster cerámico se rompe por el gas, sería la hecatombe"

22/11/2022 - 

CASTELLÓ. Desde el pasado 15 de julio Fernando Fabra Florit preside la Asociación Nacional de Fabricantes de Fritas, Esmaltes y Colores Cerámicos (Anffecc). Ingeniero Industrial Superior por la Universitat Politècnica de València y MBA Executive por ESIC, Fabra asume la presidencia de la patronal esmaltera, donde ha tomado el relevo de Joaquín Font de Mora, en uno de los momentos más complicados del sector cerámico. Experiencia no le falta para afrontar la situación. Director general de la compañía Esmaltes desde hace prácticamente 14 años, lleva más de 20 vinculado a esta rama industrial castellonense. 

Además, acumula ya 7 años en la junta de gobierno de Anffecc, en la que ha ostentado la vicepresidencia los últimos dos años, justo los anteriores a asumir la máxima representación. En las oficinas de la patronal esmaltera de la calle Enmedio, Fabra atiende a Plaza Cerámica.

-La industria de fritas y esmaltes forma parte del ADN económico de la provincia de Castellón. ¿Cómo están viviendo el momento actual, marcado por los costes energéticos?
-Muy preocupados, tanto por este año como por el que viene; porque una cosa es asumir lo que está ocurriendo y otra poner solución a los problemas. La guerra la hemos asumido todos, pero la preocupación no cesa. Y no solo por el año que estamos terminando, con mucha incertidumbre, sino por el que viene, porque en otros países sí que vemos que se están dando ayudas a la industria, gasintensiva y general; en cambio en España no se están dando ayudas. Así, se une la incertidumbre con la inactividad de nuestro Gobierno y la preocupación es cada vez mayor. Si el Gobierno no actúa, no solo vamos a tener pérdidas y poca competitividad, sino que además, respecto a los países miembros de la UE que son competidores nuestros, cada vez habrá más diferencia. No solo es que Europa tenga una falta de competitividad respecto al resto del mundo, sino que, dentro de Europa, España todavía va a tener menos competitividad respecto a los otros miembros de la UE.

"el volumen de venta de producto está un 30% por debajo del año pasado Y estimamos que entre un 15 y un 20% de nuestra plantilla se ve afectada por ERTEs presentados, algunos ejecutados y otros no"

-Habla del año que viene. Todo el mundo apunta que el problema no es la guerra, sino que esta simplemente ha acelerado el problema. ¿Se están preparando para un 2023 que puede ser desastroso?
-Si, porque esta transición energética la tenemos que hacer conjuntamente con la Administración. Nosotros somos líderes mundiales fabricando fritas y esmaltes, pero para hacer hornos de hidrógeno u otra tecnología necesitamos a gente que sepa hacer estos hornos y que nos ayude. Estamos abiertos a cambiar nuestro proceso productivo con esta tecnología, pero no podemos, además de ser líderes mundiales en fritas y esmaltes, serlo también en hornos de hidrógeno o eléctricos. Vemos que no llega esa nueva tecnología y además no nos ayuda nadie. Así, tenemos que trabajar en dos vertientes. La primera, ayudas directas para que las empresas sigan teniendo rentabilidad y puedan mantener clientes y plantillas y continuar con la I+D mientras seguimos trabajando en obtener las nuevas tecnologías, para las que estamos hablando de medio o largo plazo, mínimo tres años. Por eso necesitamos ayudas, que nunca hemos pedido, para mantener la actividad y el sector en España, porque, si no, se irá, se deslocalizará.

-Como suministradores del sector azulejero están sufriendo la crisis por dos vías: una es el coste del gas, del que también son intensivos en su utilización; y otra es con la reducción de los pedidos. ¿Cómo están viviendo este proceso? ¿Esa doble afección en qué se percibe?
-La crisis de la demanda no había llegado hasta ahora; era más una crisis estructural de costes que otra cosa… hasta julio y agosto. Entonces sí que notamos que comenzaba la crisis de demanda, a nivel nacional sobre todo. ¿Por qué? Porque demanda cerámica a nivel mundial todavía hay, el consumo cerámico sigue creciendo; pero la competitividad española y europea está decreciendo, con lo cual nuestros clientes españoles comenzaron a subir precios. Seguían teniendo demanda, hasta que ha llegado un momento en que ya no hay más con esos precios desorbitados del gas respecto al resto del mundo. Una vía de nuestra afección es esa, efectivamente: nuestros clientes españoles dejan de funcionar y nosotros dejamos de atenderles. Aproximadamente el 30% de nuestra facturación es nacional y está bajando.

Y la otra afección es que, debido a los costes, en la exportación, que es un 70%, los clientes están probando otras alternativas más económicas. Esa doble afección nos preocupa, tanto por el efecto de la caída de la demanda a partir de julio y agosto, acentuada cada vez más -ya estamos viendo los ERTE de las empresas azulejeras- y que nos afecta directísimamente; y además vemos que, progresivamente, a nivel de exportación hay productos que nos pueden sustituir en algo, porque los clientes están probando nuevas fritas y esmaltes con el objetivo de reducir costes, algo normal.

"De momento hay muchos ERTEs no ejecutados y quizás se ejecuten ahora, conforme baje la demanda… y se ajusten plantillas" 

El ejemplo más claro lo tenemos en Argelia. Cuando el país ha quedado cerrado para nosotros, los clientes argelinos han probado otras alternativas de otros países y, cuando son interesantes, lo que hacen es sustituir el producto. El decrecimiento es progresivo.

-Todo esto se está dejando notar en las cifras de facturación y en el empleo, en forma de ERTE en las esmalteras. ¿De qué porcentajes podemos estar hablando?
-En facturación se está notando, lo que pasa es que debido a la subida de precios por el incremento del coste del gas, el precio medio del sector incluso ha subido un 30%; pero en volumen sí se refleja y estamos hablando de un 30% por debajo del año pasado. Y la repercusión en los puestos de trabajo, estimamos que entre un 15 y un 20% de nuestra plantilla se ve afectada por ERTEs presentados, algunos ejecutados y otros no.

-¿Cuánta gente trabaja actualmente en el sector?
-El año pasado estábamos en 4.200 personas, por lo tanto estamos hablando de una afección de algo menos de mil personas, unos 800 trabajadores aproximadamente. Es muchísima gente. De momento hay muchos ERTEs no ejecutados y quizás se ejecuten ahora, conforme baje la demanda… y se ajusten plantillas.

-Parece extraño que la solicitud de ERTE no sea para el 100% de las plantillas, teniendo las empresas la capacidad para ejecutarlos en el momento en que lo necesiten…
-Los ERTE son una herramienta flexible, pero no permite otros ajustes. Y en exportación sigue habiendo trabajo que ejecutar. Además de que en el sector hay mucha diversificación: están las fritas y esmaltes, hay pigmentos cerámicos, tintas de inyección, que son más electrointensivas… La diversificación hace que no haya tantos ERTEs.

-Desde la patronal Anffecc han trasladado en repetidas ocasiones el riesgo de deslocalización de la actividad. De hecho, ya se están trasladando inversiones. ¿Hay muchos casos?
-Hay muchas plantas de producción de nuestros asociados activas fuera de España, de hecho, nuestros 23 asociados se desdoblan en más de cien sociedades a nivel mundial. Parte de estas son para la comercialización del producto, pero otras sí tienen producción. Cuando las empresas miran el mapa y ven que los costes productivos en otros países son menos de la mitad que aquí, todas las otras variables que influyen en esas decisiones de inversión, como el know-how, el personal,… pesan menos. 

"las estrategias a corto plazo de las multinacionales ya pasan por incrementar producción fuera de España y de Europa. Si eso es a corto, imaginemos a medio y a largo"

Esto va a influir mucho en las empresas multinacionales que tengan centros productivos en otras zonas. Estamos viendo las primeras reacciones, las primeras estrategias a corto plazo, porque  ya hay planificaciones para 2023; pero cuando estas grandes empresas multinacionales se reúnan y vean objetivos a medio y a largo plazo todavía será peor para nuestra provincia. Primero, porque el coste productivo es mucho mayor aquí; segundo, los costes logísticos siguen siendo elevados; tercero, hay que estar más cerca del consumidor final de fritas y esmaltes… si además a eso unimos que en el clúster las empresas cerámicas son más rentables y productivas en otros países que aquí, crecerán más allí; con lo cual la estrategia de nuestros asociados seguirá pasando por ir cerca de aquellos países donde más producción cerámica haya.

Vale que aquí tenemos un clúster cerámico brutal muy importante que hace que todos tengamos un know-how mayor, tanto cerámica, como colorificios, como maquinaria; pero si este clúster se va rompiendo porque no hay cerámicas o colorificios que puedan invertir en España, se irá desplazando…

-Eso sería una hecatombe para la provincia de Castellón…
-Eso sería la hecatombe. Los pasos son: primero, envías la producción fuera y mantienes un posible know-how y centro de investigación y desarrollo en España. Si ese clúster se va deshaciendo, ese know-how al final se va a ir cerca de la producción. No tiene sentido desarrollar aquí productos nuevos y hacer las pruebas a miles de kilómetros de distancia. No va a ser como con el covid, que fue un bajón brutal de producción, sino que será progresivo. Y las estrategias de multinacionales con centros productivos fuera seguro que tendrán estrategias a corto, medio y largo. Lo peligroso es que hemos visto que las estrategias a corto ya pasan por incrementar producción fuera de España y fuera de Europa. Si eso es a corto, imaginemos a medio y a largo…

-En Cersaie, cuando el gas estaba a 150 o 180 euros el megavatio, se hablaba que en México estaba a 20 0 25 euros…
-Ahí hay que matizar dos puntos: aquí se han desarrollado las tintas cerámicas, que no son gasintensivas una vez obtienes el pigmento, sino electrointensivas, con lo que se podría mantener la producción y cierta investigación y desarrollo. Pero estamos hablando, sobre todo, de las fritas y esmaltes, que es el gran volumen nuestro, que es lo que se está yendo fuera.

Y la segunda matización es que si en España y en Europa fuéramos pioneros en nuevas tecnologías -háblese del hidrógeno, biomasa, etc.- para fundir frita, lo que ahora es un problema, luego quizá sería una oportunidad para producir con menos costes y una mayor sostenibilidad que el resto del mundo. 

Pero si no nos ayudan en esa transición y a investigar, tampoco seremos pioneros en esto. Si hubiera una hoja de ruta bien clara para ver qué hacer en los próximos tres años en esta transición tecnológica, a lo mejor los que ahora están pensando en irse fuera a corto plazo, en el medio su estrategia sería quedarse, porque tendríamos nueva tecnología más productiva y más verde. Quizás querrían quedarse para desarrollar toda esta tecnología y ser parte de este desarrollo. De alguna manera tenemos que intentar mantener inversión aquí. Pero si no hay ningún tipo de ayuda, se irá.

"Nuestras previsiones para el gas son en torno a 90 o 100 euros el megavatio de promedio de todo el año, con oscilaciones en función de la demanda" 

-Estamos hablando de las ayudas, ¿qué necesidades tienen ahora mismo las empresas esmalteras para tener un futuro más o menos halagüeño?
-Principalmente dos: una de corto plazo y otra de medio. A corto, y como no tenemos alternativa tecnológica, con estos precios del gas, que en absoluto van a bajar a los niveles anteriores de 15 o 20 euros el megavatio…

-¿Qué previsiones están manejando?
-Nuestras previsiones son en torno a 90 o 100 euros el megavatio de promedio de todo el año, con oscilaciones en función de la demanda. Esto es cinco veces más que antes. Por eso la necesidad de las ayudas directas hasta que haya una alternativa. ¿De qué forma? No lo sé. Hay países miembros que están topando el precio del gas, no solo para la generación eléctrica, sino como materia prima; o, como en Italia, tipo crédito fiscal, de forma que afecte de forma directa a la tesorería de las empresas… 

Esa necesidad es a cortísimo plazo, mientras investigamos para tener una alternativa de fusión para ser más competitivos. ¿Qué tardamos? ¿Dos años? Pues dos años y a ver de qué forma estructuramos esa ayuda directa. Estamos abiertos a conversar con quien sea. Y la otra son ayudas para invertir en desarrollo de nuevas tecnologías porque, insisto, sabemos hacer bien fritas y esmaltes, e investigamos en esto sin ningún tipo de ayuda; pero necesitamos ayudas a diversas empresas, no solo de Anffecc, sino también de quemadores de hornos, que sepan de comburentes, que sepan de fusión, etc. Para así, de forma conjunta y mientras mantenemos nuestra actividad, trazar la hoja de ruta que dentro de tres años nos lleve a ser competitivos y más verdes y sostenibles.

-En cuanto a la investigación de nuevas tecnologías, desde el sector azulejero se dice que es muy complicado la transición al hidrógeno, porque conlleva cambiar todo, desde los hornos hasta las redes de abastecimiento por las que llega el gas a las factorías. Para la industria de fritas y esmaltes, ¿el cambio sería igual de traumático o más factible?
-Igual de traumático. Las redes de transporte y distribución de hidrógeno hay que hacerlas, y para producir hidrógeno verde se necesita electricidad verde. Para llevar la producción hasta las localidades necesitaríamos una potencia brutal y la red de distribución eléctrica no está preparada. Hay que redimensionar todo: las redes de distribución eléctrica y la de distribución. Y en las fábricas habría que cambiar los hornos y ponerlos con quemadores nuevos.

-Un cambio total con una inversión multimillonaria…
-Eso no se puede hacer de un día para otro. Hasta llegar a ese punto debe haber pasos intermedios. Nuestro objetivo es descarbonizar en 2030, vale; pues hasta 2030, que tampoco está tan lejos, a lo mejor lo que debemos hacer es un blending. Nosotros ya redujimos el consumo de gas un 50% hace unos 15 años al introducir la tecnología de oxicombustión, con la que introducimos oxígeno con gas en los hornos en un porcentaje al 50%. En nuestros hornos de fusión de frita era factible y sin tener ayudas ni objetivos de descarbonización lo hicimos, no tanto por el ahorro, porque el gas estaba muy barato, por eso para nadie ha sido prioritario investigar el cambio del gas. Ahora, para eliminar el 50% de gas restante, pedimos ayudas para reducir de forma progresiva. Llegaremos al 0% cuando esté la tecnología lista. 

"Pasan los días y de momento no llega ninguna ayuda, ni por parte de la Administración autonómica, que tiene menos poder para otorgarlas; ni por la estatal, que tiene más capacidad y la autoridad para regularlas"

-La electricidad parece que para la producción azulejera sería factible, pero con las temperaturas de fusión de la frita no sé si es posible…
-Hoy en día no se puede descartar absolutamente nada. Esa es la opinión de todos nuestros asociados. Tenemos que investigar en todos los campos.

-En cuanto a lo más urgente, las ayudas directas, parece que hay ciertos aires de cambio en el Gobierno; mientras el Consell ya ha expresado su voluntad de articular ayudas. ¿Cuáles son sus perspectivas?
-De momento, decepción total. Sí que es cierto que nos han escuchado y ponen en valor lo que llevamos entre manos y nuestra problemática. Nos hablan de cantidades concretas a nivel autonómico con los 100 millones para la cerámica, pero a día de hoy… El Gobierno nos dejó fuera del primer Real Decreto, el 6/2022, luego sí nos introdujo en el 11/2022 y ahí nos anunciaron 400.000 euros por grupo empresarial. En ciertos grupos empresariales esto igual equivale a dos días de gas. Pero todavía ninguna de nuestras empresas ha cobrado esta cantidad. Pasan los días y de momento no llega ninguna ayuda directa, ni por parte de la Administración autonómica, que tiene menos poder para otorgarlas; ni por la estatal, que tiene más capacidad y la autoridad para regular las ayudas.

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