CASTELLÓ. Tras haber superado la incertidumbre del coronavirus durante 2020, Grupo Pamesa se enfrenta ahora a la amenaza del fuerte incremento del precio del gas y la electricidad; fuentes principales de energía para el funcionamiento de sus hornos.
La empresa, tal como ha venido informando Castellón Plaza, pagaba ocho millones de euros mensuales de gas durante el primer trimestre del año y acabará 2021 pagando cerca de 30 millones, una diferencia de veinte millones, los cuales se sumarán a la cuenta de resultados de pérdidas.
En este contexto Fernando Roig, presidente de Grupo Pamesa, ha repasado en el programa de Herrera en Cope la realidad que atraviesa el sector cerámico, prestando especial atención a Pamesa, donde el gas y la energía han pasado de representar un 12% a un 35% en la factura. Roig ha puesto énfasis en la entrevista que se trata de una situación insostenible, "con la que perdemos competitividad y, por ende, tenemos que subir los precios a nuestros clientes".
En relación a la energía eólica, Med Wind Energy, que en un 46% pertenece a Fernando Roig y promueve la construcción de siete parques eólicos en la comarca de Els Ports, el presidente del grupo Pamesa ha recordado que entre todos ellos suman una potencia total instalada de 196,65 megavatios (MW), aunque ha reconocido que apostar por esta energía no es suficiente, ya que a pesar de producir un 26% de la energía de España, tampoco sirve como energía de respaldo.
Actualmente la energía de respaldo en España -que es la que abarca componentes y dispositivos electrónicos que permite garantizar un suministro sin interrupciones de energía eléctrica- proviene fundamentalmente de centrales que utilizan gas para generar electricidad. De hecho, hoy más de un 50% de la energía eléctrica generada en España se consigue utilizando el gas como fuente primaria, según explica el propio Roig. Por otra parte, en el resto de países de Europa no han seguido la misma política energética que España y, por ejemplo, en Alemania la energía de respaldo es fundamentalmente el carbón y en Francia la energía nuclear. "Cuando importamos energía eléctrica del extranjero en su mayor parte tampoco es de origen renovable", explica.
Y en relación con el cierre del gasoducto de Argelia que pasaba por Marruecos, el presidente de Pamesa ha señalado que “es una situación que no beneficia a nadie y las consecuencias son muy importantes”. Fernando Roig reitera que reducir los costes de esta crisis está en manos del Gobierno y de las materias primas y no de sus trabajadores, al tiempo que ha manifestado que no pretende realizar ningún ERTE, como tampoco lo hizo durante la pandemia del Covid-19.
Por otro lado y tras ocho años de petición, Fernando Roig ha indicado que la mina de arcilla de El Puig sigue sin abrirse, lo que conlleva tener que proveerse de las minas de Ucrania y Rumania. Esto, según explica, se refleja en largos trayectos de
carretera que los más de 1.500 camiones diarios tienen que realizar desde los puertos a las instalaciones del Grupo.
Otro factor importante que supone un problema para la industria, argumenta el presidente de Pamesa, es la falta del Corredor Mediterráneo, un proyecto que arrastra retrasos de más de 10 años y que supone recorrer 140 kilómetros más de lo habitual por camión y trayecto, ya que la entrada a València por el Norte sigue sin estar habilitada.
Según el empresario, el futuro del transporte de materias primas está en el ferrocarril. Así, ha comentado que Pamesa se plantea construir una estación intermodal para facilitar el transporte de ida y vuelta tanto desde Valencia como de toda Europa una vez se finalice el Corredor del Mediterráneo. Esta medida abarataría los costes en el transporte de mercancía y es una medida más ecológica y eficiente ya que las emisiones de CO2 se reducirían considerablemente.
José Manuel Llaneza, director general de Pamesa GE, por su parte, ha recordado que en Castellón se produce más del 90% de la cerámica de España. Son 80 productores los que generan más de 15.000 empleos directos en este sector. La crisis energética, según repasa el director general del grupo, afecta directamente a los beneficios, los cuales no están creciendo al mismo ritmo que las ventas, y por lo que se han visto obligados a aumentar el precio de sus productos en un 25%.
Por otro lado y para colaborar con la protección del medio ambiente, Llaneza ha señalado que Pamesa tiene una firme apuesta por la política de Residuo 0 en la que agua, sólidos y calor son reciclados en todo el proceso productivo del Grupo. Así, Pamesa cuenta con dos centros de I+D+i, en Almassora y Onda, en la que más de cuarenta personas entre técnicos y diseñadores, trabajan la innovación de manera constante.