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el fisico fue Premio Príncipe de Asturias en 1992 y recbirá la alta distinción de la diputación

García Moliner ensalza la labor científica de su esposa Carmen Gil: "Hizo cosas más importantes que yo"

4/05/2023 - 

CASTELLÓ. La Alta Distinción de la Diputación de Castellón que se entregará mañana en la gala conmemorativa del Día de la Provincia será para el físico Federico García Moliner, nacido en Borriana en 1930 y ‘Premio Príncipe de Asturias de Investigación Científica y Técnica’ en 1992 por sus contribuciones a la física del estado sólido. 

La institución provincial reconoce con este galardón su impecable carrera profesional entregada a la docencia y la investigación. García Moliner ha agradecido a la Diputación la concesión de la Alta Distinción, señalando que «me siento muy honrado y me produce una satisfacción enorme».

La gala se desarrollará en el Auditorio de Castellón, en el marco de la celebración del Día de la Provincia, que oficialmente se conmemora el 16 de mayo, por ser la fecha de constitución de la Diputación en 1822, pero que este año se adelanta para evitar coincidencias con la campaña electoral que oficialmente dará comienzo a las 00.00 horas del viernes 12 de mayo.

Carrera internacional

El profesor García Moliner desarrolló el grueso de su carrera en el Consejo Superior de Investigaciones Científicas, aunque también tuvo un destacado protagonismo por todo el mundo y fue profesor durante tres años en la Universidad de Ilinois. Se le otorgaron distinciones en la Universidad de Cambridge y en centros universitarios de Perú, México y Cuba.

Precisamente en Cambridge conoció a su esposa, la viróloga Carmen Gil Fernández, ya fallecida. Recordándola, subraya que «aunque yo he hecho cosas muy importantes en el mundo de la investigación, ella hizo cosas mucho más importantes que yo».

Vuelta a España

Después de rechazar algunas ofertas para proyectos de investigación en Estados Unidos, en 1965 decidió volver a España para contribuir desde dentro al desarrollo científico de nuestro país. Lo hizo junto a su esposa, Carmen, que aunque no era natural de Castellón, también estuvo muy vinculada por razones obvias con esta tierra, en la que residió los últimos años de su vida. Ella también rechazó varios proyectos en Estados Unidos para regresar a España.

Los difíciles comienzos

El profesor recuerda que cuando comenzó en el campo de la ciencia «todo era mucho más complicado» porque «se trabajaba con las reglas de cálculo, no existían las técnicas y los ordenadores de hoy en día». Tan complicado como estudiar una carrera «por las dificultades económicas de la época».

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