Gil Comes reúne a 250 invitados para celebrar su medio siglo y mira al futuro con ganas de crecer

15/11/2019 - 

CASTELLÓ. Grupo Gil Comes reunió este viernes a prácticamente 250 invitados para hacerles partícipes de su medio siglo de vida. Clientes, proveedores, trabajadores e incluso familiares de los fundadores celebraron en Vinaròs el 50º aniversario de la conservera, que ha pasado de ser en sus inicios "una empresa del vagón de cola" para consolidarse "como un sostén para el empleo en la localidad", como destacó su presidente, Francisco Gil

Y no solo eso, sino que la potencia de la compañía, que da trabajo a más de 4.000 personas en todo el mundo (además de en el Baix Maestrat tiene plantas en Marruecos y Perú), le hace mirar al futuro con esperanza y con el objetivo de seguir creciendo. "No somos ya de Vinaròs, somos de todos estos lugares", resaltó Gil. 


Una evolución que comenzó en 1969, cuando dos importadores de salazones franceses, junto a otros empresarios, se desplazaron desde Santoña (Cantabria) a Vinaròs debido a que la revolución argelina les había dejado sin materia prima, que hasta entonces compraban en la colonia francesa. A partir de ahí "en 15 días se formó el saladero de Vinaròs", como comúnmente se conoce a la factoría en la localidad, señaló su presidente. 

Innovación y primeras marcas

Tan solo un año después la firma abandonaba su almacén original para construir la fábrica actual y posteriormente el almacén de fileteado, ya que originalmente se mandaban las sardinas en salazón a Francia, donde se manipulaban. Es entonces cuando surgen las primeras marcas, Marítimo y Voramar, pero la que realmente triunfó fue El Menú.

Con la llegada de los 80, Alcampo y Continente incorporan a Gil Comes como su proveedor de anchoas "y aprovechamos el tirón para pasar de ser un fabricante regional a nacional; nos consolidamos como una de las primeras marcas estatales". A ello también contribuyó el lanzamiento, en 1985, de la primera gama de sardinillas, que fue "un exitazo: la sardina de nuestra zona es la mejor y nos hicimos con el mercado por calidad", resaltó el presidente del grupo.

La paella de Roig en Puçol

Y es entonces cuando llega el verdadero salto de la compañía. Hacia 1994, Juan Roig convoca "a unos 70 u 80" interproveedores de Mercadona -que por aquel entonces había lanzado su famoso lema SPB (Siempre Precios Bajos)- "a una paella en Puçol; sí, una paella", recuerda Francisco Gil. Allí les ofrece la posibilidad de colaborar en el éxito de la cadena de supermercados a cambio de algunas condiciones: "Nos pide abrir los libros de contabilidad". 

"Muchos creímos en él y nos subimos al tren. El éxito actual viene de aquella paella de Puçol. Mercadona nos ha exigido muchísimo durante estos años, hemos tenido que hacernos mejores, pero ha valido la pena", rememora el presidente de Gil Comes. 

Seis intentos en el extranjero

Debido al crecimiento de esos años, el reto fundamental de la firma estaba en el aprovisionamiento de pescado. Y para lograrlo ha llevado a cabo hasta seis intentos para externalizar la producción. El primero, en 1991 en Agadir (Marruecos), fracasó, como también el segundo en Pisco (Perú), ocho años después. Tras ello llegó el primer éxito, en Larache, también en Marruecos y a principios de este siglo, una zona donde la firma ya cuenta con tres centros de producción y con la mayor parte de sus más de 4.000 empleados. 

Posteriormente, las tentativas en Ténès (Argelia) y Mar del Plata (Argentina) no han fructificado por circunstancias externas, hasta que este mismo año Gil Comes ha inaugurado su planta de Nuevo Chimbote (Perú), con el que busca abrirse nuevos caminos en un mercado internacional que consume la anchoa de forma diferente a la europea. 

Caladeros más sostenibles

Todo ello, unido a las diversas medidas, como el exitoso lanzamiento de los boquerones en vinagre o la utilización del plástico para envasar las anchoas, han contribuido ya en este siglo a continuar disparando la facturación y el empleo en un grupo que el año pasado se aprovisionó con más de 19.000 toneladas de pescado y es "el primer comprador en el Cantábrico español", apuntó su máximo responsable. 

En este sentido, el propio Francisco Gil destacó en su ponencia la situación de los caladeros y la necesidad "de que en la Comunitat Valenciana tomemos conciencia de que si no pensamos en políticas sostenibles para la pesca no habrá futuro; debe haber políticas adecuadas, y no se han hecho nunca, ni ahora ni antes, desde la Conselleria".

Este asunto fue, precisamente, el que trató la ponencia principal que acompañó a la celebración del 50 aniversario de la firma. El catedrático de la Universitat d'Alacant José Luis Sánchez Lizaso destacó que el Mediterráneo es "la región del mundo con más stocks en sobrepesca" y abogó por implantar la información científica sobre el estado de las poblaciones para la toma de decisiones. 

Asimismo recordó que, según se pactó en Malta en 2017, en los acuerdos MedFish4Ever, todos los países ribereños debían establecer planes de gestión para las pesquerías. Y España solo lo va a cumplir para el arrastre, en un documento que ultima, pero no lo hará para el cerco y las artes menores. 

Innovación en una firma arraigada a sus orígenes

La sostenibilidad está así íntimamente ligada a la continuidad de la actividad pesquera y de empresas como Gil Comes, que sigue apostando por la innovación. El director general de Laboratorios Norte, Luis Martín, destacó en su parlamento cómo "el reto de las empresas es generar buenas ideas y convertirlas en producto; tener una gestión de la innovación" y la compañía de Vinaròs lo ha conseguido: "Es una referencia en la utilización de métodos de refrigeración", señaló al respecto. 

Ya en la recta final del acto, el alcalde del municipio, Guillem Alsina, hizo énfasis en cómo "una multinacional con instalaciones en Marruecos y Perú, una de las empresas más importantes de Vinaròs, ha sabido mantener sus raíces y cuidar sus orígenes", de forma que ha dado y sigue dando trabajo a muchas trabajadoras "que han formado parte de esta familia".

Por su parte, el delegado del Consell en Castellón, Adolf Sanmartín, excusó la ausencia del president Ximo Puig, en ese momento en Les Corts para la aprobación de los Presupuestos de la Generalitat, y resaltó que esta empresa familiar "se ha sabido adaptar a las demandas de un mercado competitivo y global" y para ello se ha basado en "apoyar, entender y escuchar a todo el capital humano que rodea a la empresa". 

No en vano, tras la celebración oficial, Gil Comes también hace partícipes este sábado a toda su plantilla de Vinaròs de su medio centenario. En un ambiente distendido, las trabajadoras (sobre todo) de la enseña, compartirán con sus dirigentes la alegría de la efeméride. 

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