Greenmed deja en mínimos la planta en su lugar de nacimiento, Almassora: negocia el traslado de la plantilla

CASTELLÓ. El sector frutícola vive días complicados. Al cierre de la cooperativa Cítrics de Nules anunciado ya a finales del mes de agosto se suma ahora la minimización de la actividad de la empresa Greenmed en su planta de manipulación y envasado de cítricos en Almassora, la localidad que vio nacer la compañía integrada en el grupo Martinavarro.

La decisión de la compañía, dedicada al tratamiento y comercialización de los cítricos, estaría motivada por motivos productivos en un plan de reorganización interna que supondría el traslado de la mayoría de empleados a otros centros de Greenmed fuera de Castellón para los trabajos de manipulación y envasado, dejando las instalaciones de Almassora para labores de almacenamiento y refrigeración, una actividad "esencial" para la empresa pero que amarraría una plantilla mínima en el municipio.

Así pues, la empresa ha planteado el traslado de unos 180 empleados a sus otros centros de la provincia de Valencia, en los municipios de Xeraco, Sollana y Villalonga. Un movimiento interno, publicado por Mediterráneo, que busca la mejora de la rentabilidad y que, si bien en la parte social no supone el despido directo del personal afectado, sí le implica "un trastorno", según denuncian los sindicatos, que puede acabar en la suspensión de los contratos por la modificación sustancial de las condiciones laborales.

"Aunque pueda haber causas productivas, la empresa debe entender hasta qué punto perjudica a los empleados", explican en las organizaciones sindicales consultadas por este diario, y explican que, en su inmensa mayoría, la plantilla está conformada por mujeres con contratos fijos discontinuos que realizan las labores de manipulación de la fruta en los almacenes durante un periodo de tiempo concreto.

Estas circunstancias, según explicó este martes la presidenta del comité de empresa por UGT, Mariló Benedicto, son "otro hándicap porque los hombres siempre tienen más posibilidad de trabajo y las mujeres nos vemos más limitadas porque tenemos hijos, familiares a los que atender o mujeres jóvenes que han sido mamás y tienen media jornada".

"Si para ese traslado ponen un autobús, guardería y un habitáculo para poder estar, a lo mejor alguna gente sí que se iría, porque hay gente joven que necesita ese jornal", indica Benedicto. Así, aunque la primera opción no sea el despido sino la recolocación, entre las empleadas se ha considerado como un "o lo tomas, o lo dejas". Benedicto recalca que la propuesta es "ir a otro almacén de la misma empresa a Sollana, que está a ciento y pico kilómetros de Almassora; a Xeraco, que está más lejos, o a Villalonga, que está en Gandía". Un cambio drástico de las condiciones geográficas de los puestos de trabajo que muchas no puedan aceptar. 

La negociación de las indemnizaciones

Por ello, ahora las negociaciones entre la empresa y los sindicatos se centran en que las indemnizaciones sean "las máximas posibles". En ese sentido, recuerdan las fuentes consultadas, la plantilla de Greenmed en Almassora es "de la más antigua" y con una media de edad elevada, algunas personas incluso próximas a la edad de jubilación. "Si se van a otro centro, entrarán las últimas pese a haber estado muchísimo tiempo trabajando", lamentan en ese sentido, por lo que pide que "se acuerden las indemnizaciones" en caso de rescisión de los contratos por modificaciones de las condiciones laborales y que vayan más allá de lo que marca la normativa como mínimo.

Este martes precisamente se ha constituido la comisión negociadora conformada por representantes de la compañía y del comité de empresa en un encuentro que ha sido una primera toma de contacto y que proseguirá con una segunda reunión el próximo jueves. El mismo día que hay prevista una asamblea de trabajadores antes del encuentro con la empresa para saber cuánta gente estaría dispuesta a movilizarse a algunas de las otras plantas.