"VALÈNCIA. Alberto Gutiérrez, CEO de Aquaservice, se ha convertido en una de las figuras clave en el ecosistema emprendedor valenciano a pesar de llegar a la ciudad casi de rebote. Criado en Estados Unidos, es el impulsor junto a Saeed Amidi de una compañía referente a nivel nacional que, allá por 1996, decidió traer a España el modelo de agua embotellada a domicilio que tanto triunfaba en Las Américas.
Una empresa que ahora cumple 25 años expandiendo sus dispensadores de agua por compañías y hogares y que, en los 90, permitía algo revolucionario al margen de llevar agua embotellada a domicilio: mantenerla fría e incorporar un grifo de agua caliente. Gutiérrez, formado en la universidad de Santa Clara y en Stanford, lleva trabajando con Amidi desde 1993 y fue a mediados de la década cuando vieron que este mercado se iniciaba en Europa.
"Decidimos montar diferentes empresas como Aquaservice, una de ellas en España", explica. Fue entonces cuando crearon una joint venture con el grupo Cruzcampo y, para hacer el piloto, el lugar elegido fue Valencia. "Queríamos una ciudad ni muy grande ni muy pequeña. Además, el clima acompañaba a la venta de un producto como el agua en toda la franja mediterránea y, Cruzcampo, tenía unas instalaciones que podíamos utilizar", recuerda. Finalmente, con la venta de la cervecera a Heineken, Gutiérrez y Amidi recompraron la participación y se quedaron la totalidad del grupo.
Se trataba de un formato reutilizable nada expandido en ese momento y que, ahora, se ha visto enmarcado en la ya extendida economía circular. "Nuestro concepto era de servicio y comodidad y, a día de hoy, diría que Aquaservice es la forma más cómoda y sostenible de beber agua embotellada en casa y en la empresa", asegura. La compañía utiliza envases 100% reutilizables que transporta y recoge cuando éstos se quedan vacíos. Mientras, la materia prima es recogida de cuatro manantiales de los que extraen un agua que ellos mismos perfilan.
Para evangelizar sobre el modelo, optaron por la fórmula más simple: pruebas gratuitas. Después avanzaron con la innovación. "Es uno de nuestros valores. Estamos muy abiertos a la prueba y el error y tenemos una cultura en la que eso está permitido. Nuestro modelo lo hemos ido refinando a través de probar mucho y cometer errores, pero siempre siendo fieles a la experiencia del empleado y del cliente", señala. Desde hace años, las ventas de la compañía crecen a dos dígitos. Cerró 2021 con 167 millones de facturación, espera cerrar 2022 con 200 millones y su plantilla se ha elevado a 2.800 personas.
Más del 65% de sus clientes utilizan su aplicación para comunicarse y hacer pedidos con la compañía, en la que también se puede solicitar café. "Casaba muy bien con nuestro modelo de negocio, porque es algo que se consume de forma recurrente como el agua, al mismo tiempo es una bebida, y en este caso pesa menos que nuestras garrafas, por lo que teníamos espacio en el camión para distribuir", señala el CEO de Aquaservice.
Encontraron un partner suizo y vieron la posibilidad de dar al cliente un servicio adicional en el que también le ceden la cafetera, que es devuelta al no utilizarse con el fin de seguir contribuyendo a la economía circular. Sobre la incorporación de nuevos productos, nada sobre la mesa. "Siempre estamos pensando en otras cosas, pero somos sumamente selectivos porque no queremos convertirnos en un distribuidor y no queremos distribuir elementos que rompan con nuestra filosofía de economía circular. Queremos ser fieles a nuestro mercado", asegura.
Respecto a la sostenibilidad, Gutiérrez destaca que juega a favor del modelo por la reutilización, que complementa con la eficiencia de las rutas. No obstante, hace unos años empezaron a medir sus emisiones de forma rigurosa, las registraron en el Miteco y pusieron en marcha un plan anual para reducir emisiones. Ahora, son carbono neutral, compensando lo que producen hasta la puerta del cliente. Mientras, para los envases, estudian materiales más sostenibles y ligeros, pero que permitan mantener la calidad del producto.
Sobre una futura internacionalización, no la contemplan. "Tenemos todavía trabajo por hacer en España y como hemos tenido experiencias en otros mercados conocemos las dificultades y lo que requiere en términos de capital humano, conocimiento de una cultura diferente y hasta la fecha no hemos querido dar el paso. Detectamos que cada país tiene su idiosincrasia y hay que modificar modelos para hacerlos locales", señala.
Por este motivo, tampoco tienen previsto la entrada de otros socios. "Cuando se da entrada a un fondo hay que hacerlo con una razón. El accionista quiere hacer una desinversión o hay necesidad de capital externo. Pero como ninguno de los dos factores ocurren, nosotros nos planteamos seguir trabajando sin dar entrada a ningún accionista externo", apunta.
Tras su llegada a València, los fundadores de Aquaservice se convencieron del talento existente en la ciudad, motivo por el que decidieron mantener su sede, que actualmente está en Paterna. "Somos unos amantes del talento de Valencia y lo que se puede hacer fuera también se puede hacer aquí", destaca. No es casualidad que Saeed Amidi también decidiera exportar a la ciudad Plug and Play, uno de los agentes innovadores más destacables de la ciudad.
Amidi puso en marcha en 2006 de forma seria la plataforma de innovación, que llegaba a València en 2012 con un programa de aceleración de pequeñas startups. Desde entonces, el modelo ha ido evolucionando, tiene oficinas 38 oficinas en 20 países, trabaja con 500 corporaciones mundiales y contiene decenas de miles de startups dentro de su ecosistema. Ahora, València se ha convertido en la segunda sede a nivel mundial, aglutina a cien personas y centralizan los servicios de finanzas, recursos humanos, marketing e IT, entre otros.
Además, cuentan con un equipo amplio de analistas de inversión, que dentro de la plataforma está reconocido como el mejor. "Tanto Saeed como yo estamos muy contentos", asegura.
El CEO de Aquaservice y cabeza visible de Plug and Play en Valencia también preside Fundación LAB, impulsada por la Asociación Valenciana de Empresarios. Un ente que nace con la misión de que la Comunitat Valenciana sea un referente en emprendimiento, investigación, innovación y tecnología. "Creemos que para poder hacerlo hacía falta también el empuje y representación del tejido empresarial grande de la Comunitat Valenciana", destaca.
"Queremos ser una parte más del ecosistema para ayudar. No venimos a coger el espacio de otros. Tenemos todos los mimbres para poder llegar a ser un referente a nivel europeo de una región o zona donde el emprendimiento, la tecnología, innovación e investigación forman una parte importante de la sociedad", continúa. Para Gutiérrez es clave creérselo más y comunicar lo que ocurre de cara al exterior como asignaturas pendientes.
Entre las tareas a abordar, también se encuentra la de retener a compañías en fase de scale up. "Tenemos muy bien desarrollado el ecosistema para startups incipientes y Lanzadera ha hecho un gran trabajo. Es la locomotora dentro de la comunidad y es un referente nacional y mundial, pero ahora nos falta poner en el ecosistema entornos para los siguientes pasos. La creación de fondos es muy importante", recalca. "El capital tiene efecto llamada".
Por otro lado, destaca la necesidad de atraer a grandes multinacionales tecnológicas. "Eso lo conseguiremos cuando tengamos un ecosistema potente y aprovechemos nuestro talento y para eso tenemos que poner en marcha facilidades, una labor en la que también entra la administración", destaca. De hecho, recalca la importancia de acelerar el paso con la Marina de València.
"No hay otro espacio igual en España ni en Europa y es una pena que no vaya más rápido, aunque ya hay avances. No lo estamos aprovechando como se podría, y hay que avanzar más rápido, porque el resto de ecosistemas está haciendo también cosas", insiste. "Tenemos grandísimo talento, una sociedad dispuesta, capacidad de atraer talento joven que monte startups en València y recursos para hacerlo con iniciativas ya activas. Ahora nos falta el próximo paso de maduración del ecosistema".