VALÈNCIA. En Compromís poco sorprende hasta qué punto está dispuesto el PSOE a llevar los debates a su terreno cuando existe una negociación política que no le conviene. Lo que no quita que exista un cabreo generalizado dentro de la coalición por el descaro con el que últimamente lo evidencian. La última ha sido el fondo de nivelación. Una demanda de Compromís –y, en este momento, de otros gobiernos autonómicos– que no tiene visos de ser atendida por los socialistas. A ello se le unen más asuntos, o bien estratégicos para la coalición, o bien transversales a nivel político, como son la luz verde por parte del Ejecutivo central a la ampliación norte del Puerto de València o el 'no' del PSOE a debatir la recuperación del derecho civil valenciano. La pregunta que surge es: ¿Y ahora qué?
La situación actual se ha desencadenado de unos días a esta parte. La ministra de Hacienda, María Jesús Montero, afirmó el pasado jueves que "no había acuerdo" con Sumar-Compromís para el citado fondo de nivelación –un mecanismo transitorio con el que se reparte dinero entre las comunidades peor financiadas para que puedan acercarse a la media del conjunto de territorios–.
La coalición, sin embargo, lleva proclamando desde el pasado octubre que sí. En el pacto firmado con los socialistas para la investidura de Pedro Sánchez constaba que, mientras no se reformara el sistema de financiación autonómica –lo cual el PSOE se comprometía a impulsar aunque sin fecha–, en los Presupuestos Generales del Estado (PGE) se garantizará a la Generalitat Valenciana y al resto de comunidades autónomas infrafinanciadas la prestación de los servicios públicos al mismo nivel que el resto del Estado".
Esta parte del acuerdo sellado –que no mencionaba explícitamente, eso sí, el fondo de nivelación– sirvió a Compromís para anunciar "el fin de la infrafinanciación para la Comunitat Valenciana en los próximos PGE" gracias a su labor negociadora.
De otro lado, Montero afirmó que este mecanismo que aparte de Compromís piden la Comunitat Valenciana, Murcia, Andalucía y Castilla-La Mancha lo propuso ella "hace unos meses" en una reunión del Consejo de Política Fiscal y Financiera (CPFF) y fue rechazado por "el conjunto" de las CCAA. Sin embargo, el acta del encuentro al que alude no dice eso, como ha publicado Valencia Plaza.
En este contexto, en Compromís han de gestionar la imagen de pagafantas con una ministra de Hacienda que niega acuerdo alguno con ellos para el fondo de nivelación. Una valoración sobre su actitud que no consideran justa porque fuentes de la coalición siguen insistiendo en que sí estaba todo pactado.
El pasado sábado, durante el Consell Nacional de Més (antiguo Bloc, partido mayoritario dentro de la coalición), la portavoz adjunta de Sumar Àgueda Micó se mostró partidaria de poner condiciones para los PGE: fondo de nivelación; condonación de la deuda; e inversiones territorializadas. Lo repitió hasta dos veces, según los presentes.
Hasta qué punto está dispuesto Compromís a apretar si los socialistas no aceptan esas cuestiones es, precisamente, lo que se debate a nivel interno. Y las posiciones no son –como siempre suele ocurrir– unánimes. Para empezar, forman parte de Sumar, con lo que la propia Yolanda Díaz debería asumir sus posicionamientos. Y, por tanto, presionar con no apoyar los Presupuestos.
En caso de que no sea así, ¿irá la coalición por libre? El primer paso, a juicio de muchos, debería ser comenzar ya a presentar propuestas y enmiendas para apuntarse tantos en la fase de tramitación de las cuentas, dado que el protagonismo será con toda seguridad acaparado por los partidos independentistas y nacionalistas.
Sin embargo, dentro de la coalición hay quien duda de que, llegado el momento, sean capaces de cumplir con ello. Las inversiones territorializadas podrían ser lo más sencillo para el PSOE. La quita de la deuda es algo que ha de abordar ahora el Gobierno con la Generalitat ante la promesa de que lo aplicado en Cataluña también lo sería para el resto. Pero el fondo de nivelación sí parece algo realmente conflictivo, a tenor de las palabras de Montero.
Es por ello que algunas fuentes de Compromís abogan por ir hasta el final: votar en contra de los PGE y, si ni siquiera en ese momento hay una reacción clara en forma de avances, marcharse al grupo mixto. De hecho, estas mismas fuentes ponen de relieve una nueva circunstancia en este momento: la renuncia de Lilith Verstrynge la semana pasada provoca que su escaño en el Congreso vuelva a Sumar, con lo que Podemos pierde influencia.
Así, la actual aritmética parlamentaria supone que los morados no puedan bloquear en solitario. Algo que dentro de Compromís leen como una oportunidad. La cuestión es si serán capaces de ejercer ese papel con los riesgos que ello supone. Por ejemplo, que romper con Sumar desencadene la expansión de la marca de Yolanda Díaz a la Comunitat pese a que el acuerdo electoral lo impedía.