ALICANTE. El gobernador del Banco de España, Pablo Hernández de Cos, puso en valor este lunes la aportación del sector turístico de la Comunitat Valenciana y de la provincia de Alicante al crecimiento del PIB español en 2023. El máximo responsable del supervisor bancario español intervino en la Cátedra Germán Bernácer de la Universidad de Alicante (UA), donde impartió la conferencia 'Perspectivas económicas para el área del euro y España 2023-2025'.
En el transcurso de su análisis de las perspectivas económicas, la inflación y la política monetaria en la zona euro y en España, Hernández de Cos llamó la atención sobre el distinto comportamiento de las variables macro en uno y otro territorio, debido a las especificidades de la economía española (que le han permitido crecer más que la media europea en 2022 y 2023). Concretamente, por "la composición sectorial de nuestra economía, que tira mucho del sector servicios". En este sentido, el gobernador del Banco de España celebró que "el turismo se está mostrando un sector muy robusto, con un gran ejemplo en Alicante y la Comunitat Valenciana". Un escenario que "ha beneficiado a la economía española".
Otra clave para el mejor comportamiento de la economía nacional frente a la europea es, a su juicio, "que estamos menos expuestos a una de las economías que se ha revelado más débil, la china". Sin embargo, advirtió de que "muchas de las pautas de la zona euro se han producido aquí también, con una desaceleración que esperamos que se prolongue". Concretamente, el Banco de España espera un crecimiento del 2,3% para este año y de un 1,8% para el siguiente, con una recuperación gradual hasta el 2% en 2025. En todo caso, "estas previsiones suponen una revisión de medio punto a la baja respecto a las que teníamos en junio de 2022".
En Europa, en cambio, el crecimiento para este año será del 0,7%, y del 1% para 2024. "En 2023 tenemos un crecimiento casi nulo, y no podemos descartar que en el tercer trimestre sea incluso negativo", adelantó. El Banco Central Europeo (BCE) ha revisado a la baja un punto sus previsiones de hace un año, y aún está por ver el impacto de los riesgos geopolíticos, de los que "esta semana hemos tenido un ejemplo" con el conflicto palestino-israelí. En cuanto a la inflación europea, a pesar de que ha experimentado una reducción "muy significativa" desde los máximos de octubre de 2022, la subyacente sigue en el 4,5%, cuando el objetivo es volver al 2% en 2025.
A pesar de que, a juicio de Hernández de Cos, dicho objetivo puede conseguirse sin subir más los tipos, sino solo "manteniendo lo suficiente en el tiempo el actual nivel" (con el Euribor en el 4%), los riesgos que podrían hacer empeorar estas previsiones son los precios energéticos (por la enésima crisis en Oriente Medio) y que los salarios y los márgenes empresariales incorporen el diferencial de la inflación actual en lugar de contener poder adquisitivo y reducir márgenes hasta 2025.
En este capítulo, Hernández de Cos espera un comportamiento similar para la inflación española, aunque con algunos matices, como ha sucedido desde que comenzó el proceso. Si al principio la inflación subió más deprisa en España por el condicionante energético, "ahora llevamos varios meses con un diferencial negativo", aunque "tras los mínimos de junio (1,6%) ha ido remontando hasta el 3,3% de septiembre por los precios del combustible". El Banco de España espera que el promedio de 2023 se quede en el 3,6% (0,4 puntos más que en la previsión de junio) y "una reducción significativa" para 2025, que podría llegar al 1,8%. Aunque "todos los riesgos de la zona euro están presentes aquí".