La vuelta al “cole” no puede ser más complicada para la Unión Europea en un momento de inflación, conflicto bélico, crisis migratoria… Y, en medio de la cuarta ola de calor, dimite el vicepresidente ejecutivo de la Comisión Europea para el Pacto Verde, Frans Timmermans, para encabezar el bloque de izquierdas a las elecciones generales de los Países Bajos. Le sustituirá como nuevo comisario Wopke Hoekstra, ministro neerlandés de Exteriores desde 2022.
De Hoekstra, pocos recuerdos bonitos tenemos desde que encabezó como -entonces- ministro de Finanzas el grupo de países autodenominados “frugales”, que intentaron boicotear en 2020, Año 0 d.C. -después de la pandemia- los fondos EUNextGeneration destinados a los países del sur. Además es especialmente crítico con las políticas de Bruselas sobre el reparto de la carga fiscal y la emisión de deuda conjunta de la Unión a través de los eurobonos y los coronabonos”.
De la solidaridad de los países de norte ya sabemos lo que esperar por estos lares. Echando la vista atrás, nos encontramos alguna muestra de ello durante los últimos coletazos de la crisis financiera mundial de 2008, en la que Bruselas, el Banco Central y el FMI hicieron pagar los platos rotos especialmente a Grecia y Portugal. A España le obligaron a avalar la deuda bancaria, convirtiendo en deuda pública lo que era una deuda privada. Aún no ha llegado un Gobierno español que se atreva a reclamar a la Banca los más de 60.000 millones de euros que asumieron los ciudadanos en recortes por la caída de las Cajas de Ahorros y la reconversión subsiguiente.
Pues bien, fue en 2017 cuando el también holandés y entonces presidente del Eurogrupo, Jeroen Dijsselbloem, afirmó en una entrevista en el Frankfurter Allgemeine Zeitung que “los países del Sur no pueden gastarse el dinero en licor y mujeres y después pedir ayuda”. Respondía así a una pregunta sobre su opinión respecto a la “solidaridad de los países del Norte”.
Y ahora demos la vista atrás otro poquito, cuando los Papeles de Pandora señalaron a su compatriota Wopke Hoekstra, el ministro de finanzas contrario a los fondos postpandemia, el que impuso duras condiciones en 2020 para que llegaran los EUNextGeneration a Italia y España, los dos países más golpeados por la pandemia de la covid-19.
Fue en 2021 cuando el Parlamento Europeo aprobaba una ambiciosa Resolución sobre los Papeles de Pandora. El grupo de los Socialistas y Demócratas lideraron la lucha contra el abuso fiscal en el Parlamento Europeo, y reiteraron su llamamiento para que haya criterios más estrictos sobre los paraísos fiscales y sanciones contundentes. “Los conservadores intentan esconder el abuso fiscal de sus propios políticos bajo la alfombra”, dijeron.
Los eurodiputados socialistas se referían, entre otros, a Hoekstra, cuyo nombramiento como comisario debe ser refrendado ahora por el Parlamento Europeo. ¿Qué decían de él los Papeles de Pandora? Xavier Vidal-Folch lo resumía en una frase, en un delicioso artículo publicado en El País en octubre de ese año: “Lo maravilloso del holandés Wopke Hoekstra es que justifica su inversión ‘offshore’ en su ignorancia de que Candace -su empresa- radicaba en un paraíso”.
Nadie más lo ha recordado ahora, en plena serpiente de verano del beso, la copa y la Fifa. Por eso lo traigo aquí, a la Grand Place pública, para recordar al Parlamento Europeo antes de la aprobación del nuevo comisario que Hoekstra invirtió en una empresa con sede fiscal en las Islas Vírgenes cuando era senador, entre 2010 y 2017, en plena crisis financiera mundial, hasta que fue nombrado ministro. Que dijo que no lo sabía… !Hola Europa! ¿Alguien al timón?