Nada estaba más lejos de mi imaginación que hace 10 años se colaran en mi mundo joyero de diamantes, rubíes y tanzanitas, conceptos como biología molecular, medicina de precisión o estudios de genómica.
Y es que cuando la vida te lanza un reto que ves asumible y en tu ADN empresarial están el compromiso social y la pasión por hacer realidad los sueños, no hay tanta diferencia entre ayudar a un cliente a escoger el anillo de compromiso para el amor de su vida, y conseguir financiación para el desarrollo de la medicina de precisión, de forma que el actual 85% de salvación en el cáncer de mama, se convierta en la curación de todas y cada una de las pacientes.
Así es como nace la Fundación Le Cadó, que día a día se ha ido convirtiendo en el proyecto filantrópico de los 6 espíritus altruistas y proactivos que recogimos el órdago lanzado por la eminente doctora Ana Lluch cuando nos habló de la falta de financiación para estudiar el cáncer de mama en mujeres jóvenes. Se hizo realidad con la familia (Pepe, Teresa y Juan) y la familia afectiva (Elvira y Jordi) para que el respeto, el cariño y la admiración recíprocas rigieran nuestro modo de actuar.
Hoy, celebrando este día rosa y en nombre de las doctoras María Fonfría (Hospital Provincial de Castellón) y Mayte Martínez (Hospital Clínico de Valencia) puedo trasladaros estas buenas noticias: El pronóstico de salvación de las mujeres diagnosticadas es cada vez más alto, a pesar de que sube la incidencia debido a causas multifactoriales como la mayor longevidad y el cambio de hábitos de vida.
La razón de este índice positivo y de la mejora en la calidad de vida de las pacientes durante el proceso de la enfermedad, procede de los avances en la investigación y de la puesta en marcha de un nuevo concepto: la medicina traslacional.
Es muy revelador saber que los equipos médicos son interdisciplinares para comprender la complejidad de la enfermedad y que hay tantos cánceres de mama como subtipos moleculares, es decir como mujeres, porque cada una de nosotras somos únicas y la clave de la curación eficaz está en ese tratamiento diana que nos salva.
La oncología trabaja conjuntamente con laboratorios integrados por profesionales de la patología, la biología molecular, bioquímica, genética y bioinformática para descifrar las peculiaridades de cada caso, de modo que los tratamientos de precisión tengan menores efectos secundarios y las pacientes puedan continuar con una vida relativamente normal.
Ahora la biología y el genoma del tumor permiten establecer tres subtipos: los que dependen de hormonas, los que tienen expresión HER2 y los triple negativo. Todos ellos tiene ahora tratamiento: los que tenían peor pronóstico, son hoy, los que gracias a un tratamiento con anticuerpos monoclonales sobre los receptores HER2 de las células cancerígenas, tienen una curación más rápida. Hasta los infranqueables Triple negativo se empiezan a tratar con inmunoterapia.
Las terapias avanzan a un ritmo vertiginoso y en España contamos con grandes equipos, ávidos de seguir avanzando pero con recursos menores de los necesarios. Esta es la parcela de responsabilidad que hemos asumido.
He aprendido también de la doctoranda Elena García en Ciencias Biomédicas y de la Salud (Universitat Jaume I) que hay tantas maneras de transitar por la enfermedad como mujeres y que prestar atención a la forma física y mental puede ser determinante para salir reforzadas de este proceso.
Reivindico cada minuto de investigación que permita ganar esta batalla por la vida y la calidad de vida, para que cada mujer pueda reconstruir su cuerpo y su alma con las mejores herramientas que la ciencia pueda brindarle en esa experiencia íntima de kintsukuroi vital. Así cuando toque la campana el día de su alta médica al salir del hospital, sea más fuerte y más valiosa.
Me siento muy afortunada de ser parte de este catalizador que es la Fundación Le Cadó, que atrae, conforma y agrupa fuerzas: las de las investigadoras y las de pacientes, las de empresarios, instituciones públicas y privadas, las de amigos y familias.
Hoy os propongo que celebremos la vida y cada minuto de investigación para que el rosa se siga tiñendo de verde, un verde tan intenso como el de la esmeralda.
La autora es vicepresidenta de NDCS, vicepresidenta de la Fundación Le Cadó y directora Joyas Le Cadó.