Sé que lo de “humanizar” las carreteras puede impactar en un primer momento. Reconozco que resulta como mínimo extraño. No obstante, hemos de ir acostumbrándonos a este nuevo concepto porque tiene una explicación muy lógica y, por supuesto, todo su sentido.
Históricamente, las carreteras se pensaban y construían pensando en los vehículos y en la circulación. Ahora, aunque la prioridad ha de ser siempre la seguridad, estamos convencidos de que las vías han de tener en cuenta la salud de las personas, su vida cotidiana y, como no, la protección del medio ambiente. Afortunadamente, las infraestructuras ponen, cada vez más, el acento en las personas. Y a eso le llamamos humanizarlas.
Como ingeniera de profesión, he visto muy de cerca este progreso. Nada tienen que ver los planteamientos actuales con los de hace no tantos años. Suscribo completamente esta evolución porque la considero necesaria para mejorar la vida de las personas, modernizar nuestros pueblos y vertebrar nuestra provincia.
En este sentido, entre los primeros pasos que hemos dado en la Diputación de Valencia, destaca el de incorporar la movilidad sostenible, que antes estaba en Medio Ambiente, al área de Carreteras. Esta incorporación viene acompañada de un incremento de 3,7 millones de presupuesto, hasta los 61 millones. Un aumento para que los 1,8 millones de kilómetros de carreteras que gestionamos vertebren la provincia y ganen terreno para las personas, las bicicletas y los patinetes.
Es cierto que partimos de una realidad compleja. Por una parte, la dispersión. Mientras 45 de los 266 municipios de la provincia están en el área metropolitana de Valencia, el resto ocupa las tres cuartas partes del territorio. Esto nos obliga a construir nuevas vías que permitan la vertebración territorial. Por otra parte, algunas de nuestras carreteras pasan por núcleos urbanos o son muy estrechas y de doble sentido. Son vías con distintas peculiaridades que hemos de mejorar.
Aparte de su construcción o adecuación a nivel técnico y de seguridad, como responsable del área de Carreteras de la Diputación de Valencia, trabajo por dar un paso más en la gestión de infraestructuras e introducir componentes relacionados con los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS).
De hecho, ya lo estamos haciendo con los Sistemas Urbanos de Drenaje Sostenible (SUDS) y las Nature Based Solutions (NBS), que ya se han incorporado en obras recientemente ejecutadas por la Diputación. También se están empleando firmes reciclados, que permiten reducir los residuos generados y las emisiones que genera su transporte al vertedero. Asimismo, se están aplicando nuevas mezclas asfálticas para los pavimentos de las carreteras que minimizan el consumo energético durante su fabricación y puesta en obra, y que aumentan su vida útil.
Además, hay que tener en cuenta que, en muchos casos, no se trata de crear algo completamente nuevo, sino de reorganizar los elementos existentes. Por lo que el coste es asumible para las administraciones. Igualmente, vamos a contribuir a esta humanización valorando la huella de emisión de carbono de las empresas aspirantes a mantener o construir las carreteras de la Diputación. Una decisión pionera en la administración pública.
En la misma línea, en la institución provincial abogamos por la incorporación de nuevas vías menos contaminantes como los carriles ciclo-peatonales. Sin duda, estos planteamientos, que defendí en octubre en Bruselas, en el seno CEPLI, una confederación dependiente del Comité de las Regiones de la UE, exigen un enfoque más humano. Y eso es lo que estamos haciendo desde la Diputación de Valencia porque de eso va el progreso.
De la misma manera, insisto, como la seguridad es la máxima prioridad, estamos diseñando una campaña de seguridad vial que estará presente durante toda la legislatura. Queremos que se adapte a los distintos territorios de la provincia y a las diferentes edades en lo que se refiere a la concienciación ciudadana, donde queda mucho por hacer. Nuestro objetivo es que no haya ninguna víctima. Esto también es humanizar las carreteras.
Recientemente trasladamos todas estas ideas y objetivos a los alcaldes y técnicos municipales en la jornada “Retos para un futuro inmediato”. Un encuentro en el que también se impartió formación porque es importante que la Diputación y los municipios vayan de la mano en la vertebración de la provincia de Valencia.
En conclusión, un futuro sostenible pasa por humanizar las carreteras valencianas, por mejorarlas para las personas. En ello estamos y en ello seguiremos en toda la legislatura.