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entrevista al vicepresidente segundo del consell

Illueca: "Podemos asume las contradicciones que supone ser una fuerza de gobierno"

Foto: KIKE TABERNER
13/02/2022 - 

VALÈNCIA. Desde su irrupción en Les Corts Valencianes en las elecciones autonómicas de 2015, Podem ha sido un partido político que ha atravesado emociones fuertes. Tres líderes autonómicos distintos, varios cambios en la portavocía de Les Corts, un relevo de su máximo representante institucional y un buen número de cambios en el segundo escalón del Consell al que entró en 2019 con la segunda edición del Pacte del Botànic junto PSPV y Compromís.

No obstante, la llegada del vicepresidente segundo del Ejecutivo, Héctor Illueca (València, 1975), en septiembre del pasado año como relevo de Rubén Martínez Dalmau, parece haber tranquilizado las aguas 'moradas' en estos meses. En el partido, era un secreto a voces que la sintonía entre el anterior máximo responsable institucional de Podem y la líder del partido, Pilar Lima, no era especialmente buena. Ahora, sin embargo, la formación atraviesa una extraña e inusitada calma en el ámbito interno. Esta y otras muchas cuestiones analiza Illueca en su conversación con el grupo Plaza.

-¿Cómo cree que puede influir el proceso electoral en Castilla y León sobre el escenario político nacional y valenciano?
-Es evidente que es importante porque supone el inicio de un ciclo electoral largo donde van a sucederse diferentes elecciones autonómicas y unas generales. El PP trató de hacer un uso burdamente electoralista de la prerrogativa del adelanto pensando que todo iba a ser de una forma y me parece que el paso de los días ha demostrado que el final puede ser muy diferente. Y una cosa que dije allí hace poco cuando estuve es que si la Comunitat Valenciana pudo cambiar después de décadas de gobiernos de derechas y degradación del debate público en nuestra tierra, Castilla y León también puede hacerlo.

Foto: KIKE TABERNER


-¿Cómo valora el acuerdo de la reforma laboral? Porque varias fuerzas de izquierdas no han querido apoyarla.
-La reforma laboral es una conquista para los trabajadores de este país. Es el resultado de 10 años de lucha y movilización contra una norma, la del PP, que fue una canallada para los trabajadores y que puso a muchas familias en una posición muy complicada. Creo que es la primera vez en muchos años que se le dan derechos a los trabajadores, se fortalece la negociación colectiva y se mira a los ojos a los sectores más precarizados. Esta reforma desmonta los aspectos más lesivos de la de 2012 en términos de vigencia del convenio sectorial y rescatando la ultractividad de los convenios, lo que bloquea las devaluaciones salariales violentas como las que se produjeron en este país, donde a la gente se le bajaba el sueldo un 30% de un día para otro aprovechando los cauces abiertos. Además, es la primera norma en la historia de la democracia que intenta poner coto a la temporalidad en el empleo suprimiendo el contrato para obra y servicio, fortalece la inspección de trabajo y seguridad socia y, en definitiva, apuesta por el contrato indefinido como regla general en la contratación laboral en España, lo que supone un giro copernicano en las relaciones laborales de este país.

-¿Cree que lo ocurrido con la reforma laboral puede restarle al PP opciones en esas elecciones?
-Es que cuando por primera vez va a producirse un avance de estas características, lo que nos encontramos por parte de la derecha en el Congreso fue un intento de 'pucherazo' para subvertir los acuerdos parlamentarios entre los partidos con vistas a empeorar las condiciones de los trabajadores.

-Pero insisto, hay fuerzas de izquierdas que no la apoyaron.
-Me hubiera gustado que la reforma fuera apoyada por las fuerzas que componen la mayoría de investidura. Por las circunstancias que sean, no ha sido posible, pero lo importante es que se ha aprobado y ese avance histórico para los trabajadores se ha consolidado.

Foto: KIKE TABERNER

-Algunos en la izquierda consideran que, con este tipo de cosas, Podemos se ha 'moquetizado'. ¿Lo ve así o simplemente han evolucionado hacia los grandes acuerdos?
-Desde el primer día hemos demostrado que somos capaces de asumir las contradicciones que supone ser una fuerza de gobierno y que muchas veces tienen que ver con la correlación de fuerzas parlamentarias. Pero insisto, en el caso de la reforma laboral, se han desmontado las cuestiones más lesivas de la anterior norma y se ha entrado en la lucha contra la temporalidad. Así que, con todo el respeto, esto para mí no ha sido una contradicción, sino un avance del que me siento orgulloso.

-¿Le duelen esas críticas? Que partidos de la izquierda digan que es una reforma cosmética, por ejemplo.
-Seré claro. Ahí no se ha votado sólo la reforma laboral. Se ha votado también la definición de posiciones políticas y la delimitación de campos electorales. Todavía estoy esperando a que alguien me discuta con rigor y argumentos sobre la mesa que esta reforma no es un avance importantísimo para los trabajadores de este país.

-Llegó al Botànic en un momento complicado, a las puertas de la negociación presupuestaria. ¿Cómo lo vivió? ¿Es cierto que su predecesor, Martínez Dalmau, le llamó para decirle que si usted venía él estaba dispuesto a renunciar?
-No voy a revelar las conversaciones con mi compañero. Sí es cierto que se me llamó en agosto y se me propuso la posibilidad de asumir la vicepresidencia. Lo valoré con mi ministra, Yolanda Díaz, con quien consulto todas mis decisiones, y consideramos que podía ser útil aquí.

-¿Le dio algún consejo Martínez Dalmau de cómo afrontar esta siempre difícil tarea de un gobierno compartido con dos referentes como Ximo Puig y Mónica Oltra, que tienen sus días y sus relaciones variables?
-Sí me dio algún consejo que no voy a desvelar, pero que me resultó bastante útil. Tampoco es que viniera de un sitio tranquilo, sino de otro gobierno de coalición como es el de España. Así que la cultura sí la tenía interiorizada. Creo que esto ha venido para quedarse y se sucederán otros gobiernos de coalición.

-¿Cómo es su relación con el presidente Puig y con la vicepresidenta Oltra? ¿No siente a veces que puede encontrarse en el medio de algún fuego cruzado?
-Yo hablo con ambos con fluidez y asiduidad. Mi sensación es la de haber llegado a un gobierno de verdad y en el que se discuten los temas. Les dije cuando llegué que iba a tener posición propia sobre todas las cuestiones pero que se enterarían por mí y no por la prensa. Hasta ahora creo que lo he cumplido. Es un gobierno donde hay diferencias importantes pero donde estas se discuten entre los socios. Y ahí llegamos a síntesis y cuando no podemos, pues lo aplazamos.

Foto: KIKE TABERNER


-Uno de los momentos tensos que vivió fue la negociación presupuestaria, especialmente entre PSPV y Compromís. ¿Qué papel tuvo usted en esa crisis?
-Adoptamos una actitud proactiva en aras de llegar a un acuerdo. En un gobierno de coalición siempre se mezclan los términos de la discusión política con la proyección pública de las cuestiones. Eso contamina mucho cosas que en el fondo a lo mejor no son tan graves o complicadas como cuando aparecen en los medios. Es verdad que hubo momentos de discusión y diferencias y nosotros intervenimos para intentar llegar a arreglos. Al final la cosa fue bien y pienso que todos quedamos satisfechos de cómo quedaron esos presupuestos, porque además esta es la primera vez en siete años que se produjo una negociación estratégica entre los socios del Botànic. No una discusión sobre los presupuestos de "mi" conselleria, sino sobre objetivos, prioridades y el horizonte de lo que queremos.

-¿Cree que desde el PSPV había cierto interés en que fracasara la propuesta de Oltra y suya de esa negociación conjunta que se inauguraba en esta ocasión?
-No tuve esa sensación. Hubo cuestiones difíciles y espinosas, pero no percibí que nadie quisiera hacer descarrilar las negociaciones.

-Unides Podem está haciendo mucho hincapié en cuestiones sanitarias, como la ley de Salud Mental, la reivindicación sobre un plan contingencia sanitario... ¿no funciona bien la Conselleria de Sanidad?
-Los resultados de la gestión de la pandemia son positivos, basta compararnos con otras autonomías. Eso no quiere decir que hayamos estado de acuerdo en todo. Así que desde el grupo parlamentario se producen iniciativas que consideramos interesantes y esperamos poder discutirlas con nuestros socios. 

-¿Espera que prospere la propuesta de plataforma de Yolanda Díaz y que prospere en el ámbito de las elecciones autonómicas?
-Espero que esa propuesta se extienda a todos los ámbitos. Todavía no se ha hablado de una propuesta electoral, sino de un proceso de diálogo y escucha con la sociedad civil. Los partidos, en ocasiones, deben pararse a escuchar y creo que la vicepresidenta lo ha interpretado muy bien. Estamos ahora en un proceso de apertura de diálogo y debate: sobre vivienda, sobre las pensiones, sobre el mercado de trabajo...  definir posiciones en los grandes temas, hablar de ideas, de principios morales... La veo con fuerza y plena capacidad para construir un proyecto transversal, que conecte con los intereses populares y que tenga vocación de gobierno. Confío en que se traduzca en una alternativa al neoliberalismo en España y que esto también se aterrice en procesos unitarios en las CCAA y en el ámbito local. Yo vengo de la cultura de Julio Anguita, que es la cultura de la unidad. Y más ahora, dado que es la alternativa para garantizar la irreversibilidad de las políticas públicas y de las conquistas sociales.

Foto: KIKE TABERNER


-Hay reticencias fuertes dentro de Més Compromís (antiguo Bloc) sobre estos hipotéticos pactos y también respecto a la unidad de la izquierda. ¿Cómo les convencería?
-La clave es discutir de política: nuestras respectivas posiciones sobre las grandes cuestiones y las medidas concretas que las aterricen. Desde esa metodología, es perfectamente posible llegar a acuerdos. Es más, pienso que la sociedad no entendería otra cosa. Me gustaría que en esto participaría Compromís, además de otras fuerzas política, pero también la sociedad civil.

-Más allá de que la plataforma de Yolanda Díaz cristalizara o no en una iniciativa electoral, ¿usted sería favorable igualmente a estudiar un pacto con Compromís para los comicios tanto para la Generalitat como para grandes ayuntamientos como el de València?
-Sin ninguna duda. Siempre he sido favorable a la unidad como ya he dicho, y pondré todo mi esfuerzo y capacidad para que en esta tierra no se repita lo que pasó en la Comunidad de Madrid ni en el Ayuntamiento de Madrid.

-¿Usted se presentará para ser el cabeza de lista de Podem para la Generalitat?
-Estoy centrado en la responsabilidad de gestionar la vicepresidencia y la conselleria. Creo que nadie está pensando en eso ahora.

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