CASTELLÓ. El Instituto de Tecnología Cerámica (ITC-AICE) con el apoyo del Instituto Valenciano de Competitividad Empresarial (IVACE) a través de los Fondos Feder, está inmerso en un estudio en profundidad de las técnicas de funcionalización de superficies en distintos sectores de la producción industrial para poder aplicarlos al sector cerámico en el marco del proyecto Funker.
Y es que las funciones de la cerámica pueden ir más allá del revestimiento de pavimentos o paredes, puesto que mediante determinadas tecnologías se pueden aportar nuevas funcionalidades, como ya se ha logrado en el caso de las superficies cerámicas antideslizantes, biocidas, autolimpiables, entre otras.
Por eso, el objetivo del proyecto Funker, en el que también colaboran las empresas Estudio Cerámico S.L. y Hermanos Llansola, S.L., realiza una prospectiva de funciones superficiales de otros materiales desarrollados en distintos sectores. Posteriormente se llevará a cabo un análisis de la viabilidad de la implantación industrial de aquellas que resulten de mayor interés en los productos cerámicos.
Con esto se pretende proporcionar a las empresas cerámicas fabricantes distintas opciones de funcionalización del material cerámico que incrementen su valor añadido, obteniendo materiales inteligentes capaces de responder a estímulos externos y proporcionar propiedades innovadoras que aporten soluciones a los principales retos sociales y medioambientales a los que nos enfrentamos, como el cambio climático o las consecuencias derivadas de las crisis sanitarias.
Este estudio se prolongará hasta junio de 2024 y está alineado con los Objetivos de Desarrollo Sostenible de la ONU (ODS) 3: Salud y Bienestar; ODS 9: Industria, Innovación e Infraestructura; ODS 12: Producción y Consumo Responsable; ODS 13: Acción por el Clima.