PARÍS. A solo dos días de que culminen los Juegos Olímpicos de París 2024, también llega el final de la particular odisea deportiva de Javier Serralvo, exconcejal de Vila-real y un apasionado del deporte, hasta el punto de que esta es la séptima ocasión en que asiste a unos Juegos.
Su travesía arrancó en Barcelona 92, fue poco antes de Sidney 2000, su edición favorita, cuando se desmadró la cosa: en un arrebato le propuso a su suegro si se iban a los Juegos Olímpicos, y este, sin dudarlo, le dijo que si. Para llegar allí ambos pasaron por una serie de aventuras, desde buscar los billetes y el alojamiento, hasta encontrar un australiano que les comprara entradas para las competiciones, porque los extranjeros no podían hacerlo. Finalmente, una señora les ayudó, pero en el intervalo llegaron a dar por perdido el dinero.
Aun así, Australia conquistó a este vila-realense por la forma en que vivió los Juegos: "Sidney tiene una extensión muy grande, pero en la zona central se concentró toda la actividad. Entonces, en muy poco tiempo se podía asistir a varias competiciones y toda la ciudad vivía los Juegos. En otras ediciones, como Londres, Beijing y París, al ser ciudades tan grandes y estar los recintos repartidos por varias zonas, te dificultan un poco el traslado y no se vive el deporte igual. Aunque Barcelona, al ser en casa, me gustó también mucho y también viví intensamente las Olimpiadas".
De esta manera, Serralvo ha asistido a los Juegos Olímpicos de Barcelona 92, Sidney 2000, Atenas 2004, Beijing 2008, Londres 2012, Río 2016 y, ahora, París 2024.
Entre las cosas que más le cautivan, sin duda destaca el espíritu olímpico que se respira durante esos días en la ciudad anfitriona: "Cuando se asiste a los Juegos notas cómo se vive el deporte con intensidad. En Sidney, por ejemplo, en un día podías ver tres o cuatro deportes diferentes y, al que le gustan, la verdad es que es impresionante". Al compararlo con un Mundial de fútbol, no hay parangón, por ejemplo con los tiempos: "En un Mundial los partidos de la selección española son cada tres o cuatro días y en medio no hay ningún evento", remarca. Asimismo, aunque esta competición tenga "igual o mayor relevancia que unos Juegos, en un Mundial no se vive ese espíritu olímpico, donde todo es armonía y respeto; hay muchos comportamientos del fútbol que no se trasladan al olimpismo".
En este sentido, en su opinión los Juegos Olímpicos tienen ese plus adicional: aparte de ser un certamen internacional, promueven por medio del deporte que el mundo sea un lugar mejor. Este fue el motivo inicial por el que Pierre de Coubertin, en Atenas 1896, rescató los Juegos Olímpicos para la Edad Moderna. El barón creía que las naciones se podían unir por medio del deporte hasta el punto de detener las guerras por medio de competiciones saludables, sin discriminación, ni trampas.
Motivos suficientes por los que el vila-realense Serralvo se dejó "enganchar", como él mismo comenta, por este movimiento olímpico: "El deporte es la base de muchos valores, valores de competición sana, de compañerismo, de ayuda entre equipos. El hecho de practicar un deporte es tan importante como el que esos valores positivos se transmitan a la sociedad".
Aunque todos los deportes le gustan, el fútbol, reconoce, es su favorito. Eso si, por París, Serralvo anda estos días con su bandera de España y con el escudo del Villarreal CF por todos los escenarios olímpicos posibles. Gracias a ello se ha encontrado con paisanos y adeptos al Villarreal Club de Fútbol.
Pero si un deporte encarna los valores del Olimpismo es el atletismo y Serralvo recomienda no perderse esta competición: "¡Estar en un estadio olímpico es algo que no te puedes perder!", indica. A su vez, también sigue de cerca "el baloncesto, el balonmano, la natación, la gimnasia artística y rítmica" y por supuesto el tenis, con la medalla de bronce de la valldeuxense Sara Sorribes en dobles, que vivió en directo. Además, en esta ocasión ha podido asistir también a la final entre Alcaraz y Djokovic, donde coincidió con las princesas Leonor y la infanta Sofía.
Para quien se pregunte cómo es posible asistir a siete Juegos Olímpicos, Serralvo tiene algunos trucos: por ejemplo, ahorrar 2 euros cada días durante cuatro años, con lo que se dispone de suficientes fondos para soportar los gastos que supone viajar a otro país durante 15 días... y temporada alta. Otra opción es ofrecerse voluntario. "Es una experiencia bonita y una manera fantástica de vivir los Juegos y estar cerca de los deportistas" comenta Serralvo, que tiene un amigo que ha ido a París como voluntario.
Javier Serralvo ha vivido este año su cumpleaños en París. El pasado viernes, 8 de agosto, no le importó estar lejos de su familia con tal de cumplir su anhelo de asistir a los Juegos Olímpicos.