CASTELLÓ. La jugadora de la selección española, Jenni Hermoso, ha declarado en la sede de la Fiscalía General del Estado (FGE) y ha formalizado su denuncia contra el ahora suspendido presidente de la Real Federación Española de Fútbol (RFEF), Luis Rubiales, por el beso en la boca que le propinó en la entrega de trofeos del Mundial celebrado en Australia.
Según han confirmado fuentes fiscales a Europa Press, Hermoso presentó la "denuncia expresa" el martes 5 de septiembre, y la Fiscalía de la Audiencia Nacional ha anunciado que presentará querella a la mayor brevedad posible. Hasta el momento, no ha trascendido ningún extremo de esa declaración ante la Fiscalía al ser materia reservada.
Fue el pasado 28 de agosto cuando la Fiscalía de la Audiencia Nacional decidió abrir diligencias de investigación preprocesales en relación a ese hecho, al entender que podría ser constitutivo de un delito de agresión sexual. Además, en ese mismo decreto, la teniente fiscal Marta Durántez anunciaba que se dirigiría a la delantera para ofrecerle emprender acciones legales.
Este paso de la Fiscalía se producía a la vista de las "manifestaciones públicas" realizadas por la jugadora, de las que deducía que sostenía que el acto sexual sufrido por la misma y llevado a cabo por Rubiales no fue consentido. "Atendido el momento extraprocesal en el que nos encontramos y lo inequívoco de sus declaraciones, es preciso determinar la trascendencia jurídica de las mismas", apuntaba Durántez.
El decreto de la teniente fiscal llegó tras conocerse que la FGE y la Fiscalía Provincial de Madrid habían remitido a la Audiencia Nacional las diferentes denuncias presentadas contra Rubiales --suspendido de su cargo por la FIFA-- por particulares y asociaciones por el beso a la jugadora, dado que el asunto, al ocurrir fuera de territorio español, es de su competencia.
La teniente fiscal recogía, además, en su decreto un textual de las declaraciones públicas realizadas por la jugadora de la absoluta en las que aseveraba que el beso "ni mucho menos (...) fue consentido" y que se sintió "vulnerable y víctima de una agresión".
Cabe recordar que a finales de agosto, en la Asamblea Extraordinaria de la RFEF, Rubiales anunció que no iba a dimitir como presidente de este organismo alegando que lo que se estaba ejecutando era un "un asesinato social" contra su persona. Sostuvo que el beso en la entrega de premios fue "espontáneo, mutuo y consentido".
Ese mismo día, la jugadora salió al paso con ese comunicado que citaba la teniente fiscal en el que desmintió al presidente. Al tiempo, denunció además presiones de la Federación para cambiar su relato.