VALÈNCIA. La proximidad de la conformación del próximo Ejecutivo autonómico ya genera, desde hace algunas semanas, todo tipo de especulaciones y apuestas sobre quién va a ocupar las consellerias del Gobierno que presidirá Carlos Mazón. Aunque se trata de un asunto que lleva él en primera persona con absoluta discreción y que no comunicará seguramente hasta el último momento, entre las filas del PPCV las quinielas circulan.
Los populares han amarrado, en su pacto con Vox, los departamentos con las competencias de más peso y de mayor presupuesto. Controlarán las sociales y las económicas. Y dentro de estas últimas aparece Hacienda. La intención parece ser, en principio, que siga como conselleria propia y no se una a Economía. De ella dependen los presupuestos anuales de la Generalitat. Es decir, toda la gestión de las cuentas públicas. Será, por tanto, la encargada de poner en marcha la prometida bajada de impuestos y de afrontar, si ese escenario se diera, la necesidad de los temidos recortes.
Para dirigir Hacienda surgen varios perfiles con fuerza, a la espera de que se conozca el Ejecutivo en cuestión de días –podría tener lugar, de hecho, antes de las elecciones generales del 23 de julio–. Mazón ya ha dejado entrever hasta el momento a la gente que considera de su confianza en este ámbito. Para ello sólo hace falta mirar a los miembros de su equipo económico. Entre ellos despunta últimamente José Antonio Belso. Catedrático de Economía Aplicada de la Universidad Miguel Hernández de Elche y doctor en Dirección y Tributación de la Empresa, desde marzo de 2021 es director del Organismo de Gestión Tributaria de Suma, dependiente de la Diputación de Alicante.
Belso ha realizado trabajos de asesoramiento a entidades públicas y privadas. Desde hace un par de años también lo hace con el PPCV. De hecho, fuentes populares ya lo señalaron como uno de los artífices de la reforma fiscal que presentó Mazón en 2021 con una bajada generalizada de impuestos. Su elección supondría una apuesta por un perfil técnico más que político por parte de Mazón.
A él se le unen otros nombres, todos ellos del citado equipo económico. Varias voces señalan a José Antonio Rovira, el diputado de máxima confianza del líder del PPCV cuando aterrizó la pasada legislatura. Ha sido su hombre fuerte en el grupo parlamentario y siempre se ha especulado con su salto al Consell, aunque se le menciona para diferentes departamentos, sobre todo para Educación.
Otro de los perfiles que aparece es el de Rubén Ibáñez. Abogado y portavoz de economía, hacienda y presupuestos en Les Corts, se ha encargado durante las dos últimas legislaturas de todo lo relacionado con las cuentas de la Generalitat dentro del grupo parlamentario y ha fiscalizado la labor del Consell en este ámbito. Su conocimiento de la materia lo sitúa en las quinielas, dado que también pertenece al equipo económico de Mazón y ha sido uno de los autores de la mencionada reforma fiscal.
Fuentes populares señalan igualmente a Gonzalo Maluenda, proveniente del PP de Novelda y hermano de Consuelo Maluenda, vicesecretaria de Organización del PP de Alicante. Es el responsable de las oficinas de Suma de la comarca del Alto Vinalopó.
En las quinielas surge, por último, Ruth Merino. La exportavoz de Ciudadanos en Les Corts y de nuevo diputada en la lista de los populares, fue uno de los fichajes estrella de Mazón en su 'OPA' a los naranjas. Inicialmente, también para su equipo económico, aunque desde el principio sonó para responsabilidades en el Ejecutivo autonómico. Merino es técnico de Hacienda, por lo que encajaría en este departamento. Hay quien la situaba como directora del Instituto Valenciano de Finanzas (IVF).
Por último, son numerosas las fuentes que mencionan a Eusebio Monzó dentro de la Conselleria, pero como secretario autonómico. El exconcejal en el Ayuntamiento de València ya ocupó este cargo con Alberto Fabra, quien lo destituyó en virtud de la famosa línea roja contra la corrupción tras ser investigado en varias causas que acabaron siendo archivadas. Fueron muchos los cargos del PPCV, e incluso de la oposición, que consideraron injusto su cese y siempre lo han tenido en buena consideración. Después de lo ocurrido, el partido lo fue recuperando para puestos de responsabilidad, pero la situación estuvo plagada de sobresaltos para él.
Fue la apuesta de Rita Barberá como independiente en la lista del consistorio para 2015, pero tras el estallido del caso Taula acabó siendo el único concejal no imputado por presunto blanqueo –causa que acabó sobreseída para todos más tarde–. La legislatura resultó muy complicada para él y aunque la actual alcaldesa de València, María José Catalá, contó con él como asesor, decidió regresar a la Universidad Politécnica de Valencia (UPV), donde se encuentra trabajando actualmente. Pese a todo, ha seguido vinculado al PP y Mazón lo repescó para su equipo económico. Ahora podría dar de nuevo el salto a la administración y al puesto del que salió forzosamente.