Un Juggernaut, según la Wikipedia, es "una fuerza cuyo avance nada puede detener y que aplasta o destruye todos los obstáculos en su camino". Es una palabra de origen indio, que tiene que ver con una procesión que no se paraba ante nada y que, incluso, pisoteaba a los fieles que esperaban que el trono se parase ante su fervor. Pero, al contrario, la carroza del dios Krishna seguía adelante dejando múltiples heridos a su paso. Poco importaba a sus porteadores y a los sacerdotes el daño que dejaban atrás.
Valga esta explicación al título de este artículo, porque habrán pensado: ¿Cómo es que Eva afirma que Puig es una fuerza imparable? Me explico. Los Puig son como esa carroza procesional, con Ximo subido al trono y sus hermanos llevándose todo y a todos por delante.
Ni siquiera una investigación judicial abierta en la que Francis Puig ha reconocido cobros irregulares de subvenciones públicas puede con ellos. No es que Ximo Puig haya dimitido por otorgar a su hermano ayudas de manera incorrecta (lo de ilegal ya lo dirán los tribunales a su tiempo, si cabe), siquiera que haya pedido disculpas. Nada de eso.
El colmo es que hemos sabido que Francis Puig sigue cobrando estas ayudas a pesar de reconocer lo que reconoció en sede judicial. Hasta 600.000 euros llegados de À Punt y de Comunicación del Ports. Y aquí no pasa nada.
Estoy convencida de que la Justicia pondrá a cada uno en su sitio, llegará su tiempo judicial, aunque tarde. Pero el Juggernaut Puig no le teme a nada, tampoco a la sede de la soberanía valenciana, que son Les Corts.
Los socialistas callan y aplauden las tropelías de su jefe de filas, mientras intentan hacerse los indignados con presuntos escándalos de otros lados. Si tan seguros están de que no hay nada, ¿por qué no permiten una comisión de investigación en Les Corts? Nada, la retrasan y la vetan una y otra vez, porque no hay nada que pueda contra los Puig.
Lo peor de este asunto es que se ha derivado dinero público de manera irregular, esto reconocido, y presuntamente ilegal a un hermano del presidente de la Generalitat Valenciana. Pero lo que más me irrita es la sensación de impunidad que muestran los socialistas a cada paso que da la investigación hasta, estoy segura, un castigo justo.
Porque, no lo duden, si nadie sanciona estas conductas irregulares, los socialistas ya son especialistas en ver el campo abierto, como en Andalucía con los EREs. La próxima legislatura podemos pasar de hermanos a primos, cuñados, compañeros de partido (¿qué es el 'caso Azud' si no otra jugada de este estilo de manual?), militantes, simpatizantes y hasta alguno que pasaba por ahí. La intención de montar un entramado dependiente para crear una dinastía definitiva: los Puig como los reyes republicanos del País Valencià.
Las próximas elecciones deben darles una lección: el que la hace, la paga. Los valencianos debeos tener en cuenta que no estamos dispuestos a consentir al presidente Ximo Puig y su familia que se rían de nosotros, que pasen por encima de la más mínima vergüenza en su forma de actuar.
En manos de los valencianos está la de detener el Juggernaut Puig y desbancar al becerro de oro de su trono. Somos muchos los que estamos enfrente, cada vez más. Los pararemos entre todos.