CASTELLÓ. No hay duda de que la pandemia del coronavirus ha tenido un impacto directo en el mercado laboral y en la contratación, pero ¿ha influido en la temporalidad de la provincia de Castellón? ¿Ha provocado un cambio de tendencia o ha reforzado un problema endémico? Castellón Plaza repasa los datos de contratación del Servicio Público de Empleo Estatal (Sepe) desde que se aprobase la reforma laboral de 2012 con la visión de sindicatos y patronal provincial.
Contratos totales, indefinidos y temporales
Porcentaje de temporales e indefinidos
Se observa que los contratos temporales son mayoritarios; y desde que entrase en vigor la reforma laboral en 2012; vienen representando entre el 90,6% y el 85,4% del total de contratos firmados en la provincia de Castellón. Pese a que su peso ha ido disminuyendo paulatinamente desde 2013 hasta alcanzar su cota más baja en 2020 (cuando representaban el 85,4% de los contratos firmados) en el último año han vuelto a experimentar un ligero repunte (hasta el 86,5%). En números relativos fue en 2018 cuando hubo más contratos temporales en Castellón, un total de 204.507, mientras que en 2013 se registró el menor número de temporales (139.264) pero a su vez suponían el mayor porcentaje respecto al total de contratos (un 90,6%). ¿Es entonces la pandemia un agravante para la temporalidad?
"Consideramos que la pandemia no ha sido determinante para su aumento porqué la temporalidad y la precariedad ya existían, principalmente en el sector servicios", explica el secretario general de UGT en Castellón, Paco Sacacia. Desde CCOO su secretario general de les Comarques del Nord, Albert Fernández, también coincide en que "la covid no es el problema" y pone el foco en que "la tasa de temporalidad en la provincia es demasiado alta, sobre todo si la comparamos con los niveles de los países europeos", afirma.
Por su parte la patronal castellonense considera que "a finales de diciembre, cerca del 70 % de los contratos activos en la provincia de Castellón eran indefinidos.
Lo que sí está sucediendo, al igual que en otras provincias, es que los nuevos contratos son predominantemente temporales".
Desde la patronal CEV añaden que "también es cierto que, en las actuales circunstancias de recuperación generalizada, pero con trimestres de desaceleración, cuellos de botella en las cadenas de suministro, alzas en los costes energéticos y en las materias primas y con reiteradas olas de covid, la política generalizada de contratación de las empresas está primando la reincorporación de plantilla en ERTE, en segundo lugar, contratación temporal y, en tercer lugar, la contratación indefinida".
Más allá de la pandemia, dos factores que condicionan la temporalidad en Castellón son, sin duda, el turismo de sol y playa y la campaña de cítricos, dos sectores distintos pero con una actividad concentrada en un período de tiempo acotado.
En este contexto, los sindicatos consideran "clave" combatir esta temporalidad porque "los trabajadores necesitan una estabilidad para poder desarrollar su proyecto vital", señala Fernández. Además, Sacacia cree que no solo perjudica a los trabajadores, sino que la temporalidad supone un lastre para las empresas, ya que tienen que invertir tiempo y recursos en formar a nuevos trabajadores. "La temporalidad genera, además, accidentes laborales porque los nuevos empleados muchas veces no tienen la suficiente formación todavía" añade el secretario general de UGT en la provincia.
El acuerdo entre patronal, sindicatos y Gobierno para derogar parte de la reforma laboral de 2012 se fijado entre sus objetivos principales combatir esta temporalidad con medidas como eliminar los contratos por obra y servicio o establecer el indefinido como el contrato ordinario. Los sindicatos sin embargo se muestran "optimistas" pero "expectantes".
Más allá de las nuevas medidas aprobadas por el Gobierno central, lo que parece claro es que la solución en la provincia de Castellón pasará principalmente por tres caminos: conseguir la desestacionalización del turismo promocionando el turismo de interior o cultural durante el invierno para poder ampliar la contratación de personal del sector servicios; por otra parte, reforzar los cultivos alternativos a la naranja para reducir la temporalidad en el sector primario; y también utilizar los fondos europeos como palanca para transformar el modelo productivo.
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