CASTELLÓ. Como no podía ser de otra manera, la pandemia sanitaria que tanto ha marcado todos los aspectos de la sociedad y de la economía castellonense también dejó el año pasado su impronta en la constitución de empresas. Y lo hizo con diferencias sutiles pero importantes: en la provincia se crearon menos empresas y cerraron sus puertas algunas más... pero las que nacieron lo hicieron con mayor músculo financiero.
Según las estadísticas del Colegio de Registradores de la Propiedad y Mercantiles, en 2020 se constituyeron en las ocho comarcas castellonenses 875 nuevas compañías. Estas son exactamente 104 menos que un año antes, lo que arroja un descenso del 10,6%, algo menor al registrado en el conjunto de la Comunitat Valenciana, del 13%.
En cuanto a la disolución de empresas, el registro también fue negativo, ya que creció un 19% hasta los 382 cierres, en un porcentaje que sí fue mayor al registrado a nivel autonómico (12,7%) y totalmente contrario al estatal, donde la cifra cayó en un 10%. El único guarismo positivo para la provincia fue el descenso de concursos de acreedores, en lo que sin duda influyeron las ayudas y ERTE impulsados para luchar contra la pandemia. Así, los 90 de 2019 se quedaron en la mitad en 2020: 46.
Con todo ello, y descontando los concursos de acreedores (que aunque no corresponden a extinciones estrictamente hablando la gran mayoría acaban en la disolución de la compañía), el saldo neto de creación de empresas en el año del coronavirus en la provincia fue de 447. Un año antes habían sido 568.
En ambos ejercicios económicos, prácticamente todas las empresas constituidas fueron sociedades limitadas. De hecho, tanto en 2019 como en 2020 solo se creó una sociedad anónima en el territorio castellonense. Como el año pasado nacieron 5 compañías de otro tipo (fundamentalmente cooperativas) y en el ejercicio anterior fueron 8, una amplísima mayoría fueron SL.
La diferencia fundamental en este aspecto es el capital que se aportó cada año para la constitución de las firmas. Mientras en 2019 fueron algo más de 18 millones de euros, en 2020 fueron 45. Con ello, el capital medio aportado para fundar cada compañía creció un 173% hasta los 51.700 euros.
En cuanto al capital de las empresas ya en funcionamiento, los números apenas variaron. En 2020 335 sociedades ampliaron capital hasta alcanzar un volumen desembolsado de casi 400 millones de euros. Un año antes habían sido 331 con algo más de 300 millones. Es decir, el año del coronavirus se reforzaron empresas más potentes. Un total de 78 y 79 sociedades (en 2020 y 2019) redujeron capital, respectivamente.