CASTELLÓ. La Diputación de Castellón ha puesto en marcha un innovador proceso participativo cuyo objetivo es evaluar la gestión de los servicios que se prestan a la ciudadanía. Se trata de la técnica llamada cliente misterioso, que involucra directamente a personas anónimas en el análisis de la calidad de cada área para identificar mejoras tanto en la administración como en el marco de la rendición de cuentas.
La diputada de Transparencia y Participación, Xaro Miralles, ha afirmado que "cada vez es más necesario vincular la participación y la colaboración ciudadana a las políticas públicas". Desde esta perspectiva, Miralles ve apropiado "que sea la misma ciudadanía la que audite el cumplimiento de los estándares de calidad de las administraciones y que esto repercuta en una más eficiente prestación de los servicios públicos que realizamos".
Miralles ha destacado que "este proceso participativo se impulsa desde el más absoluto respeto y consideración al trabajo de la Diputación y con la misión clara de orientar el día a día de la institución hacia un modelo basado en la excelencia en la gestión y en la mejora continua".
Con la entrada en funcionamiento de este proceso participativo se pretende experimentar en un campo que resultará "muy positivo para todos", tanto para los servidores públicos como para los usuarios, pues dictaminará los déficits y las mejoras a aplicar en los servicios para avanzar en el perfeccionamiento de las políticas públicas. Esta es la lógica detrás de este proceso "que marcará un punto de inflexión en materia de innovación aplicada a la participación de la sociedad civil", ha concluido Miralles.