CASTELLÓ. El buen arranque de temporada del Castellón tiene muchos nombres propios, pero hay uno con el que muchos no contaban para un rol tan dominante como el que ha ejercido en este arranque de temporada. Óscar Whalley, que se incorporó al club en agosto para acompañar a Álvaro Campos en la nómina de porteros, ha tenido un papel decisivo en el buen inicio de curso de los albinegros, cuando a su llegada partía como suplente del valenciano.
El ex cancerbero del OFI Creta empezó el curso desde el banquillo, pero su situación cambió rápidamente a raíz de los problemas musculares que sufrió Campos ante la Ponferradina y que le obligaron a dejar el terreno de juego en la media hora final de ese encuentro.
El capitán albinegro tampoco estuvo operativo en las dos siguientes jornadas. Whalley tomó el relevo y convenció con sólidas actuaciones, acentuadas en los partidos frente al Logroñés y el Leganés. Especialmente decisiva fue su aportación ante los pepineros, con paradas que permitieron neutralizar las embestidas de los madrileños en sus fases de mayor dominio y que dieron tres puntos de oro a los orelluts.
El partido del pasado domingo coincidió, además, con la vuelta al equipo de Campos, quien regresó a las convocatorias tras superar sus molestias. El valenciano siguió el choque desde el banquillo después trabajar a buen ritmo en las tres últimas sesiones de entrenamiento. Ahora espera su momento para recuperar la titularidad, aunque la buena labor de Whalley durante su ausencia dificultará la decisión del técnico albinegro, Óscar Cano.